Escolares de Tarragona desmontan el negacionismo climático con experimentos científicos
1.660 alumnos de 10 a 18 años podrán constatar con sus propios ojos cómo actúan los gases de efecto invernadero en la Setmana de la Ciència de la URV y la AEQT
Lluc y Antyus son alumnos de quinto de primaria de la Escola de Pràctiques. Cuando se les pregunta si han escuchado hablar del cambio climático responden que «claro» y enseguida comienzan a hablar de la DANA y de la situación de Valencia. Lo cuentan mientras están concentrados soplando con una pajita el líquido que hay en un vaso de plástico. Esperan ver como cambia de azul a verde amarillento por efecto del CO2 que sale de sus pulmones.
Ambos están en el CRAI del Campus Sescelades de la Universitat Rovira i Virgili, URV, junto con sus compañeros de clase para asistir a los talleres que organizan la universidad y la Associació Empresarial Química de Tarragona, AEQT a propósito de la Setmana de la Ciència. En esta edición, la número once, participan 1.660 alumnos de 22 centros escolares del Camp de Tarragona de entre 10 y 18 años.
El rector de la URV, Josep Pallarès, explica que la demanda de estos talleres es tal que este año se ha decidido ampliar de dos a tres las semanas en las que se realiza. Las dos primeras serán en la URV y la última en los centros escolares. El presidente de la AEQT, Ignasi Cañagueral, destaca por su parte la importancia de que los estudiantes se interesen por la ciencia y por la química.
Rendirse a la evidencia
Los experimentos de este año son monográficos sobre el cambio climático. En el caso de Lluc y Antius lo que están soplando es una solución de azul de bromotimol (BBT) para demostrar que sirve para identificar la presencia del CO2.
En la misma secuencia de experimentos comparan el aire que hay dentro de un bote vacío y otro donde ha ardido una vela. Con la ayuda de una solución de BBT pueden ver con sus propios ojos como la solución se torna amarillenta en el envase donde ha estado la vela. Es una forma inapelable de ver la relación directa entre la combustión y la producción de CO2. Una lección para no olvidar teniendo en cuenta que la mayor parte de la energía primaria que utiliza la humanidad viene de los combustibles fósiles.
Y todavía quedan más experimentos para constatar cómo aumenta la temperatura en un bote donde hay CO2 o el poder de una pequeña planta para absorber este gas. Son todas muestras inapelables de cómo actúan los gases de efecto invernadero. Es imposible observar a estos niños y no pensar en lo útil que sería que muchos políticos pasaran por una experiencia así.
Todos los experimentos son diseñados por miembros de la universidad, tal como explica el profesor Carles Lozano, de URV Divulga y los encargados de acompañar a los estudiantes son alumnos voluntarios de la URV.
Una de las virtudes de esta experiencia, explica Lozano, es que no siempre es fácil contar con el equipamiento necesario en los centros de primaria y secundaria pero sobre todo, no es fácil que los docentes dispongan de todo el tiempo que hace falta para preparar estos experimentos.