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Las cotizaciones de las rentas altas subirán más de un 5% en enero

Implicará unos 66 euros más al mes. La base máxima se actualizará de forma automática hasta los 4.729 euros mientras la pensión más elevada se situará en los 3.180 euros

26 noviembre 2023 18:09 | Actualizado a 27 noviembre 2023 07:00
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Año nuevo, impuestos nuevos. Incluso aunque el Gobierno acabe de echar a andar y no se hayan aprobado los Presupuestos para 2024. No importa. Las cuotas que pagan a la Seguridad Social más de 1,5 millones de trabajadores, aquellos que tienen unos salarios más altos, subirán más de un 5% ya desde enero, lo que implicará unos 66 euros más cada mes.

La reforma de las pensiones culminada este mismo año establece ya por ley cuánto deben aumentar cada año las bases máximas de cotización: se incrementarán en el mismo porcentaje que lo hagan las pensiones -es decir, la inflación media del año anterior, de diciembre a noviembre- más un alza adicional de 1,2 puntos porcentuales.

Y así se hará en 2024 aunque no haya cuentas hasta iniciado el año, según confirmaron a este periódico fuentes del Ministerio de Seguridad Social.

A falta del dato de la inflación de noviembre, que se conocerá de forma provisional mañana mismo, las pensiones subirán el año que viene en torno a un 4%, según las previsiones que maneja el departamento dirigido por José Luis Escrivá. En la actualidad, el IPC medio de diciembre a octubre se sitúa en el 3,88%. Esto implicará que, con ese incremento adicional que se establece de 1,2 puntos, las cotizaciones máximas se elevarán más de un 5%, un 5,2% si finalmente se eleva la inflación media al 4%.

Salario exento de cotizar

Así las bases máximas pasarán de los 4.495,5 euros actuales a unos 4.729 euros en 2024, según cálculos realizados por este periódico. Significa esto que el próximo año el salario por el que cotizan los trabajadores aumentará desde los 53.946 euros hasta aproximadamente los 56.748 euros brutos al año (la cuantía final puede variar mínimamente dependiendo de la inflación de noviembre).

A partir de esa cantidad no se cotiza al sistema porque está exento, aunque solo por el momento, puesto que en 2025 entrará en vigor ya la nueva cuota de solidaridad que sí les gravará por esa remuneración que sobrepasa las bases máximas.

Esta subida de más del 5% de las bases máximas implicará un recargo de unos 66 euros en la cuota mensual. Las empresas cargarán con la mayor parte del incremento y asumirán 55 euros más de coste por sus empleados más caros cada mes, mientras cada trabajador tendrá que pagar unos 11 euros más.

Un alza del 30% en 2050 El objetivo final de la reforma diseñada por el ministro José Luis Escrivá es «conseguir que la masa salarial completa contribuya a la sostenibilidad del sistema de pensiones», según se recoge en el informe que envió recientemente a Bruselas. Para ello han establecido una senda de subida gradual de las bases máximas muy por encima de la inflación, que conllevará un incremento adicional del 30% en 2050.

Actualización

Así, por primera vez en la historia las bases máximas se actualizarán el próximo año de forma automática, sin necesidad de que el Gobierno decida a final de año cuánto aumentan, aunque sí deberán aprobarlo en un real decreto, a semejanza de lo que ocurre con las pensiones.

Pero este mayor esfuerzo que se exigirá a las rentas altas no se les compensará de igual manera en sus futuras prestaciones. Porque las pensiones máximas no subirán en el mismo porcentaje, sino que, al igual que el resto, se elevarán cada año en función de la inflación media, lo que supondrá en 2024 un alza en el entorno del 4%.

Así, la pensión más alta del sistema pasará de los actuales 3.059 euros al mes, ¬repartidos en 14 pagas, a unos 3.181 euros en enero, lo que supondrá unos ingresos anuales de más de 44.500 euros brutos.

De esta forma, el incremento adicional de las bases máximas contribuirá a agrandar aún más la importante brecha que separa las cotizaciones máximas de las pensiones: se disparará el año que viene por encima del 21,5%, más de 8 puntos porcentuales más que en 2013. Y en 2050, cuando se culmine el destope, este 'gap' crecerá hasta rozar el 50%, lo que supondrá que las rentas altas abonan unas cuotas un 50% superiores a las pensiones que reciben.

Y es que previsiblemente la subida de las bases máximas será la segunda más elevada de las últimas décadas, después de haber aumentado este año un 8,6%. Desde 2013 se habrán disparado más de un 38%, muy por encima de ese 23% que se han revalorizado las pensiones máximas.

El mecanismo de equidad

Esos 66 euros más al mes que tendrán que pagar desde enero las empresas y trabajadores de rentas altas no será el único recargo que se les aplique en sus cuotas el próximo año. También les impactará la nueva vuelta de tuerca que la reforma de las pensiones da al mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) que echó a andar este mismo año para suceder al factor de sostenibilidad, que ni siquiera vio la luz.

Si este año supuso una cotización extra del 0,6% para todos los afiliados al sistema, sin ninguna excepción, incluidos también los autónomos, en enero esa sobrecarga se eleva una décima hasta suponer el 0,7% de todas las cotizaciones a la Seguridad Social.

Este nuevo impuesto, que está destinado de forma íntegra a pagar las pensiones de la generación del 'baby boom', la más numerosa de la historia, supondrá 33 euros más al mes por las cuotas de aquellos trabajadores que ganen más de 56.748 euros brutos anuales, 6 euros más que este año, aunque la empresa pagará algo más de 27 euros y el empleado asumirá 5,6 euros.

El recargo se reduce a unos 15 euros más al mes por las cuotas de un trabajador medio, que tiene unas bases de cotización cercana a los 2.100 euros.

Este sobreesfuerzo que se exige a los afiliados no se verá sin embargo recompensado en sus futuras pensiones, puesto que el MEI es un impuesto finalista y no genera derechos para prestaciones. Lo que se recaude por esta sobrecotización va destinado directamente a la 'hucha' de las pensiones y generará unos 3.700 millones en 2024.

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