Las esculturas de Ariadna Parreu, una ventana a la ecología

La artista reusense ha inaugurado la muestra ‘Boca-Bola’ en el Museu d’Art Modern

La idea de intersección o límite de qué es o no es la naturaleza; la construcción del paisaje como concepto; qué entendemos como materiales naturales; o el por qué le damos a la naturaleza una dimensión de ‘bondad’ y no de ‘toxicidad’. Estas y otras cuestiones han inspirado la última exposición de la escultora Ariadna Parreu (Reus, 1982). La muestra Boca-Bola se inauguró ayer en el Museu d’Art Modern de la Diputació de Tarragona y se podrá visitar hasta el próximo 1 de septiembre en la sala de exposiciones temporales.

La escultora reusense Ariadna Parreu durante la presentación de la exposición en el Museu d’Art Modern. FOTO: PERE FERRÉ

«El marco general de la exposición Boca-Bola es la ecología y el concepto de naturaleza, aspectos que siempre me han interesado y que trabajo e investigo, tanto como escultura como profesora», explica Ariadna Parreu, quien del resultado dice que «es un ejercicio conciso y práctico sobre la idea del paisaje en el caso concreto del Camp de Tarragona».

Todo ello, describe, «enmarcado desde una perspectiva postecológica en el sentido de replantearse la naturaleza como una construcción humana, fruto de procesos industriales o materiales que aparentemente parecen artificiales -o hasta incluso sintéticos- pero enfocados como parte de la naturaleza y de la concepción de lo que es el mundo».

Del territorio, sigue explicando la escultora, «me he inspirado en aquello que, aunque no vemos, está ahí, como es la petroquímica, y que hemos asumido como parte de nuestra naturaleza y cotidianidad; por lo que me pregunto cómo convivimos con esta realidad y cómo nos transforma».

Entonces, inspirándose en esta perspectiva, la escultora reusense utiliza materiales diversos como «plásticos, ópalo y otros minerales, porcelana...», que, según palabras de la artista, «me han permitido explorar diferentes condiciones de los mismos».

Un trabajo que ha materializado en una decena de esculturas que se exhiben en el MAMT suspendidas en el aire, apoyadas en el suelo o colgadas en la pared, y del que la presidenta de la Diputació de Tarragona, Noemí Llauradó, destacó, durante la inauguración, «el cariz rompedor de las obras, así como el talento y la proyección de su autora». De hecho, hace apenas un mes recibió un accésit por la obra Viró en la convocatoria del Premio Antoni Vila Casas de Escultura 2024.

Etimología

«Lo primero que me explicó la artista sobre su muestra escultórica fue que las dos palabras coinciden en su raíz etimológica: boca y bola. El bulto y la cavidad. Allí donde se anula la forma». Con estas palabras, la crítica de arte Núria Gómez Gabriel deja constancia, en la hoja de sala de la exposición, de lo que para Ariadna Parreu «son dos gestos muy particulares de la escultura».

Así, de la exposición del Museu d’Art Modern afirma que «es mi primera muestra individual en el Camp de Tarragona, aunque sí que había participado en muestras colectivas». Como es el caso de Artist s contemporan s que visibiliza y reivindica la obra de quince mujeres creadoras, y que también se puede visitar en el MAMT durante lo que queda de año. «En el campo del arte, como en muchos otros, las mujeres han sido relegadas, por lo que es importante que se le reconozca su espacio, sin que esto se convierta en un hecho ni especial ni anecdótico», afirma la artista.

Su obra también ha sido premiada y expuesta en los Premios InJuve para la Creación Joven de Madrid, en la Bienal de Valls Guasch-Coranty, en la BIAM de Amposta, la Residencia HANGAR, o en La Capella en el marco de Bcn Producció, entre otros.

Licenciada en Bellas Artes por la Universitat de Barcelona, actualmente Ariadna Parreu compagina su trabajo escultórico con el de docente de Teoría e Historia del Arte. En este sentido, a sus alumnos y alumnas les transmite que «es tan importante lo que se dice como la manera en la que se dice, así que deben ser muy críticos con lo que están investigando, leyendo y aprendiendo».

En este punto, concluye que «lo que nos rodea forma parte del mundo en que vivimos, así que entender de qué manera están hechas las cosas, nos puede ayudar a entendernos a nosotros mismos, tanto en el ámbito individual como colectivo».

La exposición ‘Boca-Bola’ se inauguró ayer en el MAMT y se podrá visitar hasta el próximo 1 de septiembre. FOTO: PERE FERRÉ