Cómo desarrollar todo el talento en la empresa

El Diari de Tarragona acogió esta semana una nueva edición del ciclo de encuentros ‘Los desayunos de Economía & Empresas’, donde expertos y profesionales comparten reflexiones sobre algunos de los grandes temas que marcan hoy la agenda empresarial. En esta ocasión, la igualdad en la empresa.

Bajo el título Acciones para desarrollar todo el talento en la empresa, cuatro directivas de empresas con sede en la demarcación de Tarragona (Cristina Carreres, codirectora de Solarca, Miriam Guasch, directora de operaciones de Essity en España, Gloria Vallcorba, directora asociada de BusPlana, y Laia Gomà-Camps, directora general de Grup Gomà-Camps) debatieron sobre los retos que afronta hoy el desarrollo del talento femenino en las organizaciones.

Entre esos retos está el acceso de las mujeres a puestos directivos como los que ellas ocupan, donde a menudo son todavía una excepción, en especial en sectores o perfiles profesionales tradicionalmente muy masculinizados.

Cristina Carreres, de Solarca, lo ejemplifica al recordar sus inicios profesionales en esta empresa de La Selva del Camp, dedicada a limpiezas químicas y soplados industriales en el sector petroquímico y energético: «En el año 1995, el concepto de igualdad no existía. Por no haber, no había ni botas de seguridad de mi número en las industrias. Evidentemente, las cosas han cambiado».

«La clave del éxito -prosigue esta licenciada en Química- es la valentía: pensar que en la vida no hay límites, y que por supuesto que puedes pensar en llegar a donde quieras. Creo que la solución la tenemos nosotras, no estableciendo límites».

Miriam Guasch, de Essity, multinacional sueca que tiene en Puigpelat un importante centro de fabricación de productos de higiene y salud, coincide en que «hay una gran evolución», aunque también unos desequilibrios que persisten: «Mientras que en el sector servicios, un 54,6% de las personas que trabajan en él son mujeres, ese porcentaje es del 31,6% en el sector manufacturero».

«Que haya -explica Miriam Guasch- un ODS (Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas), concretamente el número cinco, que hable de igualdad de género, es una gran evolución, y da visibilidad. Además, las empresas diversas, y no hablo solo de mujeres y hombres, son más rentables y productivas».

Gloria Vallcorba, tercera generación en Grup Plana, empresa de transporte de viajeros por carretera con sede en Constantí, destaca que «no se ha llegado a la igualdad de género», pese a algunos referentes: «Sin mi abuela, que fundó esta empresa en 1964, yo no estaría aquí, y fue porque en Catalunya se podía, porque en el resto de España, hasta el año 1975, una mujer no podía fundar una empresa».

«En las últimas décadas -prosigue Gloria Vallcorba- hemos hecho saltos de gigante, pero debemos seguir haciendo más, porque la igualdad de género a nivel mundial, según cálculos del Foro Económico Mundial, no se alcanzará hasta de aquí a 169 años».

Laia Gomà-Camps, de Grup Gomà-Camps, empresa fabricante de papel tisú con sede en La Riba, reconoce que «se ha avanzado muchísimo en los últimos años, y fomentar estas políticas desde el Gobierno ayuda a que las empresas vayan desarrollándose, igual que la sociedad».

«Pero -matiza-, pese a que se está avanzando, todavía falta un largo camino por recorrer. Nuestro sector, como otros sectores, siempre ha estado muy masculinizado. Cambiar eso es algo que nosotras solas no podemos hacer, y por eso el cambio debe venir acompañado también por la parte social. Con las mujeres hoy todavía con un peso más importante en los cuidados familiares, ese cambio se hace más difícil. Y lo mismo sucede con el acceso a algunas profesiones, donde debemos fomentar que las chicas vean estos puestos de trabajo como más accesibles para ellas».

