Perspectiva de género y equidad en salud, a por todas
Tener en cuenta la diversidad garantiza los métodos de prevención y tratamiento que cada persona necesita
Las mujeres sufren más enfermedades crónicas que los hombres. Las mujeres viven una media de 6,6 años más que los hombres. Ellas ingieren más psicofármacos que los hombres y suponen el 75% de los consumidores totales de somníferos o tranquilizantes.
A las puertas del Día Internacional de la Mujer, el viernes 8 de marzo, la jefa del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona, la Dra. Míriam de la Flor, afirma que «a pesar de la evidencia científica, llevamos demasiados años organizando los sistemas de salud, las estrategias y las maniobras preventivas y terapéuticas sin tener en cuenta la peculiaridad de los diferentes géneros y personas».
Por esta razón, la directora gerente del Hospital Viamed en Tarragona, la Dra. Cecilia Gras, defiende que «es importante tener en cuenta que las personas tienen unas necesidades sanitarias concretas inherentes al género, pero también deben contemplarse aquellas necesidades asociadas a cada persona en particular. Las mujeres, los hombres, la gente mayor, los niños y niñas, sean mujeres o no, tienen sus especificidades como pacientes que la sanidad en general tiene que saber adaptar en cada caso y, de hecho, ya se está trabajando con esta visión. Nuestra voluntad es ofrecer a cada persona lo que necesita para su salud».
Por su parte, la vicepresidenta primera de la Organización Médica Colegial, la Dra. María Isabel Moya, respalda que aplicando la perspectiva de género en el ámbito de la salud «podremos evitar los sesgos diagnósticos y terapéuticos que se presentan cuando no tienes en cuenta las diferencias biológicas y sociales que existen en los diferentes géneros, y mejorar no solo la atención médica, sino lograr una verdadera equidad en el acceso a la salud».
Una opinión que también comparte la responsable en funciones del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Pius Hospital de Valls, la Dra. Meritxell Creixell: «Incorporar la perspectiva de género en la salud es necesario para que haya un trato justo y equitativo, y para mejorar la efectividad de las intervenciones médicas que realizamos».
Investigación
Por otro lado, hasta hace relativamente poco, la exclusión de la mujer de los ensayos clínicos estaba al orden día. Una evidencia que ha supuesto «que las posibles medidas preventivas a nivel de población, se estableciesen basándose en la población masculina; así, realizar estudios incluyendo mujeres y proponer estrategias de prevención basándonos en los resultados tendría, sin duda, un impacto positivo en la salud femenina», según la Dra. Creixell.
Una opinión que también comparte la profesora del Departamento de Enfermería de la URV y responsable de Igualtat en el Campus Terres de l’Ebre, la Dra. Elisabet Torrubia: «Venimos de una sociedad que históricamente ha sido muy androcéntrica, es decir, el hombre, el sexo masculino, ha sido el eje central de todos los estudios; pero la evidencia ha demostrado que a nivel metabólico o endocrino las mujeres somos diferentes, no tenemos las mismas características, pero tampoco a nivel psicosocial, por lo que introducir la perspectiva de género ha pasado de ser una necesidad latente a visualmente una realidad».
Asimismo, añade, «si no contemplas la perspectiva de género en el ámbito de la atención asistencial y la investigación no estás haciendo una buena praxis, dejas cabos sin atar; por ello, todos los tratamientos y las actividades de prevención y de promoción de la salud deben ser específicos de la población a la que se dirigen para que sean eficaces, y que mejoren, por un lado, la calidad asistencial, y, por otro lado, la calidad de vida de las personas atendidas».
Por su parte, la Dra. Cecilia Gras destaca que «a nivel de investigación, cada vez más, los investigadores focalizan los ensayos teniendo en cuenta muchas variables para adecuar el tratamiento y alcanzar el mejor resultado asistencial, persona a persona. Aplicar la perspectiva de género contribuye en ajustar los diagnósticos en ciertas enfermedades más prevalentes según el género, ya sea en las mujeres o en los hombres».
Calidad de vida
Todo ello debe repercutir en la calidad de vida de las pacientes. Al respecto, la Dra. Míriam de la Flor señala que «hay que tener en cuenta que, a lo largo de la vida, las mujeres pasamos por distintas etapas, por lo que no se pueden aplicar las mismas estrategias a los 30 años que a los 50 o los 70, es decir, la edad es un condicionante importante dentro de la perspectiva de género».
