Hipertensión, una enemiga silenciosa
El 30% de la población no sabe que padece la enfermedad, lo que aumenta el riesgo de ictus o de insuficiencia renal y cardíaca
Es la principal causa modificable de muerte y discapacidad en el mundo. Aunque una de cada tres personas mayores de 55 años es hipertensa, la mayoría desconoce que padece esta enfermedad crónica. De hecho, según los datos del último Barómetro sobre el Autocuidado de la población española (Pic Solution), la hipertensión también afecta a un 6% de los encuestados entre 18-24 años; a un 7% de entre los de 25-34 años; un 9% entre los 35 y los 44 años; y un 15% para los de entre 45 y 54 años.
Una realidad que, en palabras de la médica adjunta de Medicina Interna y responsable de la Unidad de la Hipertensión del Hospital Universitari Sant Joan de Reus, la Dra. Natàlia Andreychuk, pone en evidencia la necesidad de tomar cartas en el asunto para controlar «una de las principales causas de muerte a nivel mundial». «Si fuese presidenta de un país, me preocuparía por invertir todos los recursos y esfuerzos necesarios, porque una hipertensión arterial mal controlada puede provocar desde insuficiencia cardíaca hasta insuficiencia renal, un mayor riesgo de ictus, etc.», añade la especialista.
Diagnóstico
Aunque a medida que envejecemos, aumenta el riesgo de desarrollar la patología, la Dra. Andreychuk hace un llamamiento a «no banalizar la hipertensión arterial, porque no es solo un problema de ‘personas mayores’».
De ahí que la especialista en Medicina Interna haga hincapié en promover el diagnóstico precoz en la edad adulta. «La principal dificultad a la que nos enfrentamos es que la hipertensión arterial no provoca ni dolor ni sintomatología visible, por lo que los y las pacientes no se preocupan por sus niveles, lo que contribuye a que la enfermedad dañe el organismo sin que seamos conscientes», asegura la Dra. Natàlia Andreychuk, quien critica la actitud de pensar que «las arterias aguantarán, cuanto la realidad es que a medida que envejecemos, se endurecen las capas de células y se vuelven más rígidas».
Basándose en su experiencia, la especialista aboga por «a partir de los 40 años medir la presión arterial de manera rutinaria, ya que estudios recientes han evidenciado que el diagnóstico precoz es un factor protector de la demencia vascular». En este sentido, se debe sospechar de la enfermedad si la presión arterial sistólica es igual o superior a 140 mmHg y/o la diastólica es igual o superior a 90 mmHg.
De ahí que la doctora también respalde que «la primera línea de defensa es la Atención Primaria, por lo que es muy importante la labor de los médicos de cabecera en la concienciación de la población».
Pero con el estilo de vida actual, no solo los adultos jóvenes están expuestos a esta enfermedad, sino que la prevalencia de la hipertensión arterial en la población infantil también es preocupante -un 5,3% de los niños y niñas de entre 9 y 16 años-, y más si se tiene en cuenta que un niño con cifras elevadas de PA tiene más riesgo de convertirse en un adulto hipertenso. «Aunque hemos avanzado en el diagnóstico y control de muchas enfermedades como el infarto o en el ámbito oncológico, no podemos decir lo mismo de la hipertensión arterial», lamenta la especialista.
Tratamiento
Ahora bien, no todo está perdido, puesto que «la hipertensión arterial es un factor de riesgo modificable». ¿Cómo? «El primer peldaño es modificar la alimentación, que debe ser saludable y equilibrada, y el estilo de vida, rehuyendo del sedentarismo; el segundo peldaño es el tratamiento farmacológico», detalla la Dra. Natàlia Andreychuk. No fumar, disminuir el consumo de sal y alcohol o aprender a gestionar el estrés son medidas que también ayudan a combatir la hipertensión arterial.
Control rutinario
En cualquier caso, la pauta debe ir acompañada de un control rutinario de la presión arterial en casa, puesto que es fundamental para su correcto manejo, autoconsciencia y adherencia al tratamiento, y también puede ser determinante a la hora de detectar otros problemas de salud. Si bien la mayoría de hogares tiene un tensiómetro (el 55% de los españoles), solo 3 de cada 10 personas lo usa para controlar sus valores a diario.
«Debemos insistir en que controlar la hipertensión arterial nos puede proteger de padecer ictus, infartos, enfermedad renal crónica, insuficiencia cardíaca, alteraciones visuales y cerebrales, es decir, es un factor de prevención de otras enfermedades mucho más discapacitantes», argumenta la especialista en Medicina Interna.
Mujeres embarazadas
Asimismo, dentro de la Unidad de Hipertensión Arterial se ha consolidado una consulta específica de trastornos hipertensivos del embarazo, dadas las necesidades, en aumento, de atención a la mujer por las complicaciones vasculares y metabólicas durante el embarazo. «Si tenemos en cuenta que la edad de la embarazada va en aumento y muchas veces las mujeres ya llegan a la consulta con patologías crónicas (HTA, dislipidemia, diabetes, obesidad, etc.), hacerles una valoración, adecuación del tratamiento y seguimiento contribuirá a prevenir complicaciones materno-fetales», afirma la Dra. Natàlia Andreychuk, quien añade que «en este sentido, hemos diseñado un estudio, conjuntamente con la Unidad de Alto Riesgo Obstétrico, y las doctoras C. Grifoll y S. Tameish, para aportar más conocimiento y mejorar el pronóstico de la preeclampsia, una de las principales complicaciones durante embarazo».
Unidad de excelencia
Ahora, toda la experiencia y conocimiento que abarca la Unidad de Hipertensión Arterial del Hospital Universitari Sant Joan de Reus han sido acreditados como de excelencia por la Sociedad Española de Hipertensión Arterial.
Una certificación que, en palabras de la Dra. Natàlia Andreychuk, «acredita la manera de trabajar de todo un equipo multidisciplinar, así como el esfuerzo en el ámbito de la investigación de la Unitat de Medicina Vascular i del Metabolisme (UVASMET), liderada por el Dr. Lluís Masana, y que conforman la Dra. D. Ibarrexte (Medicina Interna), y de la que forman parte también la Dra A. González (Endocrinología), la Dra. C. Rodríguez-Borjabad y E. Cunillera (Nutrición), con el apoyo de M. Nebot (Enfermería)». Una demostración del esfuerzo para controlar la hipertensión arterial, y vivir más y mejor.