Cristina Carreres, de Solarca, comparte la opinión de que, pese a tener un marco legislativo avanzado en materia de igualdad, «legislar, si es solo para darle a un doble check, no sirve de nada. Solo avanzaremos si somos capaces de crear una cultura que vea que en los equipos mixtos hay una gran riqueza, donde todos aportan, y que supone una gran ventaja para las compañías, porque vivimos en un mundo muy competitivo».

«Hay un cambio cultural que es necesario para las compañías -insiste-, con unos liderazgos diferentes». En este sentido, defiende que los liderazgos en femenino «son más empáticos, y eso, la empatía, es algo importantísimo en la empresa: en todo esto, nosotras vamos por delante. ¿Por qué no trabajamos este liderazgo para que se lo crean desde los institutos? Creo que aquí la mujer puede aportar muchísimo, pero también creo que, o a nivel familiar se cambia el chip de que [los cuidados familiares y las tareas domésticas] es una decisión conjunta, o no avanzaremos. Algo tan simple como que, si has de llevar al niño al médico, eso también es una tarea del hombre».

Unos roles de género que penetran en toda la sociedad, y que Cristina Carreres defiende que hay que cambiar. Con una carrera profesional global, que le ha llevado a frecuentes ausencias del domicilio familiar por razones laborales, Cristina Carreres recuerda la ocasión en que, al explicarle a otra mujer que su marido era quien asumía la carga principal del cuidado de los hijos, «me dijo: ‘Yo creo que el rol lo tienes invertido con el hombre’. Simplemente le salió así, de forma espontánea, y esta frase es la que tenemos que romper, más allá de las legislaciones, que siempre están bien».

Miriam Guasch, de Essity, destaca que «las cifras se van moviendo», pero lanza una pregunta, que responde ella misma: «¿Por qué no hay más mujeres en determinadas posiciones? Una respuesta está en cuántos curriculums recibimos para esas vacantes. Tenemos un problema de origen, porque hemos de convencer a los padres para después ir a las escuelas y explicar qué significa una carrera técnica».

También «ese balance familiar», esa corresponsabilidad, es un elemento crucial en su opinión: «Durante muchos años, yo viajaba y el padre de mi hija hacía las comidas, y tan normal; pero es algo que lamentablemente sigue sin ser tan normal».

Gloria Vallcorba, de BusPlana, coincide en que «los planes de igualdad son importantes como una base sobre la que añadir otras medidas: para fomentar la igualdad de género hay que empezar desde bien pequeños, tanto en las aulas como en casa, empoderando a las niñas».

Ese empoderamiento va más allá de la elección de futuros estudios, y alude tanto a la autoconfianza como a la eliminación de esas dinámicas que impiden la progresión profesional de las mujeres, donde a pesar de ser hoy mayoritarias entre las personas que obtienen un título universitario, «el hecho de que haya un nivel educativo más alto para las mujeres no implica más cargos directivos», señala Gloria Vallcorba.

«La mujer -destaca Miriam Guasch, de Essity- suele ser más autoexigente, pero también hemos de tener más autoconfianza, y trabajarlo desde el momento cero, con los padres, en la escuela».

Laia Gomà-Camps, de Grup Gomà-Camps, añade en este punto que «por mucho que en casa y en la escuela se trabaje, esas niñas reciben influencias, y eso es algo difícil de gestionar». La ausencia de referentes es aquí clave para ella: «Creo en el liderazgo personal pero, desde luego, si hubiese más feminización eso ayudaría a empoderar a las mujeres». Y advierte: «A nivel social, tengo la sensación de que estamos retrocediendo, y eso me preocupa muchísimo».

«Al final -resume Cristina Carreres-, todo esto no es en vano. No tenemos que perder la esperanza. Hay que hacer un trabajo en equipo desde las instituciones y las familias. Y en los consejos de administración ha de haber los mejores profesionales, no paridad porque sí. Porque si no, las propias mujeres nos estaremos disparando un tiro en el pie».

ODS: un objetivo para todo el planeta

La igualdad de género y el empoderamiento de la mujer es el quinto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU para el año 2030. Un reto que la misma ONU reconoce que estamos lejos de alcanzar.

Para saber más: Más allá de los planes de igualdad