Agustí Sugranyes pertenece a una familia de ganaderos de Ponts (Lleida). Sin embargo, él es un apasionado de los árboles y de la energía verde. La ambición y curiosidad por buscar alternativas más sostenibles le llevó hasta Alcover, donde dirige Suïm, una marca de aceite ecológico. «A mí me gustan más los árboles, pero en Ponts no se podían plantar porque hace demasiado frío –dice–. Con mi padre encontramos esta finca en La Cabana d’Alcover y compramos 35 hectáreas».
Éste fue el inicio de un negocio que comenzó en 1997 y que hasta ahora ha seguido creciendo e innovando dentro del sector. Ahora tienen un total de 60 hectáreas de olivos, que desde hace más de 10 años realizan una producción ecológica.
Sugranyes explica que aunque en un primer momento empezaron siendo convencionales, enseguida quisieron implementar un modelo ecológico. «Yo tengo muchas inquietudes en temas del medioambiente, economía circular y energías renovables. Cuando decidí hacerme ecológico todo el mundo me decía que no podía hacerse en el Camp de Tarragona».
Ahora sólo vendemos a Europa, pero incluso habíamos vendido en Arabia Saudí»
Cuando llega el aceite a la finca Agustí lo prueba y asegura que «cada día es diferente». Se ha presentado a concursos y así es como ha ganado tres medallas de bronce en certámenes de Londres, Atenas y Berlín. De hecho, Suïm es un aceite que viaja por todo el mundo, principalmente a países como Dinamarca, Alemania, Suecia, Austria, Bélgica y Holanda. «Ahora solo vendemos en Europa, pero incluso habíamos vendido a sitios como Arabia Saudí», apunta. Han ido a ferias por todo el continente, pero eso va en función de la producción. En estos momentos ronda los 30.000 y 60.000 kilogramos de aceite al año. Sugranyes recalca que el año pasado se cosechó muy poco y fue un año difícil, pero que esta campaña será relativamente buena.
Agricultura regenerativa
Otra de las características que definen a la marca es la constante apuesta por innovar. En este sentido, hace ya nueve años que en esta empresa de Alcover incorporaron la agricultura regenerativa como herramienta para mejorar el producto y el entorno. «Un día leí que en Nueva Zelanda utilizaban rebaños para ‘espampolar’ los kiwis y pensé que por qué no se podía probar también en los olivos».
La agricultura regenerativa consiste en tener animales pastando que se coman la hierba y que den una textura a la tierra diferente, ayudando a que el terreno recupere su equilibrio natural. Sugranyes comenta que ahora están buscando la forma de poder certificarlo, aunque todavía es algo muy nuevo. Sin embargo, en Suïm no sólo producen aceite, también generan energía, ya que la luz que absorben las placas solares fotovoltaicas de la nave hace bombear el agua de los pozos.
Otra de las razones particulares que definen el aceite ecológico de Suïm es su gusto. Agustí remarca que el Camp de Tarragona es el único lugar donde, de una forma natural, se hacen aceites dulces. «En lugar de abrazarlo como algo único que tenemos, los de aquí queremos hacer aceites amargos, cosas como lo que hacen los griegos o los andaluces». Desde esta finca en la Cabana d’Alcover abrazan esta particularidad y hacen bandera de los aceites dulces.
