La odisea de un vecino de Vila-seca: «Voy en silla de ruedas, pero resulta imposible»
Una familia del barrio de La Plana reclama mejorar la accesibilidad en las vías hacia Reus para personas con movilidad reducida
El pasado mes de octubre, la vida de Juan Carlos Beltrán dio un vuelco de la noche a la mañana. Después de unos meses de cojera, de muchos dolores y de numerosas visitas al hospital sin respuestas, le diagnosticaron cáncer de huesos. El tumor le había desgastado gravemente la cabeza del fémur de la pierna derecha. Tuvo que ser intervenido de urgencia y salió del hospital en silla de ruedas. Desde entonces, se ha ido adaptando poco a poco a su nueva vida y adecuando también su casa y sus rutinas.
A pesar de la pérdida de movilidad, gracias a una silla motorizada consiguió recuperar un poco de autonomía. Podía moverse desde La Plana, donde reside, por los pueblos de alrededor e incluso se desplazaba solo a sus citas médicas en el Hospital Sant Joan de Reus.
«Hacia Vila-seca tenemos el camino asfaltado y todos los pasos adaptados. Puedo ir sin problemas a Salou y llegar incluso más allá de Cambrils por la costa», explica. Sin embargo, para ir hasta el centro hospitalario, que está a menos de 2 kilómetros de su casa en línea recta, debe coger un camino con tramos sin asfaltar y lleno de baches y piedras que se convierte cada vez en una odisea.
«No tenemos un coche adaptado ni hay frecuencias de autobús que pasen por aquí», explica su mujer, Cori Moreno. La otra alternativa es pasar por la rotonda de la autovía C-14, que cuenta con pasos de peatones y aceras. Sin embargo, estas aceras no están adaptadas y tienen escalones de 25 centímetros imposibles de salvar con la silla de ruedas. De hecho, incluso para llegar a la parada de autobús que hay en la carretera no existen rampas accesibles para personas con movilidad reducida.
El pasado 7 de agosto, cuando se dirigía al hospital por el conocido como Camí de Vila-seca para seguir su tratamiento de inmunoterapia, volcó con la silla y la caída le provocó una fractura en el húmero. El resultado, un nuevo paso por quirófano y una semana ingresado en el hospital.
«Desde que voy en silla de ruedas intento ir por mi cuenta y tener autonomía, pero por ahí resulta imposible. Es un camino de cabras que arreglan una vez al año, pero que no está adaptado para personas en silla de ruedas», lamenta Juan Carlos. Desde la caída, una ambulancia le recoge en la puerta de casa cuando tiene que ir al médico y lo vuelve a traer cuando acaba. La sensación es que ha perdido la autonomía que tenía. Además, también el miedo se ha apoderado de la familia después del susto que se llevaron.
Ahora, con la ayuda de su mujer, pelean por conseguir que todas las vías que rodean el barrio vilasecano se adapten a personas con movilidad reducida. «Hay más vecinos en La Plana que van en silla de ruedas y que necesitan poder moverse sin preocupaciones y de forma autónoma», defienden. Es por ello que reclaman «que adecenten el camino a Reus como el que tenemos para Vila-seca. No puede ser que no tengamos un acceso digno para desplazarnos con seguridad».