Joan Arnau Pàmies, compositor: «Puedo escuchar a Taylor Swift y The Beatles, ya que me interesa la calidad musical»
El reusense ha sido nombrado nuevo compositor residente de la Associació de Concerts de Reus para las temporadas 2024-2026
El reconocido compositor, productor, multiinstrumentista e intérprete Joan Arnau Pàmies (Reus, 1988) ha sido nombrado nuevo compositor residente de la Associació de Concerts de Reus para las temporadas 2024-2026, tiempo en que aportará su visión artística e innovadora.
Toma el relevo de Joan Magrané como compositor residente de la Associació de Concerts de Reus.
Pienso que es un cambio positivo porque la música de Joan Magrané y la mía son muy diferentes. Él está más influenciado por la música clásica y yo por la electrónica, el jazz, la improvisación, etc. Todo ello contribuye a un enriquecimiento de la oferta cultural de la ciudad a través de la diversidad estética y artística.
¿En qué se centrará?
Por un lado, se programarán distintos conciertos, algunos interpretados por mí y otros a cargo de grupos de cámara o solistas que tocarán mis composiciones. Por otro, quiero mostrar una panorámica del trabajo que he hecho hasta el momento. Como compositor pienso en muchos tipos de música y maneras de hacerla. Lo que quiero transmitir es cómo un mismo artista, según sus necesidades, puede crear desde composiciones más electrónicas hasta otras para piano solo o de improvisación. La diversidad es la característica principal de mi música.
Su camino artístico se remonta a cuando tenía 5 años.
Empecé acudiendo a clases de piano en la Escola Xilòfon de Reus. Después continué la formación en el Conservatori de Música de Reus y seguidamente en el Conservatori de Música de Vila-seca. Tras un año en Barcelona, me fui a Estados Unidos, al New England Conservatory of Music de Boston y más tarde me doctoré en composición y tecnología musical por la Northwestern University de Illinois.
¿Qué despertó en usted este interés tan precoz?
Seguramente, el hecho de que en casa vivíamos de cerca la música. Mi padre, además de ser profesor de Lengua y Literatura catalanas, era musicólogo.
Su familia conserva una de las colecciones privadas más grandes de discos de jazz y blues.
Sí. Todos estos discos los escuchaba cuando tenía entre cuatro y cinco años. Me pasaba horas en el sofá escuchando jazz, blues, ... Todo ello me ayudó a desarrollar una escucha atenta y a tomarme la música más en serio. Una experiencia que, lamentablemente, se está perdiendo, puesto que se opta por escuchar canciones aleatoriamente en plataformas digitales.
¿Tiene algún ritual a la hora de escuchar música?
Siempre que puedo, me gusta hacerlo en buenas condiciones, ya sea en el estudio, con unos buenos altavoces o auriculares. Escucho música frecuentemente, sobre todo desde que cree mi propio sello discográfico, por lo que me centro mucho en la calidad y la atención.
¿Y cómo disfruta de los momentos de silencio?
El silencio es fundamental a la hora de componer mi música. Además de en términos de falta de sonido, necesito silencio mental para pensar sin distracciones. Este aislamiento contribuye a que me pueda centrar y concentrar en lo que hago de una manera profunda. Es importante que el público sepa que componer música desde cero requiere mucha atención y concentración, y con la vida que llevamos, esto significa ir a contracorriente.
Ha comentado que «no se siente cómodo trabajando dentro de los límites de géneros». ¿A qué se debe?
Se debe a que entiendo la música en toda su totalidad, es decir, puedo escuchar desde Taylor Swift hasta The Beatles, pasando por Charlie Parker. Me dan igual los estilos, lo que me interesa es la calidad musical, es decir, si la música está bien hecha y si consigue el objetivo para lo que ha sido creada. Además, me gusta experimentar diferentes terrenos, desde la improvisación y el jazz, hasta la música electrónica y de baile. Me gusta sentirme libre.
En 2021 lanzó su álbum debut ‘Nocturnes, fantasias’.
El disco vio la luz durante la pandemia. A partir de entonces, me he centrado en dos aspectos. Por un lado, he desarrollado un lenguaje de música electrónica propio, más pop y bailable, a través de mi seudónimo Inlet Industry; y, por otro, en 2022 fundé el sello discográfico Protomaterial Records a través del cual elijo los y las artistas con los que quiero trabajar.
¿Es muy selectivo?
Para mí, en la música es muy importante crear comunidad, es decir, crear música pensando en quién y para quién la hago; hay muchos artistas que conozco que trabajan muy bien, pero que no han tenido la oportunidad de hacerlo, todavía, con un sello discográfico, por lo que quería abrirles las puertas y contribuir a dar a conocer su música a través de la producción.
¿Qué valor tiene la improvisación en sus directos?
Es muy importante. Por esta razón, intento ofrecer conciertos a piano solo y únicamente de música improvisada. Me interesa esta experiencia por varias razones. La primera es que para mí la improvisación es un tipo de composición, en este caso a tiempo real y frente al público. Otro motivo es que la improvisación tiene un riesgo implícito porque no sabes cómo sonará la música hasta que suena, por lo que es un chute de adrenalina que contribuye a que el concierto tenga más energía. En cualquier caso, mi prioridad es que la música improvisada suene lo máximo de bien posible, es decir, como si fuese una melodía escrita desde la primera hasta la última nota.
¿Estar solo con el piano hace que se sienta más libre?
Sí, en el sentido que todo lo que haces tú es lo único que pasa en el escenario, no dependes de nadie más. Pero también hay una falta de libertad que te impones tú mismo, es decir, aunque me sienta libre, interpreto música para un público con el que quiero comunicarme.