Eva Miquel: «No es como ir de compras, es más bien una actividad de ocio»

Entrevista

Fomentar la reutilización y hábitos sostenibles a través de un mercado de segunda mano era el objetivo al que se sumaron numerosas personas para aprovechar precios populares y el buen ambiente

La creadora de The Flea Concept apuesta por fomentar la reutilización y hábitos sostenibles a través de un mercado de segunda mano era el objetivo al que se sumaron numerosas personas para aprovechar precios populares y el buen ambiente

Su costumbre como consumidora asidua del ‘mundo’ de segunda mano llevó a Eva Miquel, como estudiante de Marketing y Negocios, a impulsar su propio market en Reus. Así, el pasado mes de mayo, La Palma acogió los estands, música e incontables prendas a precios populares.

¿Qué valor tienen los ‘markets’?

Para mí, es una actividad de fin de semana, suelo ir a dar una vuelta por el flea market de Barcelona, no lo relaciono con ir de compras, es más bien una actividad de ocio en la que relacionarme con gente y explorar. Contribuyes con el trasfondo de la sostenibilidad, darle un segundo uso a la ropa y esa esencia de buscar piezas únicas, que igual las llevó alguien hace 40 años y no las puedes comprar en ningún otro sitio, y las tienes a un mejor precio. En Reus no hay suficiente oferta, por eso me planteé iniciar este proyecto a ver si podría ser viable.

¿Fue sencillo organizarlo?

Me tiré a la piscina y lo presenté al Ayuntamiento, con la premisa de animar a la gente a que se iniciase en este consumo. Desde el Departament Joventut me dijeron que «adelante», que ellos estaban para ayudar a los jóvenes a impulsar proyectos y que el primer paso era buscar un espacio. Decidimos hacerlo en La Palma porque ellos tenían un contacto más directo y estaba libre para esa fecha. Al final, fue un beneficio mutuo porque vino muchísima gente.

Una vez tenía el sitio, empezó todo el proceso de promoción, tanto para atraer vendedores como para que viniese público; quería que viniesen pequeñas marcas para darle ‘nombre’ y no quedase como una propuesta ‘de mis amigos’. Ya había hecho un estudio de mercado en la zona y era una actividad bastante atractiva para la ciudad, fui directamente al mercado de nicho, un target marcado de jóvenes de 18 a 30 años.

¿Es complicado emprender iniciativas?

Desde la página web de Joventut se puede contactar con ellos, presentarles tu proyecto y entonces valoran qué se puede hacer y cómo. La colaboración municipal es fácil y accesible porque están muy abiertos a escucharte y a recibir todo tipo de iniciativas.

¿En qué consistió el ‘market’?

Había gente que vendía sus prendas de ropa, bolsos, zapatos... de segunda mano. También, quería que fuese un espacio donde pequeños comercios o artistas se diesen a conocer, había gente que no vendía neceseres, complementos o pulseras hechas a mano. Quise unir esas dos vertientes entre reutilizar y lo artesanal, acompañado de música en directo, tomarse un vermut... que fuese una jornada de ocio. Fue una prueba de que podía hacerlo realidad. En esta primera pudieron participar 10 paradas, pero hubo gente que se quedó fuera. No me costó que la gente quisiese participar, al contrario, se quedó pequeño.

Entonces, no había oferta, ¿pero sí gente interesada?

Me sorprendió porque había mucha más gente de la que yo pensaba en un principio. Lo veía más cerrado a gente de mi edad, pero evidentemente hay madres y padres, gente más mayor que está metida de lleno en este ‘mundo’ y no me lo esperaba. Esa es la base precisamente para arrancar y que surjan más iniciativas así.

Además, el ‘market’ sirve para visibilizar artistas locales.

Uno de mis objetivos era unirlo todo en una misma actividad y dar la oportunidad, en este caso, a DJs y artesanos locales y darles visibilidad. No solo se limitaba a la ropa y accesorios, también había estands de discos de segunda mano, que eran de la Associació La Cultural. También, con los colaboradores del market aprovechamos e hicimos un sorteo de un lote de productos para aquellos que comprasen algo en el mercado.

¿Volverá a repetirlo pronto?

Entiendo que no es algo que pueda hacerse muy seguido, hay que esperar unos meses de margen, pero mi idea es poder agendarlo dos veces al año, una actividad más de verano y otra en temporada de invierno para que la gente traiga otros complementos y accesorios. Además, el mensaje que tiene es que es un beneficio para todos porque hay gente que quiere deshacerse de su ropa y otros quieren descubrir prendas más baratas o vintage; y luego lo que sobró lo llevamos a los puntos de recogida de Roba amiga.

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