Más de 90 muertos en un ataque a un campo de refugiados para asesinar a un jefe militar de Hamás
Los israelíes arrasaron el lugar donde creían que se ocultaba Muhammad Deif con un bombardeo que dejó 300 heridos en un campamento
Israel bombardeó este sábado Al Mawasi, un área al oeste del campo de refugiados de Khan Jounis, en busca del número dos militar de Hamás, Muhammad Deif. El ataque había sido planificado para que el hombre perseguido como ejecutor de la masacre contra los kibutz al otro lado de la frontera de Gaza el pasado 7 de octubre, no tuviera escapatoria. Pero, en cambio, se convirtió en una nueva matanza de civiles. Al menos 90 palestinos murieron y unos 300 resultaron heridos cuando los proyectiles devastaron las tiendas de campaña situadas cerca del inmueble donde supuestamente se refugiaba Deif, cuyo cuerpo no había sido localizado al cierre de esta edición.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, reconoció en una rueda de prensa, a eso de las nueve de la noche (hora española) que «no sabía» si el líder terrorista había fallecido. Sin embargo, reiteró que cumplirá la promesa que hizo hace nueve meses de acabar con la vida de todos los responsables de Hamás.
En una rápida sucesión de mensajes, el jefe del Gobierno hebreo indicó que este ataque representa una señal «disuasoria» a Irán y se enorgulleció de que fue posible «porque rechazamos las muchas presiones» internas e internacionales para poner fin a la guerra; una aseveración en la que se se supone incluyó a Estados Unidos cuyo presidente, Joe Biden, aventuró el viernes que un alto el fuego puede ser posible en dos semanas gracias a que Israel y Hamás han adoptado su propuesta de paz como «marco».
Netanyahu elogió al servicio de Inteligencia por haber fijado la presunta localización de uno de los principales enemigos del Estado hebreo. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, felicitó por su parte al Ejército por la operción militar. Otros miembros del gabinete se expresaron en similares términos. Pero a ninguno pareció importarle el centenar de muertos que vuelven a abrir un lago de sangre en mitad de la Franja. Las reacciones procedieron esencialmente del exterior. La ONU denunció una «nueva matanza sin sentido» mientras Egipto emplazó a Netanyahu a no entorpecer las posibilidades de conseguir un alto el fuego. La Autoridad Palestina calificó el bombardeo como la «continuación de una política de genocidio».
Las imágenes del lugar mostraban este sábado por la mañana un cráter de grandes dimensiones en Al Mawasi, los restos aplastados de un inmueble y a numerosas personas alrededor en busca de posibles fallecidos entre los escombros. Se da la circunstancia de que este lugar estaba declarado por el propio Ejército de Israel como zona protegida; es decir, a salvo de ataques y receptora de la ayuda humanitaria que entra con cuentagotas a Gaza. Por eso, miles de refugiados se han instalado allí. De acuerdo con las informaciones oficiales, la casa ocupara por Deif estaba rodeada de árboles o, a cierta distancia, las tiendas de los refugiados. La cadena Al Jazeera ha señalado que algunos de los misiles han impactdo contra las tiendas y una desalinizadora de agua. El inmueble fijado como objetivo también ha quedado reducido a escombros.
Daños colaterales
El primer ministro informó de que había sido informado previamente del ataque, de las posibilidades de que el líder terrorista estuviera en el lugar, de los posibles daños colaterales e incluso de la munición que se utilizó. No explicó, en cambio, el motivo de que una operación calificada de «precisión» terminara provocando una nueva matanza. A esta hora, el Ministerio de Salud gazatí afirma que el número de fallecidos se eleva a 91, con unos 300 heridos.
