Atascos y dificultad para aparcar en Vilafortuny II
Los vecinos denuncian que no hay plazas para estacionar, los coches circulan a gran velocidad y que los autobuses y camiones se quedan atascados en las calles estrechas
Circular por Vilafortuny II de Cambrils es cada vez más complicado y la llegada de la temporada turística solo ha hecho que agravar la situación. Esto es lo que denuncian, desde hace meses, los vecinos de esta urbanización, que aseguran que el Ayuntamiento «no accede a nuestras peticiones en cuanto a los problemas de movilidad que sufrimos». Esos problemas se resumen en, por un lado, la dificultad de encontrar aparcamiento, por otro, en el exceso de velocidad de los vehículos que circulan por las calles Venecia y Atenas y, finalmente, en los atascos que se producen con el paso de autobuses y camiones.
En cuanto al primer punto, Dafne, una de las vecinas afectadas, explica que «antes, por aquí prácticamente sólo circulabamos los vecinos», pero ahora, con la apertura de la calle Estrsburg «toda nuestra zona se ha convertido en un aparcamiento disuasorio y es imposible encontrar sitio para estacionar».
Fuentes del Ayuntamiento de Cambrils reconocen el aumento del volumen de tráfico por Vilafortuny II, puesto que, explican, «las calles Venecia y Atenas eran un cuello de botella, unos espacios por los que únicamente circulaban los vecinos y, en el momento en que se abrió el paso de vía por la calle Estrasburg, los empezó a utilizar mucha más gente tanto para circular como para aparcar. Por eso el volumen de tráfico es muy diferente al que había anteriormente».
A ello, el consistorio recuerda que, en Semana Santa del 2022, «a parte de abrir el paso de la calle Estrasburg, también se pintaron las líneas para ordenar el aparcamiento de vehículos». Sin embargo, esta medida no ha sido bien recibida por los vecinos afectados, que aseguran que «los turistas que vienen aparcan dónde quieren, sin respetar las señales. Dejan el coche el sitios en los que no está permitido y no hay ninguna consecuencia ni sanción al respecto». Además, añaden, «las líneas se pintaron de tal forma que, si hay coches aparcados, ni el propio camión de la basura pasa por el espacio que queda de carretera». De hecho, aseguran, «tiene que recoger la basura circulando en contra dirección».
Los autobuses tampoco pasan
El problema con el que se encuentra el camión de la basura es el mismo con el que topan, a diario, los autobuses cargados de turistas que llegan a la urbanización. La diferencia es que ellos no saben que se van a quedar atascados. «Hace un par de semanas los turistas tuvieron que bajar antes de llegar al hotel, el autobús tuvo que hacer marcha atrás en la calle Venecia e incluso vino la policía a controlar el tráfico. No hay ninguna señal que indique que, si pasan por allí, no van a caber», sentencia Dafne. A ello, el Ayuntamiento defiende que la apertura de la calle Estrasburg se hizo, precisamente, para «eliminar los atascos» que se provocaban, pero al ser calles tan estrechas, no ha habido solución.
Finalmente, si el vehículo que circula por estas vías no es un vehículo pesado y es en cambio un coche, los vecinos alertan de las altas velocidades que alcanzan mientras buscan aparcamiento: «pueden superar incluso los 60 kilómetros por hora», aseguran, lo que «es exageradamente peligroso y no hay ningún control sobre ello».