Cáncer de pulmón: a prueba la primera vacuna

Seis hospitales de España participan en un ensayo clínico que podría cambiar el futuro tratamiento de la enfermedad

Sin prisa, pero sin pausa. Así avanza la ciencia en la mejora de los tratamientos contra el cáncer. Por ello, España es uno de los siete países, junto al Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Hungría, Polonia y Turquía, que ha empezado a probar la vacuna experimental BNT116 para combatir el cáncer de pulmón de células no pequeñas, es decir, el tumor de pulmón más frecuente y principal causa de mortalidad por cáncer en el mundo.

De esta manera, el ensayo clínico, que se encuentra en fase 1, se llevará a cabo en 34 centros de investigación con la participación de 130 pacientes, quienes recibirán la vacuna junto con inmunoterapia. En el caso de España participan el Institut Català d’Oncologia (Badalona) y el Hospital Vall d’Hebron (Barcelona), el Hospital Virgen de la Macarena (Sevilla), la Fundación Jiménez Díaz (Madrid), el Hospital Universitario y Politécnico La Fe (Valencia) y el complejo hospitalario universitario de Santiago de Compostela.

Al respecto de la investigación, el Dr. Enric Carcereny, oncólogo del Institut Català d’Oncologia, explica que «en la fase inicial, se pretenden evaluar los posibles efectos secundarios, así como la actividad que pueda tener la combinación de diferentes tratamientos de inmunoterapia, en este caso dicha vacuna y la inmunoterapia».

De ahí que el perfil de pacientes también sea heterogéneo: «Desde los que se encuentran en una diagnóstico precoz, y previamente a una intervención quirúrgica para reducir el tumor, hasta otros en fases avanzadas, e incluso pacientes que no son candidatos para la quimioterapia porque dada su situación podría ser más perjudicial que beneficiosa», detalla el especialista.

En este contexto, el Dr. Carcereny subraya la inmunoterapia como uno de los pilares del cáncer de pulmón, «ya sea cuando la enfermedad está localizada como cuando ha sobrepasado el límite del órgano». «Hasta ahora, los tratamientos de inmunoterapia destapan el camuflaje que utiliza el tumor para pasar desapercibido ante el sistema inmune del paciente, de tal manera que cuando levantamos esta ‘capa’ el sistema inmune es capaz de reconocer el tumor como algo alieno al organismo y eliminarlo», explica el oncólogo.

Si bien, «no todos los pacientes responden al tratamiento y muchos otros, tarde o temprano, desarrollan resistencia; entonces, combinar diferentes tratamientos de inmunoterapia, como una vacuna, pretende mejorar los resultados, ya sea beneficiando a más pacientes, así como retrasando la resistencia o evitándola».

De cara al futuro, y de probarse la efectividad de la combinación de la vacuna experimental BNT116 y la inmunoterapia, el oncólogo confía que pueda convertirse «en un arma más contra el tratamiento del cáncer de pulmón».

En esta línea, el Dr. Ernest Nadal, jefe de sección de Tumores Torácicos del Instituto Catalán de Oncología, recuerda que «a pesar de los avances en el tratamiento, el cáncer de pulmón sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en Catalunya. Durante los últimos años, se ha observado una disminución en el número de defunciones por cáncer de pulmón en hombres, mientras que en mujeres ha seguido aumentado».

Él mismo señala que «el factor de riesgo principal es el consumo de tabaco. Alrededor del 80-90% de los pacientes a los que diagnosticamos un cáncer de pulmón han estado expuestos al tabaco a lo largo de su vida. Es preocupante que alrededor del 25% de la población de Catalunya siga fumando». Si bien, añade, «hay otros factores de riesgo como la exposición al amianto, al radón o a otros agentes contaminantes en el ambiente de trabajo».

Ante esta situación, en cuanto a la importancia de la inmunoterapia y los tratamientos dirigidos para la supervivencia de los pacientes, el Dr. Ernest Nadal indica que «ambos tratamientos han transformado la manera de diagnosticar y tratar la enfermedad. Gracias a estos tratamientos los pacientes con cáncer de pulmón pueden llegar ser largos supervivientes», mientras que en vistas al desarrollo clínico de una vacuna considera que «la investigación básica y clínica son fundamentales para mejorar los tratamientos disponibles y mejorar tanto los resultados en salud como la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes».