Estado y Ayuntamiento ya han firmado el convenio para el traspaso de carreteras
A lo largo del primer semestre del año que viene está previsto que se liciten las obras del carril bici que enlazará con Altafulla. La inversión total casi llega a los doce millones de euros
El convenio para el traspaso del segundo paquete de carreteras nacionales al Ayuntamiento de Tarragona ya está firmado. Este ha sido un largo y esperado paso a nivel local, que debe permitir el inicio de la transformación de estas vías, de forma que el vehículo privado cederá el protagonismo a la movilidad sostenible. «Ha costado un poco más de lo previsto por algún tema técnico, pero supondrá un cambio radical», valora el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales.
Este documento concreta el acuerdo entre ambas partes que se alcanzó el pasado 17 de marzo. Según este, el Ministerio de Transportes cederá a la administración local 15 kilómetros de carretera que ahora ejercen el papel de vía urbana, que básicamente corresponden a los tramos de la N-340 y la T-11.
Este traspaso irá acompañado de la habilitación de un carril para bicicletas y peatones, desde la rotonda de la Savinosa hasta la entrada de Altafulla. La ampliación del puente del Francolí, con un ala también para dicho fin, así como la instalación de pantallas acústicas en la A-7 son otros de los proyectos que se ejecutarán. Finalmente aquí también se incluye la mejora del firme de la carretera del Tanatorio, así como la adecuación de la T-11 con una acera peatonal y ciclista, además de la pacificación de un cruce semaforizado en la Rambla de Torreforta.
El conjunto de estas intervenciones se ha cuantificado en un total de 11.840.000 euros. El subdelegado del Gobierno en Tarragona, Santiago Castellà, valora que «se ha conseguido una inversión por parte del ministerio muy importante que cambiará la dinámica urbana de Tarragona».
Abrirse al mar
Los casi once kilómetros de longitud del futuro carril bici que discurrirá en paralelo a la N-340, enlazando con las urbanizaciones de Llevant y los campings, será una de las actuaciones más ambiciosas. «Es un proyecto muy atractivo, que sigue la línea de la sostenibilidad, y que convierte la ciudad en paseable, acercándonos al litoral», manifiesta Castellà.
Este también pone en valor que la futura infraestructura facilitará «la integración de los campings a la ciudad». Un aspecto sobre el que también incide el máximo responsable municipal, quien resalta que estos establecimientos «constituyen una parte importantísima de la actividad turística de la ciudad».
Mientras a nivel político y técnico se acababa de perfilar el contenido de este convenio, a nivel administrativo el proyecto ha seguido su curso. Este ya ha finalizado el periodo de exposición pública y se han resuelto las alegaciones. El siguiente paso será la licitación, que está prevista para el primer semestre del año que viene. Con todo, a lo largo de 2024 podrían iniciarse los primeros trabajos.
El compromiso
De acuerdo con el convenio, el ministerio será el responsable de la licitación, ejecución y finalización de las obras, mientras que cuando estas finalicen se formalizará el cambio de titularidad de las infraestructuras acordadas al Ayuntamiento.
Por su parte, a la administración local le corresponderá su conservación y mantenimiento a partir del momento que se formalice este traspaso, incluyendo todos los elementos auxiliares y equipamientos. El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, quiso resaltar la «predisposición» de la anterior ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, junto a su secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores. Ambos fueron los encargados de negociar con el anterior gobierno este traspaso. «Estoy convencido que sin su predisposición no hubiera sido posible», ha manifestado el alcalde.
Cuando se cierre esta carpeta tan solo quedará el melón de la N-240, que en su momento no se incluyó.