Ramon Juncosa: «Cuando pinto me olvido de las dificultades y de mi situación»

El artista Ramon Juncosa se ha convertido en un ejemplo para mucha gente. Tras casi 30 años conviviendo con la enfermedad del Parkinson, sigue pintando día a día. Su hijo David afirma que «donde pone el ojo, pone el pincel», algo que siempre ha sido así y por lo que su trazado sigue firme sobre el lienzo.

¿Cómo fueron sus inicios como artista?

Empecé a pintar muy joven porque mi padre ya era pintor y era profesor en la Escola del Treball junto con Ceferí Olivé, por lo tanto, es un tipo de arte que he vivido siempre en casa. Es cierto que la pasión por la acuarela la he tenido desde que iba a pintar con él los domingos, con el caballete, a las montañas más cercanas de Reus -Castellvell, Almoster... todo ese entorno- y pintábamos en directo lo que veíamos.

¿Ha probado otras disciplinas?

También pinté óleo, hice alguna exposición antes de empezar con la acuarela, pero la técnica que más me ha gustado desde siempre y lo que elegí es ser acuarelista. Es lo que me ha marcado como artista y por lo que se me ha conocido.

Después de 60 años pintando, ¿qué le motiva o inspira?

La motivación es personal porque pintar siempre ha sido un momento muy íntimo, muy mío como artista con la acuarela. Es un momento de evasión de los problemas, del entorno, y en los últimos años, pese a la enfermedad, continúa esa misma pasión y cuando pinto me olvido de las dificultades y todo lo que conlleva mi situación. Es exactamente igual que hace 60 años, cuando estoy frente a la acuarela y pensando en qué pintar.

Lo que me ha inspirado siempre ha sido el paisaje, aunque cuando me coloco ante el lienzo, no sé nunca qué pintaré. Como anécdota, la familia tenemos una casa en las montañas de Teruel y gran parte de las marinas que he pintado ha sido allí, a 1.300 metros de altura y rodeado de bosques; y luego a lo mejor aquí en Reus pintaba paisaje típico aragonés. No es tanto lo que veo en ese momento, sino lo que visualizo en mi cabeza y me motiva. Es fruto de la imaginación y voy haciendo sobre la marcha.

En los últimos años, está siendo un ejemplo de superación.

Todos tenemos días buenos y malos, pero nunca he pasado una temporada sin pintar. No he tenido un impedimento que me hiciese dejar de pintar por estar enfermo, pinto todos los días. Siempre estoy delante del caballete, bien creando algo nuevo o rectificando otras obras. De hecho, quiero normalizar y visibilizar que una persona con Parkinson puede seguir teniendo la misma ilusión que antes de la enfermedad. La motivación te hace seguir adelante.

¿Cómo surge la colaboración el Centro Cívico?

Somos vecinos del Centre Cívic Llevant y toda la familia nos conocemos, fue muy fácil organizarlo. Estoy muy agradecido a la dirección por facilitarme el espacio para estas exposiciones, tanto la que hice hace unos años como esta. Es una forma de ser cercanos a la gente del barrio y, de hecho, vino mucha gente del barrio a verla. Están expuestos cuadros de todo tipo, hay una mezcla de mar y montaña; es una representación de numerosos paisajes. Además, posiblemente, para septiembre u octubre, haremos una demostración en vivo de pintura con acuarela con alumnos del centro.

¿Cuál es su vínculo con la ciudad?

El vínculo siempre ha estado ahí, Reus es una ciudad, pero al final en el colectivo de artistas nos conocemos todos y a todo aquel que le gusta la acuarela me ha conocido y ha seguido mi carrera profesional. Mi ‘nombre’ está muy unido a Reus y sobre todo a la acuarela.

¿Qué cambia cuando plantea una obra para exponer?

Nunca he preparado un cuadro para una exposición en concreto, incluso, nunca he dependido de un encargo ni he pintado con esa finalidad. Si he expuesto mis obras, ha sido por mi pasión por la pintura y por la motivación que me ha llevado a expresar algo concreto como artista.

No son cuadros por encargo, es lo que a mí me gusta en cada caso, independientemente de lo que pueda opinar luego el público. La selección de la muestra también es personal.