«El trabajo es mi vía de escape, no dejo que el dolor me destroce»
A Lourdes Meroño, de Banyeres del Penedès, le diagnosticaron hace un año esclerosis múltiple, la enfermedad neurodegenerativa
«Si te mantienes psicológicamente fuerte, puedes tener una vida digna». A través de su relato, esta es la lección que Lourdes Meroño (Banyeres del Penedès) diagnosticada de esclerosis múltiple hace un año, quiere transmitir a través de sus palabras, coincidiendo con el Día Mundial de la enfermedad, mañana 30 de mayo.
Como ella, según cifras de la Fundació Esclerosi Múltiple, más de 9.000 personas conviven con la enfermedad.
Asimismo, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) en la actualidad existen en España más de 55.000 personas afectadas de esta enfermedad, que no solo es el trastorno inflamatorio más común del sistema nervioso central, sino que es la principal causa de discapacidad no traumática entre los adultos jóvenes del mundo occidental y la segunda enfermedad neurológica -tras la epilepsia- más frecuente entre adultos jóvenes: la edad de inicio de esta enfermedad se sitúa entre los 20 y los 40 años en la gran mayoría de los pacientes.
Además, en todo el mundo, en los últimos cinco años, ha aumentado cerca de un 20% el número de pacientes con esclerosis múltiple.
Tras sufrir un grave accidente de tráfico con múltiples secuelas –después de repetidas intervenciones quirúrgicas y un largo periodo de recuperación– a Lourdes le diagnostican fibromialgia.
Pero todo empezó a cambiar a finales de 2022. Como si fuera ayer, recuerda que «el 8 de diciembre de ese año, estando de vacaciones en las Terres de l’Ebre, después de una siesta, me desperté con el rostro medio dormido. Estuve cuatro días así, pero no le di más importancia».
En cambio, coincidiendo con su regreso a casa, y por indicación de su reumatóloga, acudió primero a Urgencias y después a la consulta de su médico de cabecera. «La cortisona que me administraron mejoró la sintomatología. Todo parecía ir bien, hasta que el 22 de diciembre volví a notar que se me dormía medio rostro», detalla la bañerense.
Alertada por este nuevo episodio, y tras dejar pasar las fiestas navideñas, «a la desesperada acudí a Urgencias del Hospital General de Catalunya, y después me dieron cita preferente con el neurólogo», explica Meroño, quien añade que «tras un TAC, cuyos resultados fueron normales, la especialista también solicitó una resonancia que puso en evidencia tres lesiones cerebrales; pensé que no salía de esta, el impacto psicológico fue muy bestia».
Esclerosis múltiple
Fue entonces cuando a Lourdes Meroño le insinuaron que podía padecer esclerosis múltiple. «Para confirmar la enfermedad me hicieron una punción lumbar y repitieron la resonancia», detalla la paciente, quien recuerda que la esclerosis múltiple «es conocida como la enfermedad de las mil caras porque a cada persona se le presenta de una manera diferente».
Tras corroborar el diagnóstico, su caso fue derivado al Hospital del Vendrell. «Tras meses de incertidumbre y espera, empecé con el tratamiento médico el 7 de septiembre de 2023, a base pastillas –zeposia–, que tienen el inconveniente añadido de que no todos los pacientes las toleran de la misma manera. Por ello, para estar seguros, me hicieron un electrocardiograma, revisaron la vista para descartar que tuviera problemas de visión y comprobaron los anticuerpos de varicela».
Transcurrido este tiempo, la bañerense asegura que «con esta enfermedad no hay nada normal; se me ha despertado el nervio trigémino y también tengo problemas de oído; la raíz de todo ello es la esclerosis múltiple».
«Acudí al psicólogo porque pensé que todos mis males se terminarían con la medicación, me hice muchas ilusiones; ahora me tomo seis pastillas y me pincho una vez cada ocho semanas, porque también tengo artritis soriásica, otra enfermedad autoinmune», añade.
Carácter optimista
Problemas de salud que Lourdes Meroño ha aprendido a relativizar. «Afronto el día a día como si estuviese sana, porque si pones el foco en el dolor, este se multiplica». En este sentido, ha encontrado en el trabajo uno de sus pilares principales: «El trabajo es mi vía de escape; no dejo que el dolor me destroce».
Por todo ello, hace un doble llamamiento: «A los médicos les diría que tengan una mayor predisposición a escuchar a los pacientes porque la sintomatología de la esclerosis múltiple es muy amplia y, al fin y al cabo, quien se queja, no lo hace por vicio; y a las personas afectadas les diría que no tengan prejuicios a la hora de dar a conocer su relato».
Experiencias que como la de Lourdes Meroño son una demostración fehaciente de su carácter optimista.