Xavier Amorós Corbella: «A mi padre lo que más le llenaba era el contacto con la gente»
La Biblioteca Xavier Amorós impulsa un taller de lectura a partir de la poesía del autor reusense orientado a personas que quieran iniciarse en la escritura. Se enmarca en el programa de su centenario
A raíz de un estudio literario que Xavier Amorós Corbella hizo de la poesía de su padre, desde Biblioteques Municipals de Reus le propusieron, esta vez, dinamizar dos talleres de lectura –15 y 22 de junio– en los que trabajar de forma práctica los poemas del reconocido Hijo Ilustre.
¿Qué dinámica sigue la sesión?
Se trata de coger textos y no solo explicarlos como si fuese un público general, sino entrar en detalles más técnicos: en el caso de la poesía, cómo se elaboraría, cómo se construyen los versos, o si es prosa, cómo se aborda la trama. Siempre teniendo en cuenta las características de la literatura de mi padre. No tenía una pauta muy clara de cómo plantearla, si habría personas y niveles variados, pero la idea era partir de un poema, leerlo y analizar sus elementos para ver cómo los utilizaba.
¿Su estilo realista facilita que se entienda hoy en día?
En su primera etapa tiene poemas muy clásicos, versos con rima y métrica tradicional... poco a poco, fue perdiendo eso, y su poesía se caracteriza siempre por la claridad; la construcción gramatical es muy natural y no fuerza las estructuras al conformar los versos. Es interesante hacer la lectura olvidando que es un poema e intentando leerlo como si fuese una carta. Eso es lo que le distingue de otros poetas que buscanlos acentos y las terminaciones de las palabras. Como toda poesía, tiene dos o tres interpretaciones, pero el mensaje es muy llano, las frases son sencillas, su significado es fácil de entender y se lee como una nota de un amigo.
De hecho, la gente suele ser reacia a esa complejidad.
Hay un poco de todo porque, incluso, parece que ahora hay una cierta moda de volver a la poesía. Hay gente muy joven que escribe poesía, que es muy popular en redes sociales, que se pasa a libro y se vende muy bien. Eso sí, de entrada, hay cierto rechazo hacia los poemas por parte de la mayoría de la gente, siempre ha sido una actividad minoritaria. Gente que lea y le guste la literatura ya son una minoría, la poesía ha sido la minoría dentro de la minoría. Siempre será así, pero, al menos, que la gente no se desanime con autores muy complejos; por eso, la poesía de mi padre es ideal para aquellos que empiezan a escribir.
¿Qué papel tiene la poesía en los tiempos que corren?
La poesía siempre ha servido para fomentar un espíritu crítico. La de mi padre está ubicada en otra época histórica, evidentemente, pero era realismo social; él trabajó bastante la crítica social. Uno de los ejercicios que hago es coger esos poemas y explicar el contexto del momento. Por ejemplo, criticó mucho los empresarios que utilizaban el racionamiento después de la Guerra para generar fortuna, el estraperlo y actividades de ese estilo que quedan plasmadas en esa poesía social.
Toma prestado el título de una de sus memorias.
Sí, de L’agulla en un paller, el primer libro de memorias que publicó. Es una metáfora de buscar la verdad en un mundo disperso y al que es difícil encontrarle un sentido.
¿Qué valor tienen iniciativa como el Año Amorós o Ferrater?
En cierto modo, nos hace falta encontrar ejemplos de personajes que hayan destacado, no solo por su actividad literaria -Gabriel Ferrater y Xavier Amorós fueron excelentes poetas-, pero además destacan como referentes cívicos y personas vinculadas a la ciudad de Reus. A mi padre lo que más le llenaba era el contacto con la gente. Es importante recuperar también esos valores éticos.
Además, se puede reivindicar desde una vertiente educativa.
Consiste en fomentar desde los centros escolares esa conciencia y que crezcan con esa riqueza cultural. Yo estoy encantado que se recupere la figura de mi padre con este centenario porque él pensaba que, al llevar 20 años sin salir de casa, la gente ya no se acordaría de las cosas que hizo y que su huella se habría borrado. Lo decía con fatalidad y es bonito ver que la memoria sigue viva.
Estos ejercicios permiten conmemorar a gente destacada en varios ámbitos y recordarles puede servir para impulsar a otros a hacer cosas en la ciudad, sacar adelante proyectos individuales y para la comunidad. Es necesario que haya ese retorno sociocultural.