Tarragona compite por ser la segunda área emprendedora de Catalunya. La última edición del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) relativo a Catalunya, con datos de 2023-2024 y presentado hace pocos días en el marco del salón BizBarcelona, constata una mejora en esta demarcación de la tasa de actividad emprendedora total (TEA, por sus siglas en inglés), que recoge el porcentaje de personas entre los 18 y los 64 años involucradas en negocios en fase inicial.
De una tasa del 5,6% en 2022 se avanza hasta un 7,6% en 2023, en la media de Catalunya (7,6%), que también mejora respecto a 2022, cuando la TEA del conjunto de Catalunya se situó en el 6,9%.
El dato, como suele ser habitual en este informe, es solo un indicador orientativo, puesto que el margen de error en las demarcaciones de Tarragona, Lleida y Girona es siempre mayor que en Barcelona, por una cuestión de dimensión muestral. Con todo, encaja con algunas percepciones que, desde dentro de las comarcas del sur de Catalunya, pero también desde fuera de ellas, ven más cercana la consolidación de este territorio como la segunda área emprendedora de Catalunya.
«Es cierto que están pasando cosas, y que los territorios están cada vez más motivados para atraer talento, pero no es un proceso de hoy para mañana», analiza Xavier Càmara, director de la Càtedra d’Emprenedoria de la Universitat Rovira i Virgili (URV).
«Se está intentando coordinar acciones -prosigue Xavier Càmara-, pero tenemos Barcelona al lado, que es un polo de atracción de talento importante, y los proyectos emprendedores buenos cada vez más van hacia allí».
En el caso de la demarcación de Barcelona, su tasa de actividad emprendedora es claramente superior a la media catalana. Con una TEA del 8,3%, se acerca a la media de la Unión Europea, que en 2023 se situó en el 8,8%. Pero, a pesar de su fuerza y poder de atracción de proyectos, las comarcas del sur de Catalunya han visto cómo en estos últimos años «han aparecido proyectos interesantes, y en un futuro aparecerán más», destaca Xavier Càmara, de la URV.
«Cada vez hay más emprendedores de aquí -prosigue Xavier Càmara- que han tenido éxito global con sus proyectos, en otros lugares, que una vez han salido de esos proyectos, por ejemplo porque han vendido la empresa, regresan y, tras un tiempo de descanso, vuelven con el gusanillo de emprender».
En estos retornos emprenedores, ya desde su territorio de origen, estos emprendedores suelen decidir emplazar aquí sus nuevos proyectos, sin replicar aventuras que les alejen nuevamente de sus hogares. «Cuando vuelven con todo el aprendizaje -destaca Xavier Càmara-, estas personas senior pueden hacer de motor del ecosistema emprendedor de aquí».
Lo mismo sucede con esos perfiles de talento cualificado global que, sobre todo a partir de la pandemia de Covid-19, han decidido fijar su residencia y la de sus familias en las comarcas del sur de Catalunya, en busca de una mayor calidad de vida, con la proximidad de Barcelona y el aeropuerto de El Prat como principal requisito para su desarrollo profesional.
«Toda esta gente con experiencia vital que se instala en el territorio -explica Xavier Càmara- la tenemos que aprovechar como motor. El problema es el volumen de ambición de los proyectos que surgen ahora mismo. Una vez vaya cuajando, tendremos este talento más dispuesto a emprender. Es un cambio de cultura y se están dando pasos».
Esos pasos se reflejan en las cifras que maneja esta última edición del GEM a escala catalana, donde Carlos Guallarte, profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y director de este estudio, constata una recuperación de la tasa de emprendimiento después de un retroceso con la pandemia, con una mejoría en la calidad de los proyectos y la cualificación de los perfiles emprendedores.
«Hemos remontado la tasa de emprendimiento -explica Carlos Guallarte- y han disminuido los motivos reactivos para emprender, con un incremento de los proactivos. Hay un incremento en el nivel de formación del emprendedor. Esto nos va a condicionar el éxito y la probabilidad de emprendimiento posterior».
«Además -prosigue Carlos Guallarte-, han crecido mucho los emprendedores potenciales, y nos acercamos a la cifra media europea. Eso es la cantera de futuros emprendedores». Aunque persisten algunos lastres para disparar ese emprendimiento hoy en potencia: «Hay que seguir trabajando en los temas de valoración social del emprendimiento, y no estigmatizar la figura del empresario, a la vez que en la etapa escolar se trabajan las competencias emprendedoras, como la innovación o la creatividad».
Respecto al futuro de la demarcación de Tarragona como la segunda área emprendedora de Catalunya, Carlos Guallarte reflexiona sobre el impacto de la «Gran Barcelona», en un contexto en el que «Barcelona aparece en quinto lugar de Europa en emprendimiento». En este sentido, «muchas veces también hay que aprovechar la marca Barcelona, porque desde Tarragona al aeropuerto de El Prat estás en un momento».
«Por la calidad de su localización -añade Carlos Guallarte-, Tarragona puede atraer empresas startups. Desde el GEM quizás no se detecta, pero se está creando masa crítica, y en el momento en el que empieza el efecto llamada, puede dispararse. El ejemplo es cómo está creciendo Málaga».
Aunque, para que eso sea posible, ha de haber unas mínimas infraestructuras que lo faciliten: «Tiene que haber algún tipo de edificio, de coworking como los que tiene Tech Barcelona», destaca Carlos Guallarte, que añade que «al cabo de cinco o diez años, las cosas se ven».
En esa tarea se encuentra hoy el Camp de Tarragona, con diversas iniciativas cada vez más coordinadas, que empiezan a pensar más en clave metropolitana que local, para consolidar y dar forma a la segunda área metropolitana de Catalunya.
«Tanto Girona, Lleida como Tarragona intentan sacar la cabeza -analiza Xavier Càmara-, pero pienso que las comarcas del sur de Catalunya tenemos más potencial, sobre todo con el área metropolitana. He visto a gente de Europa que ha venido a conocerlo y que, cuando han visto las relaciones que hay, han alucinado bastante: ‘Os habláis entre vosotros, os encontráis en espacios informales...’. Eso tiene un gran potencial».
«Hemos de trabajar nuestras fortalezas -concluye Xavier Càmara-, pero Tarragona tiene el potencial y los ingredientes para que, si se hacen bien las cosas, sea la región que siga a Barcelona en emprendimiento».