La pandemia de la Covid-19 ha supuesto importantes cambios. Y, sin lugar a dudas, uno de los principales lo hemos visto en la cesta de la compra. La ciudadanía salió en masa los primeros días haciendo acopio de productos básicos, como el papel higiénico. Sin embargo, a media que iban pasando las semanas, la gente empezó a reencontrarse con los fogones, dando cada vez más importancia a los productos naturales, saludables y de proximidad. El consumidor está cada vez más concienciado y los productos kilómetro 0 han dejado de ser la extravagancia de algunos, para convertirse en una oportunidad para una industria agroalimentaria que en las comarcas del sur de Catalunya luce músculo.
La base de datos SABI (Sistema de Análisis de Balances Ibéricos), pone de manifiesto que en la demarcación de Tarragona hay 1.648 empresas relacionadas con la industria agroalimentaria con sede en alguno de los municipios del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre. Unas compañías que, en su conjunto, facturaron 3.689 millones de euros, lo que las convierte en uno de los motores de referencia de la demarcación. Asimismo, sumando a ello la actividad en los centros de trabajo y las transacciones comerciales que llevan a cabo las empresas de este sector con sede social fuera de los límites territoriales de la demarcación, las cifras pueden ser todavía mayores.
Si nos fijamos en la ocupación que genera ese sector, puede verse como la cifra de afiliados a la Seguridad Social es de 15.109 personas, lo que representa prácticamente el 13% del peso total de la industria en Catalunya y un 5,3% del total de ocupados en la demarcación.
Si el Tarragonès es la comarca que lidera sin duda la industria química en el territorio, en el caso del sector agroalimentario este liderazgo corresponde al Baix Camp. Esta sola comarca concentra prácticamente el 40% del volumen de negocio de este sector. La facturación de las 359 compañías relacionadas con este sector supera los 1.414 millones de euros, lo que constituye uno de los principales motores de la comarca.
La explicación la encontramos en el peso que tradicionalmente ha tenido el sector de los frutos secos en la comarca, una actividad que poco a poco se convirtió en polo de atracción de nuevas actividades y que continuamente ha evolucionado gracias a la existencia de centros de investigación de primer orden como son el Eurecat y el IRTA.
Terres de l’Ebre
Junto con los frutos secos, otro de los productos estrella del territorio es el aceite y este, junto con los cítricos, hacen que el Baix Ebre sea la segunda comarca del territorio con más peso dentro de este sector. Los datos revelan que la cifra de empresas es de 275, que en su conjunto registraron una facturación de casi 700 euros, lo que representa el 18,7% del peso total en la provincia.
Las estadísticas de SABI también permiten ver como la comarca del Priorat, ocupa una posición avanzada en cuanto a cifra de empresas (126). En cambio, la facturación es más baja (64 millones de euros) ya que principalmente estamos hablando de bodegas con una pequeña producción y un reconocido prestigio internacional. Precisamente, este ha sido una de las principales fortalezas del sector: la creación de un amplio tejido con pequeñas y medianas empresas que se ha diversificado en el territorio y que se ha ido transformando acorde con las necesidades del momento. La mayoría de estas han ido creciendo a medida que han dado el paso de la internacionalización. Sin embargo, este sigue siendo uno de los retos para muchos de estos negocios y, junto con la venta de proximidad, son la clave para garantizar un futuro prospero.