Por su parte, Hamás investiga una «brecha de seguridad» interna por la que el ejército israelí habría descubierto el lugar donde supuestamente se encontraba Muhammad Deif, el jefe de las brigadas armadas de la coalición islamista y cerebro de los atentados del 7 de octubre contra los kibutz cercanos a la Franja. Fuentes de la milicia aseguran que varios miembros han sido detenidos para su interrogatorio. Yahya Sinwar, jefe militar de la organización en Gaza y superior directo de Deif, sospecharía que las Fuerzas de Defensa recibieron un soplo de que éste y su lugarteniente Rafa’a Salameh, responsable de la brigada Khan Jounis, se hallaban en un inmueble bajo junto a una zona al oeste del campo de refugiados. No obstante, Hamás niega que Deif haya muerto.
Las tropas israelíes han bombardeado el lugar este sábado antes de que amaneciera sobre Khan Jounis, donde decenas de miles de gazatíes se hacinan en tiendas de campaña después de huir de otras zonas en guerra de la Franja. Los proyectiles impactaron en la zona de Al Mawasi desencadenando una nueva masacre en el territorio. Las primeras informaciones apuntaban esta mañana a 71 fallecidos y 289 heridos, pero el Ministerio de Salud, en manos del brazo político de Hamás, estima que las víctimas mortales superan las 90. La Autoridad Palestina ha condenado «esta nueva masacre» de Israel, que todavía analiza las consecuencias del ataque.
Las imágenes del lugar muestran un cráter en Al Mawasi, los restos aplastados de un inmueble y a numerosas personas alrededor en busca de posibles fallecidos entre los escombros. Se da la circunstancia de que este lugar estaba declarado por el propio ejército de Israel como zona protegida; es decir, a salvo de ataques y receptora de la ayuda humanitaria que entra con cuentagotas a Gaza. Por eso, miles de refugiados se han instalado allí. De acuerdo con las informaciones oficiales, la casa ocupara por Deif estaba rodeada de árboles o, a cierta distancia, las tiendas de los refugiados. La cadena Al Jazeera ha señalado que algunos de los misiles han impactdo contra las tiendas y una desalinizadora de agua. El inmueble fijado como objetivo también ha quedado reducido a escombros.
La incertidumbre rodea ahora el paradero de Muhammad Deif y su segundo, Rafa’a Salameh. Hamás ha asegurado que ninguno de sus jefes se hallaba en el edificio y que la persecución de sus líderes representa una «excusa» de Israel para golpear atrozmente a la población. Sin embargo, otras fuentes han señalao que Deif salió hace días de los túneles donde ha permanecido oculto y dirigiendo a sus milicianos desde finales de octubre y que en la última semana se había cambiado de ubicación en varias ocasiones. Esta circunstancia es la que ha llevado a Sinwar y otros dirigentes en una filtrción interna.
Sin embargo, todavía se desconoce el paradero de los dos dirigentes terroristas. Ni las Fuerzas de Defensa ni el Ejecutivo israelí han confirmado su muerte. Resulta significativo, sin embargo, que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha convocado una rueda de prensa para esta misma tarde, a las 2045 hora local. Su última comparecencia ante los medios se remonta a marzo.
Netanyahu se ha reunido con el ministro de Defensa, Yoav Gallant; el jefe del Estado Mayor, el teniente general Herzi Halevi; el director del Mossad, David Barnea; el jefe del Shin Bet, Ronen Bar; el asesor de seguridad nacional, Tzachi Hanegbi, y otros estrategas militares. Gallant ha elogiado la actuación de las tropas para perseguir a los cabecillas de Hamás. De la masacre no ha dicho una palabra. A Deif se le busca activamente desde el comienzo de la operación militar en octubre. Si Yahya Sinwar organizó los atentados contra los kibutz, el jefe de las brigadas armadas fue el encargado de llevarlo a cabo. Precisamente el viernes el ejército destruyó en el sur de Gaza una instalación repleta de parapentes utilizados en aquel ataque por parte de los terroristas. Deif ha escapado en siete ocasiones de los israelíes y ha sobrevivido al menos a dos atentados. En uno de ellos sufrió graves mutilaciones.