«En medicina familiar, la ecografía es el fonendo del siglo XXI»
La semana pasada, del 13 al 15 de junio, se celebró el I Congreso de Ecografía Clínica en Atención Primaria para abordar el diagnóstico diferencial
«La resolución clínica mediante el apoyo de la ecografía es una realidad. Por esta razón, en 2024, cuando hablamos de ecografía en Atención Primaria el discurso ya no es cuándo o cómo, si no hasta dónde podemos llegar. Porque ya no podemos entender la exploración física sin el ecógrafo como aliado».
Con este discurso por bandera, y bajo el lema Puja a l’ona Eco-AP, el grupo de Trabajo de Ecografía clínica en la Atención Primaria de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (CAMFiC) la semana pasada, del 13 al 15 de junio, se celebró en el Parc Sanitari de l’Hospital Universitari Joan XXIII, el I Congreso de Ecografía Clínica en Atención Primaria para abordar y trabajar el diagnóstico diferencial a partir de la ecografía.
Al respecto, la médico del CAP Salou y miembro del comité organizador del congreso, Yolanda Ortega, rememora que «hace 15 años, los médicos de familia empezaron formarse en el ámbito de la ecografía». Más recientemente, fue a raíz de la pandemia de la Covid que «el uso se generalizó y, desde la administración, se apostó porque en todos los centros del territorio, Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre, los equipos de Atención Primaria tuviesen como mínimo un ecógrafo. Desde entonces, los médicos de familia hemos visto la utilidad de la prueba diagnóstica a un nivel práctico, así como los beneficios que conlleva para el paciente».
«Durante la pandemia, los médicos de familia estábamos bunquerizados en los CAP atendiendo como podíamos a los pacientes de una patología desconocida; descubrir la ecografía pulmonar nos permitió sentirnos más médicos, es decir, de repente volvimos a diagnosticar y a clasificar los pacientes en graves o menos graves, y derivarlos al hospital cuando era necesario; todo ello con una herramienta de bolsillo y de aplicación inmediata», recuerda la Dra. Ortega.
Por esta razón, coincidiendo con el congreso se han programado conferencias, para debatir sobre la situación actual del uso del ecógrafo y las posibilidades de futuro en el ámbito de la medicina familiar, así como talleres prácticos para aprender todo lo necesario sobre la técnica.
Complemento en la consulta
En cuanto a su aplicación a día de hoy, la Dra. Ortega explica que «utilizamos el ecógrafo para complementar la exploración física y establecer un diagnóstico diferencial». «El ecógrafo es el fonendo del siglo XXI. Igual que nuestros predecesores ponían la oreja para escuchar en la espalda, después surgió el fonendo, y ahora tenemos el ecógrafo que complementa la exploración que hacemos con nuestras manos», añade la médica.
Como ejemplo, detalla que «en el caso de un paciente que llega a la consulta con dolor de riñón y ante la sospecha de un posible cólico renal, a la hora de plantear el tratamiento o derivarlo a Urgencias, tener a mano el ecógrafo contribuye a ver in situ si el riñón está sufriendo o no; si el paciente tiene un cálculo enclavado o no, o si no hay un correcto drenaje de la orina».
Según el contexto, la estrategia terapéutica será una u otra. «Si se confirma el diagnóstico de un riñón obstruido, derivaremos al paciente al hospital para someterlo a técnicas terapéuticas más avanzadas; de no ser así, en el mismo CAP podremos seguir con el tratamiento terapéutico y aumentar la analgesia», explica la médico.
La experiencia en el empleo del ecógrafo en el CAP Salou se remonta hace una década. «Desde entonces, el uso de dicho procedimiento diagnóstico nos permite a los médicos de familia diferenciar lo que es patológico de lo que no, y de esta manera solo derivar un 1% de los casos al Servicio de Radiología», afirma Yolanda Ortega, quien hace hincapié en que «el Radiólogo interviene cuando tenemos una patología que excede de nuestras competencias».
Futuras generaciones
Sobre las posibilidades de futuro a nivel diagnóstico de la ecografía y pensando en las futuras generaciones de médicos y médicas, la también profesora de la URV asegura que «a los estudiantes les explico que aunque nunca debemos perder de vista nuestras manos a la hora de explorar al paciente, debemos introducir la ecografía como herramienta complementaria, puesto que nos da una imagen instantánea de la patología y podemos cuantificar lo que estamos viendo».
Por esta razón, hace hincapié en que «para los actuales alumnos de Medicina que serán los médicos de la próxima década, el ecógrafo debe formar parte de su práctica clínica; en otras palabras, debe incluirse en el terreno práctico».
Y más teniendo en cuenta la evolución de la propia tecnología: «En la década de los ochenta y noventa teníamos aparatos complejos con una pantalla pequeña y en la consulta contábamos con la ayuda del radiólogo; después aparecieron los ecógrafos portátiles con una mayor accesibilidad; y en estos momentos tenemos herramientas ultraportátiles conectadas a través de bluetooth a nuestros teléfonos móviles», explica la Dra. Yolanda Ortega. Por todo ello, aboga por contagiar la ‘eco-locura’. «El ecógrafo es una herramienta que no puede quedarse en la entelequia, sino que debe estar en la consulta de los médicos y médicas de familia para la tranquilidad diagnóstica de nuestros pacientes», concluye Yolanda Ortega.
Unas palabras que van en consonancia con el manifiesto de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària: «El mundo de los ultrasonidos está evolucionando cada día, la mejora de los equipamientos, la mejora de los precios, la incorporación de la inteligencia artificial, todo está haciendo que el acceso de los sanitarios sea cada vez más fácil. Con el ecógrafo a nuestra disposición, no tenemos techo si una buena formación nos avala».