En los últimos años, ha quedado claro que el sistema público de pensiones, tal y como está concebido en la actualidad, resulta insostenible. Mantendremos la pensión pública, sí, pero no cabe duda que su cuantía se verá menguada necesariamente ante los cambios demográficos (y otras variables) que experimenta la sociedad española. Así, no queda otra que plantear una estrategia de ahorro que nos ayude a complementar nuestra jubilación pública, una vez acabe nuestra vida laboral.
El ahorro privado es la única forma de mantener el poder adquisitivo tras la jubilación. De ahí que una persona joven, que quizá se acaba de reincorporar al mercado laboral y con unos ingresos todavía bajos, se pueda plantear la duda razonable de si comenzar a pensar en su jubilación o si puede esperar unos años antes de tomar decisiones que, al fin y al cabo, afectarán a un periodo de su vida que ve todavía muy lejano. La respuesta es que sí. Nunca es demasiado pronto para empezar a ahorrar para la jubilación. Pero, ¿cómo?.
Los planes de pensiones permiten realizar aportaciones muy bajas y tienen la flexibilidad suficiente para incrementar, reducir o incluso paralizar esa aportación en cualquier momento, atendiendo a necesidades personales. Ese ahorro sistemático, por muy pequeño que sea, nos permitirá ir acumulando un capital que supondrá un extra de nuestra pensión pública. Un asesor financiero será la persona adecuada para calibrar el nivel de riesgo que estamos dispuestos a asumir, atendiendo a nuestras circunstancias personales, aversión al riesgo y nuestro horizonte temporal.
En el escenario actual de bajos tipos de interés, la estrategia será invertir en planes de renta variable, máxime si eres joven; eso sí, no resulta aconsejable revisar continuamente las inversiones porque los vaivenes del día a día de los mercados podrán provocar un pánico que nos conduzca a tomar decisiones precipitadas…, y para esto están los asesores financieros. Si analizamos las rentabilidades históricas a 20 ó 30 años, veremos que son bastante positivas.
Empezar a ahorrar para la jubilación será el mejor plan para alcanzar la tranquilidad financiera del futuroOtro punto favorable del ahorro a través de planes de pensiones es la seguridad que proporciona el hecho de que tienen liquidez a los 10 años desde que se realiza la aportación, además de los supuestos excepcionales de rescate como son el paro de larga duración o enfermedad grave. Otra ventaja es la fiscal ya que las aportaciones anuales a los planes de pensiones/PPA reducen la base imponible del IRPF.
Existen otros productos de ahorro a largo plazo, como son los planes de previsión asegurados (PPA), que cuentan con las mismas ventajas fiscales que los planes de pensiones y aseguran un tipo de interés para toda la duración del contrato, los planes de ahorro individual sistemático (PIAS) o los seguros de vida de ahorro. Incluso, los fondos de inversión también pueden ser un instrumento de ahorro para la jubilación, pero pocos invierten a muy largo plazo, además de la tentación que puede tener una persona joven de destinar el ahorro conseguido en un momento dado a otras finalidades que no sea la jubilación.
Empezar a ahorrar para la jubilación, incluso desde que ingresamos nuestra primera nómina, será el mejor plan para alcanzar la tranquilidad financiera del futuro. El interés compuesto, las rentabilidades en el largo plazo y el asesoramiento financiero serán nuestros aliados para alcanzar el objetivo.