10 experiencias de enoturismo: Tarragona al gusto
Conocer el territorio disfrutando de un atardecer relajado entre viñas o haciendo una ruta entre los paisajes que nos caracterizan
Presentamos algunas propuestas de enoturismo que combinan el cultivo de la viña con experiencias excepcionales y variadas para todo tipo de público.
Tal y como distingue Pablo Neruda, «amo sobre una mesa», el vino transmuta en placer líquido variado.
Para los más exquisitos, expertos en las singularidades del gusto, Caves Vives Ambrós propone una relajada velada con una cata especializada enfocada al conocimiento de productos con unas características determinadas.
Durante dos horas, Castell d’Or abre sus puertas para un recorrido por la historia vitivinícola de la bodega modernista de Vila-rodona, creación de César Martinell, aprendiz de Antoni Gaudí y cabeza de las cooperativas vinícolas, para acabar con una cata de chocolates armonizada con los cavas más representativos de la bodega.
La tradición animal y conciencia histórica se entrelazan en una actividad familiar dinámica donde la Vinícola de Nulles invita a conocer el Alt Camp en un clásico carro de caballos que paseará entre los viñedos hasta el yacimiento ibérico de Rabassats y Casafort, seguido de una visita a la Catedral del Vi de Nulles, la bodega coronada por catenarias, con una cata de vinos y aperitivos.
Para los más aventureros, hasta el mes de octubre, el Celler Suñer organiza salidas en kayak por el río Ebre con intercesión en los viñedos para una cata de vino blanco 100% macabeo, y que sigue hasta llegar al celler donde se ofrecen la resta de vinos acompañados de una pequeña ‘clotxa’, un plato tradicional de la Ribera d’Ebre.
La actividad está pensada para grupos de entre 4 y 10 personas.
En fechas concretas, el Molí de Rué ofrece un viaje al pasado navegando por el río en una réplica de las embarcaciones utilizadas tradicionalmente en la zona del Ebre, para poder disfrutar de la variada fauna autóctona oculta al ojo desnudo en los idílicos parajes del delta. Seguidamente, se visitará la bodega, donde se ofrecerá una cata de los vinos D.O.
El Celler Blanch propone un reto sensorial que pondrá a prueba los sentidos en 45 minutos de desafío con una cata final a manera de recompensa.
La actividad se distingue en tres modalidades diferentes, con una opción especial para familias. Además, la experiencia incluye una visita por el Celler con disponibilidad para entre dos y seis jugadores y con precios variados.
Herederos de la tradición árabe y último bastión de la orden templaria en Catalunya, Miravet es una joya histórica que ha dejado la cultura ceramista como principal atracción del municipio. Entre los muchos encantos de la Serra del Migdia, se encuentran las viñas disgregadas por el territorio. En este espacio idílico, el Celler Pedrola reserva una cata especializada agazapada ante la atenta mirada de su castillo.
Robert de Molesmes empieza en el siglo XI una reforma de la orden benedictina que acabará conquistando toda Europa.
Austeros y espirituales, buscaban volver al origen del cristianismo para ellos extraviado por los excesos de sus predecesores. Con una brutal capacidad constructora, han dejado vestigios de su esencialidad impuestos por todo Occidente.
Con esta experiencia, se viajará hacia el pasado medieval con una visita guiada al Reial Monestir cistercenc de Santes Creus, seguido por una degustación de vinos, aceite de oliva y frutos secos del territorio en la bodega del Mas Vicenç.
Las reservas, actualmente, tienen que hacerse por separado.
Como insectos polinizadores, las abejas son responsables del 80% de la polinización del mundo vegetal. Por ello desempeñan un papel fundamental en la reproducción de las flores de la viña y mantienen la biodiversidad de los viñedos.
Esta original propuesta de visita al Celler Mas del Botó combina la enología con la experiencia apicultora con las abejas melíferas del territorio. La actividad acaba con una cata de vinos y productos locales, junto a diferentes mieles de la casa. Para grupos de entre 4 a 25 personas.
Una propuesta familiar dinámica, el Estol Verd organiza una caza del tesoro donde los adultos deberán buscar el vino escondido entre los viñedos para poder realizar la cata, mientras los más pequeños han de encontrar las pistas para llevarse el tesoro del bandolero. Se trata de un juego conjunto pensado para grupos de entre 4 y 25 personas que recompensa a todos los participantes.