La central nuclear Vandellòs I se encuentra en la denominada fase 2 de latencia, una etapa más en el proceso de reducir la radioactividad del emplazamiento hasta niveles compatibles con la vida y permitir que esta zona industrial situada en el término de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant recupere su utilidad.
Esta fase, que termina en 2030, permitirá según ha publicado hoy jueves 20 de febrero, que el emplazamiento recupere actividad industrial y uno de ellos, incluido en el séptimo plan general de residuos radioactivos, es que albergue un almacén temporal (AT) de residuos nucleares. Este AT debe almacenar el material radioactivo que se encuentra desde 1989 en Francia en régimen de alquiler tras el accidente de la central atómica, que terminó por cerrar a finales de siglo XX.
El Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) ha abierto el proceso para construir este almacén temporal (AT) de residuos en un espacio de la central, cerrada desde 1989, y guardar allí los desechos radioactivos que se trasladaron a las instalaciones galas hace más de dos décadas, según publica el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Estos desechos volverán a España a partir de 2030, pero antes se debe construir este AT que contará con tres edificios, el principal albergaría los contenedores de plomo con este material. Y habría dos edificios anexos para complementar la vigilancia de estos desechos. El edificio principal sería una estructura de hormigón armado de una sola planta.
El BOE señala que el proyecto debe acometerse en 18 meses y una vez terminado se llevarán pruebas durante 30 días antes de programar la vuelta de los contenedores radioactivos de tierras francesas. Cabe recordar que España paga 85.200 euros al día al Estado francés.
La Subdirección General de Energía Nuclear publica hoy jueves en el BOE un anuncio por el que se somete a información pública el proyecto de construcción de este almacén temporal en la instalación de Vandellòs I en fase de latencia, así como el estudio de impacto ambiental de este.
La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) ha iniciado para ello la tramitación del procedimiento de evaluación de impacto ambiental ordinaria del proyecto. Las alegaciones al proyecto deberán remitirse a la Subdirección General de Energía Nuclear del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
El desmantelamiento de la central de Tarragona
Vandellòs I sufrió un accidente nuclear el 19 de octubre de 1989. Fue uno de los incidentes más graves en la historia nuclear de España, clasificado como nivel 3 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES), lo que indica un incidente serio, aunque sin riesgo inmediato para la población.
La central, de tecnología francesa y refrigerada por gas (un diseño poco común en España), sufrió un incendio en la turbina de generación eléctrica, que se propagó al sistema de refrigeración de emergencia. Aunque el reactor nuclear no llegó a verse afectado directamente, el fuego dañó sistemas clave de seguridad, lo que pudo haber provocado un accidente más grave. No hubo fuga radiactiva ni víctimas mortales, pero la falta de sistemas de seguridad adecuados hizo que el riesgo fuera alto.
El plan de desmantelamiento se diseño en tres fases. Una primera, iniciada en 1998 de la que en enero de 2005 se alcanzó la fase de latencia, que supone alcanzar el nivel 2 y permite la liberación de una gran parte del emplazamiento, quedando únicamente el edificio del reactor, que permanecerá aislado.
Una segunda, tras el período de espera, en la que se completará el desmantelamiento total (nivel 3), dejando el emplazamiento en condiciones tales que pueda ser utilizado sin ningún tipo de restricción.