El polifacético universo de Bigas Luna
Reus. Una doble exposición de Josep Borrell Garciapons conmemora los 10 años del fallecimiento del director de cine
«Bigas Luna sigue entre nosotros a través de los actos que se organizan para recordarle. No quiero que caiga en el olvido, porque a los muertos, si te olvidas de ellos, los matas dos veces». Como un libro abierto se expresa Celia Orós, viuda del cineasta Bigas Luna con motivo de la inauguración, ayer, de la doble exposición, Bigas Luna (1946-2013): deu anys després, del fotógrafo reusense Josep Borrell Garciapons.
Las dos muestras encumbran el mundo polifacético del cineasta. Por un lado, en la Sala Fortuny del Centre de Lectura -hasta el 13 de mayo- se muestran los Retrats que Josep Borrell captó con la complicidad de Bigas. Por otro lado, en el Museu Salvador Vilaseca la exposición Filmant -hasta el 27 de mayo- aglutina fotografías sobre el Taller Bigas Luna Reus, el Festival Europeu de Curtmetratges FEC 2004 e imágenes de rodajes. La doble exposición es fruto de la complicidad entre la Fundació Privada Reddis y el Museu Salvador Vilaseca de Reus, la colaboración del Centre de Lectura y el apoyo de la Generalitat, la Diputació de Tarragona y de Reus Cultura.
En particular, para Celia Orós estos últimos diez años sin el cineasta han significado «aprender a vivir sin él, porque cuando una persona, que es tu vida, desaparece, te deja un gran vacío».
Del carácter del cineasta, recuerda que «era un hombre maravilloso, sus ideas y teorías sobre la vida y la naturaleza no tenían fin, por lo que cualquier conversación con Bigas era diferente...», además de destacar que «era una persona muy familiar y amante de sus perros».
De hecho, a través de sus fotografías Josep Borrell Garciapons retrata esta proximidad. «Nos conocimos en 1999 y nos unió una gran amistad. Por ello, encuentro interesante las imágenes que retratan su faceta más íntima, como encuentros con amigos, comidas, reuniones de proyectos, etc.», afirma y añade que «Bigas Luna era una persona muy cercana, cuya amistad debo a Rafael Bartolozzi, puesto que fue quien me presentó al director de cine».
En esta misma línea, asegura que «en aquella época, ver a un cineasta tan cercano era sorprendente porque normalmente acostumbran a mantener la distancia. Bigas Luna era todo lo contrario, era muy amable, amigo de sus amigos, etc. Una persona muy humana con quien congeniábamos». De hecho, «a ambos les unió una coincidencia, sus ojos encuadraban todo lo que veían, una característica innata que se tiene o no se tiene».
Cabe destacar también la época que Bigas Luna y su esposa estuvieron viviendo en el Mas de Virgili, un pequeño núcleo situado en el término municipal de la Riera de Gaià. «Desde 2005 vivimos permanentemente en el Mas de Virgili, una zona preciosa; a Bigas le encantaba pasear y salir con los perros, y disfrutar tanto del campo como de la playa».
Al respecto, el presidente de la comisión de Cultura de la Fundació Privada Reddis, Xavier Filella, destaca que «Bigas Luna fue una persona muy cercana al territorio; él mismo hablaba de Reus, Tarragona, Valls, donde nació su padre, el Priorat y las Terres de l’Ebre como la ‘California catalana’».
Faceta plástica
Por otro lado, en la última década Celia Orós se ha dedicado en cuerpo y alma a «dar a conocer la faceta plástica de Bigas, porque a día de hoy todavía hay mucha gente que desconoce que pintaba». De las últimas películas, Yo soy la Juani (2006) y DiDi Hollywood (2010), Celia Orós fue la productora ejecutiva. Si bien, reconoce que se mantenía al margen de los rodajes. «No lo acompañaba, solo iba a verle el fin de semana, porque entre el equipo se establece una conexión especial y todo el mundo tiene mucho trabajo; y cualquier distracción externa podría romper el ritmo», afirma.
A nivel profesional, corría el año 2000 cuando impulsó el Taller Bigas Luna (TBL) en Reus, el primer taller de cine digital de Bigas Luna, que se creó en La Palma aprovechando la llegada de las cámaras digitales, y que funcionó hasta 2005. Entre quienes pasaron por el taller, destaca el cineasta argentino Santiago Garrido Rua, un colaborador habitual de Bigas. «Me vine de Argentina a Reus porque en esa época había pocos lugares donde estudiar y aprender directamente de un director como Bigas Luna, fue toda una oportunidad. A partir de ahí, forjamos una gran amistad», asegura Santiago Garrido.
Asimismo, reconoce que «la primera impresión fue la de estar ante un artista de verdad, un hombre sencillo, artesano, con una elegancia y buen gusto para hablar de ideas, discutirlas, etc. Trabajar con él era siempre placentero a la vez que intenso, y cuando venía la tormenta había que mantener la calma, actuar rápido y tener listas muchas ideas para resolver los problemas».
De Bigas Luna como cineasta, Santiago Garrido afirma que «lo que él me enseñó es lo que, desde hace una década, enseño yo a mis alumnos», mientras que de filmes como Yo soy la Juani valora el reflejo de «arquetipo de mujer urbana de la España del momento, lo que hoy en día es Rosalía en el mundo de la música». En esta misma línea, destaca que ambas tienen en común que «son mujeres jóvenes con mucha energía que se rebelan contra el patriarcado, la estupidez y la sencillez de la naturaleza masculina; creen en sí mismas, en la fuerza de su condición y de su género, y que no se quedan esperando a que el hombre las lleve al trono, sino que lo alcanzan solas». Cabe destacar que en 2016 Santiago Garrido dirigió el documental Bigas x Bigas, una retrospectiva hecha después del fallecimiento del director.
Por último, sobre qué pueden aprender de Bigas Luna las futuras generaciones de cineastas, Santiago Garrido señala que «lo más interesante es que vean sus películas y extraigan sus conclusiones», para quien la mejor cinta de la filmografía de Bigas Luna es Volavérunt (1999): «Por su complejidad y riqueza en muchos aspectos, como la fotografía a la historia del guion, los planos, el lenguaje, etc. refleja quien era Bigas Luna».
La exposición en el Centre de Lectura se puede visitar hasta el próximo 13 de mayo. Foto: Alfredo González