De vuelta a Tortosa en regional y bus: de la resignación al nerviosismo en Sant Vicenç de Calders
«Llegaremos a una hora u otra» o «yo me lo tomo con calma», algunas de las frases que se escuchan entre los usuarios
«Tarde o temprano acabas llegando». Los pasajeros que a las 15.30 horas -con cinco minutos de retraso- se han subido al regional R16 con destino Tortosa han compartido un doble sentimiento: por un lado, el de resignación a la salida de la capital catalana y, por otro, el nerviosismo al llegar a Sant Vicenç de Calders.
Maria es una de las pasajeras que viaja en el convoy con destino a Torredembarra. Ya sabe lo que le espera a la llegada a Sant Vicenç de Calders, como consecuencia de las obras en el túnel de Roda de Berà. A primera hora de la mañana ha hecho el mismo trayecto. «Primero he cogido el bus en Torredembarra para ir hasta Sant Vicenç de Calders. Después, allí, he subido al tren para ir a Barcelona y que, a pesar de salir con un poco de retraso, ha llegado bien».
Ahora, de vuelta a casa, tiene la misma confianza y resignación. «Siempre hay retrasos. Quienes venimos a trabajar a Barcelona cada día no nos queda otra que tener paciencia», asegura.
Asimismo, reconoce que «quienes nos desplazamos cada en tren a diario no lo vivimos de manera tan estresante. Lo que no quita que debas tener un plan B por si acaso», advierte.
Igual de conforme se muestra Laura. «Siempre cojo el tren para ir a trabajar. Conozco lo que ocurrirá los próximos meses con los trenes, pero pienso que muchas veces nos quejamos demasiado. Es normal que haya incidencias; y hay que reconocer el esfuerzo que de está haciendo porque todo salga bien».
Con la misma conformidad comentan la situación otras dos pasajeras: «Llegaremos a una hora u otra», dice una, mientras que la otra responde «Yo me lo tomo con calma».
Un remanso de paz, en el tren, que muchos aprovechan para echar una cabezadita -coincidiendo con la hora de la siesta. El cansancio hace mella.
A la llegada a Sant Vicenç de Calders la serenidad da paso al nerviosismo por asegurarse un asiento en el autobús en dirección a L’Hospitalet de l’Infant.
La falta de información ha crispado a alguno de los usuarios. «Tenía que ir a Benicarló por una emergencia. Al consultar el horario he visto que el regional tardaba unos 50 minutos más de lo normal. Me ha parecido extraño y ha sido en el mismo tren donde se nos ha informado que en Sant Vicenç de Calders nos esperaría un autobús», aseguraba Ana Moliner.
El transporte debía salir a las 16.23 horas, pero pasan los minutos y los pasajeros no reciben las indicaciones para dirigirse al bus.
Finalmente, unos veinte minutos después empiezan a desfilar para seguir el recorrido. Las directrices, si no quieren perder más tiempo son claras: «Hay dos formas de llenar el autobús, de atrás hacia delante, en un minuto, o doce minutos si no lo hacen así, ustedes deciden», advierte uno de los informadores por megafonía.
Durante el trayecto en bus hasta L’Hospitalet de l’Infant, los usuarios han recuperado la tranquilidad a sabiendas que cada vez estaban más cerca de casa.
Después, a pesar de tener que esperar otros diez minutos para poder coger el tren en dirección a Tortosa, el ambiente se ha relajado, pensando ya que mañana será otro día y quién sabe que les deparará.