Asimismo, también recuerda que «cuando se habla de infartos, hipercolesterolemia, hipertensión arterial o ictus, se habla en general, nadie tiene en cuenta que el riesgo de estas enfermedades pueda venir determinado por el género». «En el caso de las mujeres, muchos de los accidentes cardiovasculares se dan alrededor del cambio hormonal de la menopausia; y muchas de ellas lo desconocen», añade la especialista.
Por su parte, la Dra. Meritxell Creixell añade que «en el caso de los ictus, las mujeres presentan más síntomas y signos de ictus no tradicionales, hecho que podría comportar dificultad para diagnosticarlas y, por lo tanto, el tratamiento también se instauraría más tarde siendo menos efectivo o conllevando más secuelas».
De la misma manera, la Dra. Cecilia Gras hace hincapié en que «para la prevención de enfermedades es importante tener en cuenta la perspectiva de género, puesto que hay unas enfermedades que son más prevalentes en un género que en otro, pues anatómicamente somos distintos, y nos afectan tanto los genes como los agentes externos a lo largo de la vida en tener más o menos predisposición a desarrollar determinadas enfermedades».
Por ello, añade «se desarrollan, por ejemplo, los diferentes programas de salud de la mujer y del hombre; revisiones periódicas que nos ayudan a detectar a tiempo patologías, como el cáncer de mama, y de cérvix, en el caso de la mujer, o el cáncer de próstata en los hombres. El carácter preventivo y las revisiones periódicas pueden ayudar a una detección temprana de la patología». A todo ello, la directora gerente del Hospital Viamed en Tarragona señala que aplicar la perspectiva de género «significa personalizar la medicina más teniendo en cuenta las especificidades de cada género, con el fin de ser más eficaces en el servicio, en la calidad y en la rapidez».
Estereotipos y salud mental
El estereotipo de la mujer como ‘cuidadora universal y por ‘excelencia’ también ha supuesto un impacto sobre su salud, y más cuando «se siguen preocupando más por la salud de quienes tienen a su alrededor que por la suya propia», según palabras de la responsable en funciones del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Pius Hospital de Valls, quien añade que «las tareas del hogar y el cuidado de familiares dependientes también suponen un desgaste psicológico y físico importante».
De la misma manera, sigue explicando, «en el ámbito de la salud sexual y reproductiva se ha menospreciado el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo y todavía nos encontramos creencias estereotipadas sobre el sexo, que afectan a la sexualidad femenina negativamente, como la del deber de complacer al hombre».
Inteligencia Artificial y retos
Ante el futuro prometedor de la Inteligencia Artificial, la Dra. María Isabel Moya advierte que «de nada servirá si los algoritmos no incluyen la perspectiva de género». «La IA abre un camino que hay que saber aprovechar, pero no podemos replicar los patrones de gold standard y de estereotipos que hoy existen en la medicina y socialmente respecto al género, es decir, educar a la IA sin resolver esta cuestión no nos permitirá avanzar, sino todo lo contrario, perpetuaremos y empeoraremos los sesgos de género».
Por esta razón, la Dra. Míriam de la Flor opina que «cuando se idean los planes de salud, cada cuatro años, urge incluir una línea estratégica específica para el grupo de mujeres». En cualquier caso, rompe una lanza a favor de que «los programas sanitarios deben ir dirigidos a toda la sociedad». ¿El contexto cambiaría si más mujeres ocupasen cargos de responsabilidad en el ámbito sanitario? «Cambiaría si los puestos fueran ocupados tanto por mujeres como por hombres concienciados, es decir, personas concienciadas socialmente», afirma.
En esta línea, la Dra. Meritxell Creixell aboga por «promover la salud integral, tanto física como mental, por lo que el reto más importante es escuchar qué necesitan las mujeres para que perciban que su salud mejora», a lo que la Dra. Elisabet Torrubia añade que «el impulso de la perspectiva de género debe ser horizontal, es decir, emprendiendo medidas en todas las esferas hasta llegar a la equidad real que tanto perseguimos».