El Port de Tarragona despierta el interés de Asia: 1.200 puestos de trabajo y 250 millones de inversión
La industria de la movilidad sostenible asiática pone el ojo en unos terrenos en los que podría replicarse el modelo Lotte Energy
Los 900.000 metros cuadrados de la Zona d’Activitats Logístiques (ZAL) constituyen ahora mismo un caramelo. «Es la mejor parcela industrial que hoy tiene Catalunya», aseguraba hace unos días el presidente de la Autoritat Portuària de Tarragona, Saül Garreta, en una entrevista con este rotativo.
La fácil conexión marítima que garantiza el hecho de estar en terrenos portuarios, junto con la entrada en funcionamiento del ancho ferroviario internacional –prevista para 2026– constituyen dos de los principales valores de unos terrenos que el Port de Tarragona empezó a comprar hace más de treinta años.
Las obras para la urbanización de la superficie se iniciaron en octubre de 2021 y, cuando está a punto de culminar la primera fase correspondiente a los accesos, empiezan a conocerse algunos detalles de lo que podría pasar allí a dentro. Y estas primeras informaciones apuntan a que el enclave tarraconense estaría sopesando alternativas que no necesariamente pasan por una Zona d’Activitats Logístiques, como se planificó inicialmente.
«Nuestra estrategia ahora ya no es ir a buscar un millón de TEUs, sino que queremos dar el mejor servicio adaptado a la demanda del mercado», afirmaba Garreta. El enclave tarraconense no acaba de encontrar su espacio en el mercado de contenedores. El hecho de estar en medio de dos gigantes como son València y Barcelona, que junto con Algeciras lideran el tráfico de contenedores en el Mediterráneo occidental, hace que se estén sopesando todas las alternativas. Y un de los sectores que ahora mismo ya ha mostrado su interés es la industria de la movilidad sostenible.
El Port de Tarragona hace meses que está trabajando de la mano de Acció de la Generalitat y su presidente, Saül Garreta, ha viajado en reiteradas ocasiones durante los últimos tiempos a tierras asiáticas. Estos le han llevado en más de una ocasión a Corea del Sur además de China, donde se estarían entablando contactos para una primera implantación que ya tiene los primeros números encima de la mesa.
Estos hablan de una inversión inicial de 250 millones de euros, con una segunda fase que podría alcanzar los 600 millones. Asimismo, se estaría apuntando a la creación de 1.200 puestos de empleo para un sector industrial que busca convertirse de nuevo en uno de los motores de la economía catalana.
Primer paso
Garreta confirma que «estamos allí y vemos que puede haber un antes y un después para el territorio». En esta misma línea añade que «hay inversores muy importantes interesados en la ZAL». No obstante, los acuerdos de confidencialidad en los que se mueven estas negociaciones, en las que estas empresas miran el tablero de juego desde un punto de vista global, hacen que se imponga el hermetismo.
El Port de Tarragona asegura que se está trabajando para ofrecer «las mejoras condiciones» en este marco de conversaciones. De hecho, incluso ha introducido cambios en el diseño inicial de la ZAL, que se ha adaptado de cara a la llegada de estas posibles industrias, de forma que pueda reducirse la inversión a realizar y, por tanto, puedan reducirse las tasas y para que estas sean competitivas.
El modelo es la planta que Lotte Energy Materials está impulsando en Mont-roig del Camp. La empresa surcoreana prevé construir una factoría de componentes de baterías, desde la que quiere abastecerse el mercado europeo. La inversión –anunciada a finales de 2023– alcanzará los 1.200 millones de euros y en su momento se habló de la creación de unos 600 puestos de empleo. De hecho, las obras ya están en marcha, a pesar de la oposición de los colectivos ecologistas que denuncian el elevado consumo de agua que representará esta industria.
¿Y la ZAL qué?
El presidente del enclave tarraconense asegura que el Port de Tarragona tiene que ser «flexible» a los cambios, aunque no cierra la puerta a la habilitación de esta Zona d’Activitats Logístiques que podría «redimensionarse» acorde con este papel secundario que se prevé que mantenga la carga general. Y uno de los espacios en los que el puerto hace tiempo que ha puesto el ojo son los terrenos de la antigua Universitat Laboral, que de hecho ya han quedado rodeados por el crecimiento que ha experimentado el puerto y que acabará de consolidarse con el desarrollo de este nuevo polígono, cerca de la vila romana de Cal·lípolis.