El comercio de Reus augura una gran campaña de rebajas
Las tiendas del centro notan un crecimiento moderado de las compras, con descuentos que llegan al 70%
El comienzo del mes de julio traía consigo, tradicionalmente, las primeras rebajas de verano y unos productos a buenos precios que impulsaban a la gente a comprar, tanto en las grandes cadenas comerciales como en el comercio más local. Aunque ahora ya no hay una fecha fija para el inicio de las rebajas, las tiendas del centro de Reus aprovechan las vacaciones generales y la fiesta mayor de Sant Pere para incrementar sus ventas. Este año, además, han podido preparar una campaña de rebajas con normalidad y sin restricciones, después de dos años de pandemia en los que el comercio de la ciudad sufrió considerablemente.
Tras la primera semana –o el primer fin de semana, según el comercio–, el sector afirma que la tendencia para este verano es positiva y, aunque no espera un gran crecimiento respecto a 2021, es optimista gracias a la recuperación que augura de los turistas de proximidad y, también, de parte de los extranjeros.
Mientras el pequeño comercio rebaja sus productos entre un 20% y 50%, las diferentes franquicias ubicadas en la ciudad pueden llegar hasta el 70% de descuento. Esto, aunque repercute negativamente en parte, las asociaciones comerciales señalan que el gran problema de las rebajas actuales radica en no tener, precisamente, un día claro de inicio.
«Los primeros días siempre es cuando más se vende, lo que pasa es que algunas tiendas las adelantaron, sobre todo, las grandes cadenas que ya empezaron con rebajas a mitad de temporada», apunta Meritxell Barberà, presidenta de la Unió de Botiguers.
«Cuando hay una fecha concreta, como era el 1 de julio, todo el mundo se señalaba ese día, pero ahora veo que el comprador está desorientado y con poca confianza de que sean rebajas de verdad», añade Pau Salvadó, presidente de la asociación comercial El Pallol.
A su vez, en comparación con años anteriores, se evidencia un cambio en el contexto y en los hábitos de consumo de los ciudadanos. Más allá de las ofertas puntuales fuera de temporada y otros aspectos como la compra online, «las rebajas ya no son lo que eran antes, simplemente, porque la gente ha cambiado sus hábitos, se lo toma con otra filosofía, con más tranquilidad y no tiene tanta prisa para encontrar chollos», como describe Antonio Ruiz, gerente de las tiendas DosQ y H-19.
La forma de consumir actualmente es distinta y, aunque siempre hay clientes en los establecimientos, las largas colas de compradores y las excesivas esperan han desaparecido casi por completo. Esto tiene su parte negativa porque «la gente ya no se lo toma como un acto de compra casi obligado como era antes», indica Salvadó, pero también es beneficioso, sobre todo, para las tiendas pequeñas, ya que «se alarga un poco más y pueden seguir haciendo ventas durante toda esta semana y parte de la siguiente», agradece Ruiz.
A este cambio de «actitud» ha contribuido la pandemia porque ahora la gente se preocupa más por la calidad y compara con más detenimiento entre productos. Al mismo tiempo, algo más recuperada económicamente, la sociedad está más dispuesta a comprar. «Está claro que hay una serie de condicionantes generales que hacen que haya menos predisposición a según qué tipo de gastos, pero también hay mucha gente que ha podido ahorrar durante estos periodos y esperamos que eso pueda repercutir favorablemente», valora el presidente del Tomb de Reus, Jacint Pallejà.
De hecho, en ese sentido, muchos priorizan el comercio de proximidad, en el que está habiendo bastante movimiento de compra desde que se iniciaran las rebajas el pasado viernes, según confirman los profesionales del sector. «Quizá no llegaremos a datos de 2019, pero se está recuperando porque hay personas que tienen muy claro que deben comprar en el comercio de al lado de casa: es un bien para todos, para el planeta, para nuestra economía y la ciudad», celebra Barberà.
También Pallejà apuesta por ese cliente que valora una mayor calidad y, por ello, esperan compensar la disminución del gasto general con «prendas de ropa de kilómetro cero, muy buen producto, muy buenos precios y con verdaderas oportunidades», asegura.
Esperanzas de crecimiento
Según los vendedores en Reus, el comienzo de las primeras rebajas estivales ha sido bueno, en parte por la coincidencia con los días de fiesta. De cara a las próximas semanas, el sector en general confía en el turismo.
En el Pallol, por ejemplo, «han notado un pequeño repunte del consumo, hacen una lectura positiva hasta la fecha y esperan que los resultados se vean incrementados a partir de esta misma semana con sus Segundas Rebajas», como expone el presidente.
Desde la Unió de Botiguers afirman que «tienen buenas expectativas, esperan que vengan bastantes turistas, sobre todo de proximidad y también extranjeros que vengan a la costa y acaben viniendo a Reus a comprar, como antes de la pandemia». Al mismo tiempo, en el Tomb de Reus «están convencidos de que este verano tendrán clientes de aquí con la misma fuerza del año pasado y recuperarán muchos clientes del eje del Ebro, de Lleida, Zaragoza, el País Vasco...».
Junto a estos clientes fijos, habitualmente con segunda residencia en la Costa Daurada, aspiran a atraer turistas franceses y holandeses, que son básicamente los que veraneaban en la zona.
De este modo, «se nota el crecimiento, la gente está receptiva, pero saben que siempre hay ofertas», señala Javier Aldana, vendedor en Dormity Reus. De hecho, este aumento moderado de las ventas se reflejará principalmente en el sector del textil y la moda, que es donde mayor repercusión tienen siempre las rebajas, algo que también destacan en la tienda, pues «la ropa puede responder a impulsos, pero un colchón lo cambias cada 9 o 10 años aunque haya rebajas».
Otros establecimientos, como la hostelería, papelería y juguetería o servicios de belleza, se ven menos recompensados por los descuentos, pese a la amplia oferta que tienen durante el verano.