El impuesto a la banca y a las energéticas que el Gobierno de España impulsó en 2022 por dos años y que ahora quiere mantener ha aportado un total de 5.767 millones de euros a las arcas del Estado, según los datos aportados por el Ministerio de Hacienda. Fueron 2.908 millones en 2023 y 2.859 millones en 2024.
Son cifras que, según el Ejecutivo, están en la línea de las previsiones. En cuanto a los datos de 2024, si se desglosa cada una de las figuras, el gravamen de las entidades de crédito ha supuesto una recaudación de 1.695 millones de euros. Por su parte, el gravamen a las empresas energéticas se ha situado en los 1.164 millones de euros.
Son cifras que, según el Ejecutivo, están en la línea de las previsiones
Estos gravámenes, que tienen un primer pago anticipado en febrero y un segundo pago de liquidación en septiembre, «siguen las recomendaciones de los organismos internacionales que solicitan una mayor contribución de aquellos sectores con grandes beneficios», según el Gobierno. En ambos casos, el pago conocido del ejercicio 2024 se hace teniendo en cuenta los resultados obtenidos en 2023.
«Tanto las entidades de crédito como las energéticas acumulan cifras récord de beneficios, por lo que es coherente una mayor contribución fiscal, que redunde en mejores servicios públicos para la mayoría social del país», sentencian desde Moncloa.