Vecinos de La Plana contra las barreras: «Nos quitan toda la autonomía que nos da la silla de ruedas»
Personas con movilidad reducida del barrio vilasecano reclaman mejorar la accesibilidad para desplazarse a Reus sin necesidad de recurrir al coche
Los vecinos de La Plana están acostumbrados a hacer mucha vida en Reus. A pesar de ser un barrio de Vila-seca, el núcleo se encuentra en el límite con el sur de la capital del Baix Camp, donde encuentran muchos servicios de los que carecen en el barrio. En un radio de menos de 2 kilómetros, los habitantes de La Plana disponen de varios supermercados, tiendas o el Hospital Sant Joan de Reus, donde se visita y trabaja mucha gente de La Plana.
De hecho, además de la autovía C-14 que pasa junto al barrio, La Plana está conectada con Reus a través de dos caminos rurales. Unos viales que son muy utilizados a diario para desplazamientos tanto en coche, como a pie o en bicicleta. Sin embargo, las personas con movilidad reducida se encuentran con muchas barreras para poder llegar hasta Reus y llevan tiempo reclamando mayor accesibilidad.
«Los caminos no están asfaltados, están llenos de baches y de piedras», se quejan. Si optan por desplazarse por la autovía, que dispone de aceras y pasos de peatones, se encuentran con bordillos de más de 20 cm que son imposibles de salvar con silla de ruedas. Unos problemas que también tienen para acceder a la parada del autobús interurbano, que va a Reus o a Salou y que para en la autovía.
«Lo único que pedimos es que arreglen los accesos para movernos de forma autónoma. Estamos obligados a trasladarnos a todos lados con el coche, cuando podríamos ir perfectamente con nuestras sillas», explica Maribel Porcel, una de las vecinas que lucha por tener vías accesibles para llegar a Reus. «Tanto el médico de cabecera como el hospital los tengo en Reus. Tenemos que ir a menudo y podríamos acercarnos sin usar coche», señala. Una situación que comparten otros vecinos, como José Ávila.
«Las sillas nos dan una autonomía que nos la quitan todas estas barreras», expresa Juan Carlos Beltrán. «Podemos ir sin problemas a Vila-seca, que está a 3 kilómetros, y con la silla motorizada puedo llegar incluso a Cambrils. En cambio, Reus lo tenemos a medio kilómetro, podríamos estar en tres minutos, pero nos resulta imposible», lamenta.
Su mujer, Misericordia Moreno, también con movilidad reducida, dice que «no pedimos tanto. Tan solo se trata de rebajar los bordillos para que podamos cruzar con la silla y que podamos llegar a la parada del autobús sin problemas. Lo llevamos pidiendo hace tiempo y nadie nos da respuestas».
Los vecinos han puesto en conocimiento del Ayuntamiento de Vila-seca sus reivindicaciones en varias ocasiones para intentar buscar una solución. Desde el consistorio expresan que son conocedores de la situación de estos vecinos, pero que la competencia sobre la carretera C-14 no es municipal (la vía depende de la Generalitat). Aun así, el concejal de Serveis Generals, Seguretat i Civisme, Josep Toquero, se compromete a hacer «las gestiones administrativas oportunas con el organismo que es competente para que estos pasos de peatones sean accesibles».