Joan Dausà: «Con el piano y la voz todo es más íntimo, pero a la vez más potente»

Todo un clásico de las fiestas navideñas. Esta es la estela que precede la tradicional gira de Navidad de Joan Dausà. Este sábado, el músico ofrecerá un doble concierto en el Palau Firal i de Congressos de Tarragona (19 y 21.30 horas), con el cartel de entradas agotadas.

En total, la gira de Navidad, en la que repasa su cancionero de manera íntima, suma 19 conciertos por toda Catalunya frente a 17.000 espectadores, que acompañarán al artista en sus últimas actuaciones antes de hacer una parada para preparar su próximo disco.

Un total de 19 conciertos y 17.000 espectadores. En la mayoría, con el cartel de ‘sold out’ colgado. Son cifras que dan vértigo. ¿Cómo las afronta?

Me generan ilusión, porque despiertan en mí la sensación de ver que la gente se ha hecho suyas las canciones, el proyecto y que tiene ganas de reencontrarse conmigo. Con esta excusa, nos deseamos, entre todos, felices fiestas. Todo ello hace que ya tenga ganas de celebrar cada uno de los conciertos y de compartir cada instante con el público.

La gira de Navidad es un regalo lleno de momentos mágicos. ¿Qué recuerda de manera especial?

Los instantes en que cantamos canciones navideñas y que hablan tanto de los que están como de quienes nos han dejado, como por ejemplo Per Nosaltres i els de Dalt y que despierta una emoción muy especial entre el público.

¿Por qué debemos recordar las personas que ya no están entre nosotros?

Al final, es aceptar la vida como es, es decir, con la misma vida y la propia muerte. Por lo tanto, en el momento en que recordamos a quienes nos gustaría que estuviesen con nosotros, también es una forma de hacerlos presentes. Para mí, esta es la clave para estar conectados y, si más no, un hecho de justicia.

La música es una manera de hacer terapia.

Totalmente. Primero, cuando compongo las canciones y, después, cuando las comparto con el público, se generan momentos muy especiales que, seguro, ayudan a deshacer nudos y a desprenderse de tristezas concentradas y acumuladas. Las fiestas navideñas son días en los que la gente está más dispuesta a mirar en su interior.

Todo ello, a través de la voz y el piano en el escenario.

Al final, es volver a la esencia, desnudarse, para conectar con la verdad a través de las letras y la música. Todo es más íntimo, pero a la vez más potente porque viajas al origen.

¿Cuál es el secreto para hacer canciones y hacerlas llegar a quién las quiera escuchar?

Componerlas desde la verdad emocional, que cada uno tiene la suya. A partir de esta sinceridad, toda persona que se sienta interpelada puede hacerse suyas las canciones y conectar con el proyecto. No pretendo ser otra persona ni hacer lo que los demás hacen.

¿Diría que vive el momento más dulce de su carrera?

La sensación que he tenido en estos doce años es que cada momento era muy dulce y que cada uno lo era más que el anterior. Ahora, lo es más porque la familia ha crecido. Además, vivir experiencias como la del Palacio de Vistalegre en Madrid y la del Palau Sant Jordi en Barcelona hacen que todo sea especial. La sensación es que es una trayectoria dulce en la que he acumulado momentos bonitos. Esto es lo que me hace realmente feliz.

Na’fent fue el primer grupo de su etapa universitaria. Y hasta aquí ha llegado paso tras paso.

Era un presagio porque, al final, todo es cuestión de sumar días. El balance es muy positivo. Ir paso a paso hace que la trayectoria se construya poco a poco y que no sea un accidente, sino una consecuencia de haber conectado con uno mismo y de seguir trabajando.

En este camino, ¿de quién va cogido de la mano?

Primero de mí mismo y, después, de la gente que quiero y que me quiere, que serán quienes me den buenos consejos para estar centrado. También de personas que tienen talento y a las que admiro, y que se han sumado al proyecto para hacerlo crecer.

¿Qué consejo ha marcado un antes y un después en su evolución como artista?

En mi paso por el Institut del Teatre, el director argentino Javier Daulte nos decía que debíamos trabajar desde nuestra verdad emocional. Es un consejo que siempre he aplicado y que me ha permitido, siendo yo mismo, ser cercano a los demás.

Un aprendizaje que requiere de tiempo.

Escucharte, ser coherente, no precipitarte o, incluso, relativizar las cosas es importante. También creer que lo que tenga que pasar terminará sucediendo, de una manera u otra. Todo es cuestión de perseverancia.

Si le sonríes a la vida, la vida te sonreirá a ti.

Sí. De esta manera, se generan una alegría y una energía que se contagian.

¿Qué le debe a la canción ‘Jo mai mai’?

Es la punta del iceberg del proyecto. No creo que sea la mejor canción, pero sí que es la que nos ha permitido disfrutar de todo lo que estamos viviendo.

La canción también da nombre a un vino.

Cuando publiqué Jo mai mai, hace doce años, pensé que sería divertido que fuese una bebida de sobremesa, ya que la canción también lo propone. La idea quedó guardada hasta que el año pasado la bodega Martín Faixó de Cadaqués se sumó a la iniciativa de embotellar un vino compartido. Lo he hecho para pasármelo bien y vivir experiencias diferentes.

El vino es para ocasiones especiales.

Encaja perfectamente en una cena de pareja, una comida de Navidad, un aniversario... Es un vino para jugar y disfrutar.

También ha publicado el cuento ‘I si aquí no acaba tot’. ¿Qué le diría a Drac, el protagonista?

Lo que le dice Júlia, la otra protagonista: que la vida se puede leer de muchas maneras. Hay una manera poética que es dejar la puerta abierta, porque, tal vez, no todo termina aquí. La vida puede ser una colección de cuentos y que la que ahora vivimos es uno de los relatos. Es un consejo bonito para que los niños puedan vivir con tranquilidad.

La gira de Navidad terminará en Riudoms el 4 de enero. ¿Qué le pedirá a los Reyes para el 2025?

Salud, estar con la familia y los amigos y poder encontrar la inspiración para componer las canciones de mi nuevo disco.