El carril bici de la zona de Llevant de Tarragona se retrasa y, de momento, tan solo llegará hasta La Móra
Tiene que redactarse un estudio sobre las pantallas acústicas de la A-7 antes de poder licitarse una obra que busca transformar la movilidad sostenible de la ciudad
Las obras del carril bici de Llevant no se pondrán en marcha este año. El proyecto todavía no ha culminado el proceso de tramitación, ya que antes tendrá que hacerse un estudio completo sobre las pantallas acústicas de la A-7, teniendo en cuenta que esta es una inversión que forma parte del mismo paquete de actuaciones. «Desde Supervisión nos han pedido un estudio más detallado, que ya se está haciendo», asegura el jefe de la Unidad de Carreteras del Estado en Tarragona, Alberto Hernández.
El representante del Ejecutivo Central asegura que se está «acelerando todo lo posible» esta parte. No obstante, calcula que todavía tardará «un mes y medio», aproximadamente, antes de disponer de este documento que deberá ser validado por parte del Ministerio de Transportes.
Esto aleja la posibilidad que las obras puedan licitarse este 2024, tal y como se preveía a mediados del pasado mes de marzo, cuando se aprobó definitivamente el proyecto para la humanización de la antigua N-340 en su paso por Tarragona. «La idea es que se licite cuanto antes, si puede ser antes de fin de año, pero es difícil que podamos llegar a tiempo», reconoce el responsable de Carreteras del Estado en Catalunya, Vicenç Vilanova.
La licitación no será de forma simultánea, así que por un lado se pondrá en marcha la instalación de las pantallas acústicas, mientras que por el otro se activará la ampliación del puente del Francolí y, en tercer lugar, saldrá la habilitación del carril bici de Llevant. En cuanto a este último, durante este proceso de tramitación también se han producido cambios y en esta primera fase tan solo comprenderá el tramo entre la rotonda final de la Via Augusta y La Móra.
Quedará para una nueva fase su continuidad hasta Altafulla, después que en la fase de exposición pública se presentó una alegación en la que se cuestionaba el paso por encima de la vía del tren, en la zona del Camí del Castell de Tamarit. Esta la presentó la Agrupació de Càmpings de Tarragona Ciutat, teniendo en cuenta que este vial da acceso a dos de estos establecimientos, además de una casa de colonias, por lo que en determinados momentos hay un importante movimiento de vehículos.
«Ahora mismo ya es un punto negro muy peligroso, ya que es muy estrecho y si tenía que pasar por allí el carril bici vimos que podía generarse un problema de seguridad importante», explica el presidente de la Associació de Campings de Tarragona, Roger Trillas. Desde el Ministerio de Transportes se tuvo en consideración esta observación y la solución que se propone es la construcción de una nueva pasarela que permita el paso del futuro carril.
«Hemos tenido que segregar esta parte, que se abordará en un nuevo proyecto, para no ralentizar más la obra», indica Hernández. Para ello tendrá que hacerse proyecto específico, que concretará cómo va a resolverse este paso sobre la vía del tren, así los últimos metros del trazado final hasta la entrada del municipio atafullense.
Al respecto, todavía no hay una estimación del presupuesto ni un calendario, ya que la prioridad ahora mismo es acometer este vial para ciclistas y peatones hasta La Móra, que transformará completamente el carácter de la antigua nacional.
El proyecto no se limitará a una actuación de pintura que redimensionará los carriles para dejar paso al nuevo vial, sino que irán sorteándose los diferentes ‘obstáculos’ como las intersecciones, glorietas o la vía del tren, de forma que siempre quedará un carril de hasta 2,5 metros de ancho para patinetes y bicicletas y otro de paralelo de 1,5 metros para peatones, y tan solo en los pasos más estrechos este será compartido.
Este será el principal proyecto de movilidad sostenible que se habrá impulsado hasta el momento en la ciudad de Tarragona, teniendo en cuenta que también se incluye la ampliación del puente del Francolí, con una nueva ala de 3,75 metros también para peatones y bicicletas. De esta forma quiere darse una continuidad al carril bici que enlaza Ponent con el centro, eliminando uno de los puntos negros para estos usuarios.
La inversión, que se financiará con los fondos europeos Next Generation, comportará un coste de 9,18 millones de euros, con un plazo de ejecución de entre doce y dieciocho meses.
El conjunto de estas actuaciones forman parte del acuerdo entre el Ayuntamiento de Tarragona y el Estado, para el traspaso de los tramos de carretera nacional que todavía son titularidad de la administración central y que han quedado integradas en la trama urbana. En su momento también se pactó la mejora de algunos tramos, como la que queda enfrente del Tanatori, así como unas primeras actuaciones para la humanización de la T-11. No obstante, este bloque se abordará en una fase posterior.