Consejos para adaptarse al horario de invierno
La madrugada del sábado al domingo el reloj se retrasará una hora, a las tres serán las dos
La madrugada del sábado 29 al domingo 30 regresaremos al horario de invierno, cuando los relojes se retrasarán una hora, y a las tres de la madrugada serán las dos. Entonces, el coste de dormir sesenta minutos más será que tendremos menos horas de luz.
«Como seres humanos, estamos acostumbrados a trabajar con luz natural y en el momento en que buena parte de la jornada laboral se debe hacer con luz artificial, podemos sentir un mayor estrés e intranquilidad», afirma el doctor en Psicología, Psicología Social de Trabajo y de los Recursos Humanos de la URV, Jordi Tous Pallarès. Él mismo hace hincapié en que nuestro estado de ánimo también se ve afectado «porque estamos más pendientes del reloj digital que del biológico y corporal». «El reloj digital marca nuestra actividad, es decir, nos programamos en función del horario. Así, hacer cualquier actividad fuera de esta programación implica una mayor estrés, tensión y cansancio que, aunque a corto plazo no notemos las repercusiones, a largo plazo puede tener consecuencias». Por ello, hace un llamamiento a hacer efectivo el acuerdo que en 2019 tomó el Parlamento Europeo en cuanto a terminar con el cambio de hora.
Mientras tanto, el profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, Diego Redolar, aconseja seguir las siguientes pautas para adaptarse al cambio de hora:
Disfrutar de la luz natural
«La región del cerebro conocida como hipotálamo es la que nos ayuda a regular los ritmos biológicos», afirma Redolar. Y para ello necesita información que puede recibir de diferentes fuentes, como la luz natural. «Si hacemos una correcta exposición solar, la información que recibe el sistema nervioso es mayor a la hora de regular los ritmos biológicos», afirma el especialista.
Planificar
Los hábitos mejoran la regulación biológica. Por ejemplo, si cenemos o salimos a andar a una hora determinada, con el cambio de hora es aconsejable readaptarlas, para que el cerebro reciba las señales necesarias y sepa cuando hay que realizarlas.
Ejercicio físico
En esta misma línea, practicar deporte contribuye a una mejor adaptación. Si bien, debemos evitar hacer ejercicio a última hora de la tarde, porque estaremos en un momento de activación máxima que puede repercutir en el sueño. «Hay estudios que inciden en que realizar ejercicio en las últimas horas del día genera la activación del organismo, por lo que después necesitamos más tiempo para volver a unos niveles de energía que permitan conciliar el sueño», dice Jordi Tous Pallarès.
Evitar el uso de pantallas
Al respecto, Diego Redolar recuerda que «los móviles y tablets emiten una luz azul cuya frecuencia de longitud de onda activa la misma parte del cerebro que se activa con la luz natural. Por lo tanto, utilizar un dispositivo antes de ir a dormir le envía al cerebro una señal de vigilia, lo que resulta contradictorio».
Alimentación
Pensando en el momento de acostarnos, «debemos evitar alimentos que provoquen digestiones pesadas para que no repercutan en la calidad del sueño».
Tiempo en familia
«Frente a una situación que implica una adaptación, compartir ese momento con la familia y conocidos ayuda a tener una mejor la adaptación», afirma Diego Redolar. Un consejo que se puede aplicar tanto al cambio de hora como en otros ámbitos de nuestra vida.