Actualmente, las mujeres cada vez tenemos más presencia y responsabilidad en la industria financiera. En los últimos años ha aumentado de forma significativa el número de profesionales protagonistas en este ámbito, a la par que se ha detectado un mayor interés de las mujeres por la toma de decisiones financieras en el seno familiar.
Nuestras abuelas y bisabuelas ya se ocupaban de realizar una ardua tarea gestionando el dinero familiar para llegar a fin de mes.
Sin embargo, ahora lo que ha cambiado es que la mayoría de las mujeres también trabajan fuera de casa y cada vez toman mayores responsabilidades a la hora de elegir los productos financieros y la estrategia de inversión que mejor se adapten a las necesidades de su familia.
Es indudable que existen diferencias a la hora de gestionar los ahorros entre hombres y mujeres. Las mujeres han sido, son y serán más prudentes que los hombres a la hora de invertir. Muy pocos son los hombres que en este nuevo escenario, con subidas de tipos y una inflación persistente, se muestran menos arriesgados que las mujeres. En líneas generales, somos más templadas ante los riesgos y tenemos un carácter mucho más reflexivo a la hora de tomar una decisión de inversión. Incluso existen algunos estudios que reflejan que las decisiones de inversión que toman las mujeres pueden llegar a ser más eficientes que las de los hombres, descartando así la idea preconcebida de que las mujeres tienen más riesgo cuando manejan el dinero.
Lo importante no es el sexo ni la condición, sino la cualificación y experiencia de los profesionales
Además, como resultado de esa cautela y esa previsión, las mujeres suelen pensar más en el largo plazo que los hombres e invierten con esa premisa, manteniendo un mayor porcentaje de liquidez en sus carteras respecto a los hombres. Esa importancia en el largo plazo también se demuestra en su interés por ahorrar para la jubilación, mucho más elevado que en el caso de los hombres.
Asimismo, durante el último año se ha detectado un incremento en el porcentaje de mujeres que han solicitado asesoramiento financiero, y ellas son las que valoran, en mayor medida, la labor de los asesores.
Por último, otra realidad es que las mujeres están más interesadas en las inversiones socialmente responsables, es decir, en aquellas que se basan en criterios ESG (ambientales, sociales y de buen gobierno). El interés por esta temática es cada vez mayor a nivel general, pero las mujeres han demostrado estar más concienciadas que los hombres sobre estos temas.
En definitiva, podemos afirmar que las mujeres están cada vez más involucradas en las finanzas, demostrando grandes conocimientos y una mayor paciencia para lograr sus objetivos. Los aspectos más destacados de su forma de invertir pasan por el tiempo dedicado a meditar la inversión, así como por los plazos en los que esperan rentabilidad, que son mucho mayores en ambos casos. Esto demuestra su prudencia, al igual que el hecho de que cuentan con mayor porcentaje de liquidez en sus carteras.
Los tiempos en los que la mujer estaba apartada de cualquier decisión financiera en el ámbito familiar, o en los que la opinión y recomendación de las profesionales femeninas era menospreciada, quedaron atrás. A estas alturas, queda muy claro que lo importante no es el sexo ni la condición, sino la cualificación y experiencia de los profesionales.
Andrea Carreras-Candi es directora de EFPA España
Existen algunos estudios que reflejan que las decisiones de inversión que toman las mujeres pueden llegar a ser más eficientes que las de los hombres
