Montbriart, talento creativo a pie de calle
La décima edición llegará hoy a su fin, después de inaugurarse ayer
Un escaparate de talento. Una galería de creatividad. Una pasarela de arte. Esta es la esencia del Montbriart, y que desde hace una década sigue intacta. En esta décima edición, más de ochenta artistas son los responsables de hacer latir el corazón del certamen, cuyas arterias se ramifican por las calles y casas de la localidad.
Un año más, «Montbriart combina y experimenta con nuevos formatos y espacios expositivos, donde los artistas pueden exponer sus propuestas, enriqueciendo la oferta cultural del pueblo y cambiando su aspecto habitual», destacan desde la organización.
Una fisonomía que en esta edición se ha cuidado hasta el último detalle, con dos tartas gigantes que conmemoran la efeméride, caramelos y golosinas que endulzan el recorrido por la muestra, así como pancartas -Per molts anys Montbriart- que brindan por la primera década de la muestra de artes visuales. Una razón añadida para que «además de exposiciones, también encontremos nuevas formas de expresar, crear, experimentar... como son talleres, espectáculos y el mercado de ARTesania».
Diversidad de expresiones
Las hermanas Núria y Antònia Mata son el rostro de la marca tarraconense Tàndem, que crearon hace aproximadamente dos años y medio. Si bien, es la primera vez que participan en la muestra de artes visuales de Montbrió del Camp. «Nos llamó la atención el acontecimiento porque engloba muchas expresiones artísticas», explica Núria.
Así, la misma detalla que «hemos traído a Montbriart artesanías creadas con pasta de papel y una colección de bisutería hecha con diferentes materiales». De la pasta de papel resalta que «cuando creamos la marca, buscamos un material a partir del cual crear una expresión artística y reciclar, es decir, dar una nueva vida a un material en desuso».
En familia
Las pintoras Cori Vernis, Anna A. Vernis y Mar A. Vernis comparten espacio en Cal Gaspar Ferrer (Carrer del Rec). «Es la cuarta vez que participamos y como somos familia compartimos espacio, pero cada una tiene su propio estilo», comenta Cori Vernis, quien pinta cuadros al óleo. «Son personajes inventados y quien los mira siempre me pregunta por las emociones que representan», explica la artista autodidacta, quien también confecciona, de manera artesanal, muñecas de arcilla polimérica y colgantes con resina».
Por su parte, Anna A. Vernis muestra «colgantes de arcilla polimérica y resina; llaveros hechos a mano y decorados con pintura acrílica y también muñecas decorativas de madera, así como otras recicladas con botellas de plástico y vasos de cartón». Como novedad, este año presenta una colección de bolsas diseñadas y dibujadas a mano. En cambio, Mar A. Vernis, licenciada en Bellas Artes, exhibe «miniaturas diseñadas a partir de cajas de madera, todo hecho a mano, y algunas tienen también luz incorporada; imanes y llaveros de madera decorados con pintura acrílica». Una muestra que se complementa con cuadros al óleo y la técnica al pastel.
Las tres valoran que Montbriart contribuye a que «el arte llegue a todo el mundo», a la vez que agradecen el gesto de los vecinos de abrir sus casas para que los artistas podamos exponer nuestras obras».
Marisa Gordillo y Jesús Pujales son la cara visible de las joyas con personalidad Oh! Reus. Por segundo año consecutivo participan en el Montbriart. «Que la muestra gire alrededor del arte es muy interesante porque coincidimos con otros artistas, pintores, escultores, etc.», afirman.
Poder transmutador
También comparten hogar artístico, Cal Ramon Espasa (Carrer d’Avall), la ceramista Milagros Gómez y la pintora Missi Olesti.
«Muestro una colección de pintura intuitiva, es decir, canalizo lo que pinto. Puedo conectar con el alma de las personas para obtener información, y los dibujos que diseño son códigos para las personas que les ayudan a transmutar patrones para activar sus capacidades», detalla Olesti, mientras que de la gama cromática describe que «también son códigos que ayudan a transmutar todo lo que hemos heredado, como patrones, de nuestros ancestros, o aprendido como sociedad y que coartan nuestras capacidades».
Por su parte, Milagros Gómez focaliza su capacidad artística en dos vertientes: la cerámica, de la que dice que es «una pasión muy fuerte porque cada día es un aprendizaje», y la pintura. Entre las piezas que exhibe los corazones ocupan un lugar especial. «Son fruto de la demanda, la gente quiere corazones rojos, como referente social del amor y la pasión», asegura. En cuanto a la relación con un material como la arcilla, explica que «la clave está en el equilibrio, es decir, aunque con el torno tienes la sensación de que tú tienes la fuerza y el control del proceso, es la arcilla la que manda. Entonces, cuando aprendes a pensar interiormente en el proceso, es cuando consigues ‘dominar’ el material con las manos».
Por último, las artistas Milagros Gómez y Missi Olesti valoran «la oportunidad que brinda Montbriart abriendo las puertas al arte, que tan necesario es para todas las personas, en tanto que nos ayuda a evolucionar y a crecer para ser realmente quienes somos».