Como continuación al artículo del mes anterior, en el que se enfatizaba en la importancia del trabajo como uno de los pilares clave sobre el que construir el bienestar de las personas, en el de este mes, nos centramos específicamente en el bienestar profesional. La consultora Gallup define de modo sucinto el bienestar profesional como el hecho de que nos guste lo que hacemos todos los días.
Cuando disfrutamos de lo que estamos haciendo, la motivación para hacerlo surge fácilmente y de forma natural y automática. Es gratificante por sí mismo, y no sólo como un medio para obtener un salario. Cuando nos gusta lo que hacemos, el trabajo en sí se hace mucho más fácil y llevadero. Las investigaciones realizadas por Gallup han demostrado que los colaboradores con un alto grado de compromiso suelen trabajar más horas a la semana que la media, muy probablemente debido a que de forma natural encuentran su trabajo interesante, motivador e inspirador.
Cuando nos gusta lo que hacemos, lo hacemos más y mejor, de forma que «cosechamos» cada vez más los «frutos» de nuestro trabajo. Es un círculo virtuoso de crecimiento personal y desarrollo profesional: un viaje que es tan gratificante como el destino final al que queremos llegar. Esto no significa que el trabajo no sea difícil, pero sí significa que el trabajo vale la pena.
Las organizaciones, a través de sus líderes, pueden y deben ayudar a los colaboradores a que les guste lo que hacen todos los días aprovechando y su personalidad y maximizando sus, talentos, aspiraciones y pasiones. En ocasiones, esto significa asignar a los colaboradores a roles que les permitan tener un mejor desempeño y hacer más de con lo que disfrutan. En otras, supone cambiar las descripciones de los puestos de trabajo y adaptarlas lo mejor posible a los estilos de trabajo de los colaboradores. En paralelo, los líderes también deben descubrir y hacer aflorar qué es lo que más les disgusta a los colaboradores de su trabajo diario y brindarles apoyo, recursos y herramientas para minimizar el potencial impacto negativo.
Desafortunadamente, disponer de un nivel próspero de bienestar profesional no es la norma en las organizaciones. Según Gallup, solamente el 20% de los colaboradores están totalmente de acuerdo en que les gusta lo que hacen todos los días. Y lo que es peor, hasta un 28% de los colaboradores se sienten crónicamente agotados con su trabajo siempre o muy a menudo.
El agotamiento en el lugar de trabajo (burnout) perjudica todos los aspectos de la vida de las personas. Los colaboradores agotados laboralmente presentan un mayor nivel de absentismo laboral, así como una mayor probabilidad de experimentar implicaciones negativas en su vida personal y familiar.
Cuando disfrutamos de lo que estamos haciendo, la motivación para hacerlo surge fácilmente y de forma natural y automática. Es gratificante por sí mismo
Un análisis a gran escala de datos disponibles publicada en Management Science correlacionó que las organizaciones con altos factores de estrés en el entorno laboral pueden contribuir a más de 120,000 muertes por año y aproximadamente del 5% al 8% de los costos anuales de atención médica. La mortalidad asociada a factores imputables al entorno laboral puede superar en muertes a las asociadas a dolencias como la diabetes, el Alzheimer o la gripe.
El bienestar profesional es la base de una vida próspera, y es un hecho más que palpable cuando conocemos a alguien que está sufriendo en su trabajo.
El agotamiento (burnout) es un «asesino» de las carreras profesionales. Según los estudios de Gallup, los colaboradores que experimentan con frecuencia agotamiento en el trabajo tienen:
•2,6 veces más probabilidades de cambiar de empleo.
•La mitad de probabilidad de discutir con confianza y de forma productiva y honesta, cómo abordar los objetivos de rendimiento con su supervisor.
•Un 13% menos de confianza y autoestima en sí mismos.
A grandes rasgos, las principales causas asociadas al agotamiento (burnout) laboral pueden resumirse en:
•Un trato injusto,
•Una carga de trabajo desproporcionada e inmanejable,
•La falta de claridad del rol, funciones y objetivos,
•La falta de comunicación y apoyo por parte del líder.
Esta última causa, es decir la ausencia de un liderazgo empático, inspirados y motivador que nos escuche y nos preste atención y soporte suele incidir en todas las demás.
Un buen líder es un defensor de los integrantes de su equipo: aborda la injusticia, ayuda a administrar las prioridades, objetivos y aclara las expectativas.
Los datos de Gallup sugieren que en la mayoría de los casos de agotamiento (burnout), la causa básica es la falta de un buen liderazgo.
Alfred Arias es profesor de los módulos de Lideratge d’Equips y Gestió de Persones del MBA-URV
