Los agricultores del Penedès piden una tarifa de agua de uso agrícola
Hace años que la producción cae y no se ven indicios de mejora
Es una de las denominaciones de origen (DO) con más producción de vino y cava. Por lo menos hasta ahora. Pero los viñedos del Penedès se deshidratan por la falta de lluvias. Los agricultores ven nubarrones negros, pero no de la esperada lluvia.
La Associació de Viticultors del Penedès (AVP) reclama soluciones para luchar contra la sequía. Conjuntamente, en Revolta Pagesa Penedès, denuncian el aumento de costes para la producción y de entrada, reclaman una tarifa de agua de uso agrícola bonificada, como señalan que hay en otras zonas de Catalunya.
La DO Penedès dedica gran parte de la producción a la exportación, pero, como indican en el Centrte Vinícola del Penedès (Cevipe) la situación pone en jaque a los viñedos. En Cevipe hay 17 cooperativas de Tarragona, Lleida y Barcelona.
La falta de agua y de medidas para paliar la sequía amenaza no solo a las plantas, sino a la continuidad en el sector. Los jóvenes no quieren dedicarse a la tierra ante las incertidumbres y las amenazas que acechan.
AVP y Revolta Pagesa han iniciado una campaña para lograr que las diferentes compañías de agua que suministran a la DO apliquen una tarifa de uso agrícola. Para disponer de un precio asumible para los viticultores y ganaderos.
En las tres últimas campañas ya se ha notado un descenso de la producción. Y la situación no pinta mejor. Hay además variedades muy destacadas de la zona, como el merlot, que sufren especialmente la situación. La garnacha resiste algo más.
Ambas entidades señalan que, pese al peso que tiene la agricultura en la zona, todavía no se ha invertido en las infraestructuras y en esa tarifa bonificada.
La situación del Penedès se repite en Conca de Barberà y Priorat. Otras DO como Costers del Segre y la zona de Tremp (Lleida) han sorteado algo más la situación.
Según explica El País, el pasado año cayeron ni la mitad de los 500 litros anuales de lluvia que solían precipitarse en el Penedès. En Cevipe trabajan unas 2.200 personas y cuentan con 7.000 hectáreas, que han producido 30 millones de kilos de uva, la mitad que antes de la crisis hídrica.
La situación que ya se vivió en 2008 quedó paliada con una serie de temporales, pero los agricultores reclaman que ahora se requiere de una acción estructural que no solo dependa de la lluvia puntual por muy intensa que sea.
Poder aprovechar el agua depurada, agilizar la construcción de desaladoras que permitan un riego de apoyo, además de infraestructuras hidrológicas que salven a los viñedos y el trabajo de miles de familias.
A la situación extrema se une una competencia extranjera cada vez más feroz. Y las compensaciones de la Generalitat de 450 euros por hectárea con un máximo de 40 no son suficientes para cubrir pérdidas. Agroseguro también es insuficiente.
La Associació de Viticultors y Revolta Pagesa han pedido ayuda a los ayuntamientos del Penedès para que apoyen sus propuestas.