Roger Catà, ingenerio agrícola especializado en frutos grasos, es la séptima generación de una familia dedicada al mundo agrícola. La familia Catà gestiona el molino de Mas Montseny desde 1940 y actualmente da servicio a más de 300 agricultores del Camp de Tarragona. Además de elaborar su propio aceite, Mas Montseny se ha especializado en el servicio a terceros, facilitándoles los procesos porque ofrecen un servicio integral para que el agricultor sólo se tenga que preocupar de llevar sus olivas y recoger el aceite para poderlo distribuir.
En el 2012 Catà se incorpora al equipo con varios proyectos de innovación y es el responsable de las marcas Premium de aceite y de crecimiento empresarial a nivel general. Su espíritu inquieto le hizo buscar otras líneas de negocio que pudiesen encajar y le llevó a descubrir que en Sudamérica producen aceite de aguacate. «Vi que eran grandes producciones que utilizaban aguacates del suelo, otros negros y podridos... pero allí quedaba una grasa que refinaban en el proceso de extracción y elaboraban un aceite de baja calidad. Pero pensé, ¿por qué no podemos hacer nosotros un aceite de aguacate, de calidad, virgen extra?».
Catà empezó a investigar y no había ninguna plantación en Catalunya. «El aguacate es una planta subtropical, pero hace ya 60 años que está en Canarias, 50 en la costa malagueña, 30 en Alicante, 20 en Valencia, 10 en Castellón y va subiendo... así que vimos una posibilidad». Aunque ilusionados, el ingeniero destaca que eran conscientes que era un proyecto complejo y que asumían riesgos, porque «es una planta muy exigente a la que estamos sacando de su hábitat natural, donde está más confortable y por ello había que tener unos cuidados extras». Además, querían elaborar un aceite de calidad y eso sólo se podía conseguir con un «aguacate fresco, verde y sano para poder realizar un proceso de extracción adecuado».
Viajó a Canarias, Málaga y Valencia, se formó y estudió, visitó cooperativas, viveros y campo... se impregnó de toda la información que pudo porque no había referencias locales. Finalmente, seleccionó cinco variedades de aguacates y dos fueron las que mejor se adaptaron al clima, a las condiciones de la zona y al suelo: la hass, que es el 90 % de aguacates que se comercializan en todo el mundo y el lambhass, que es más productivo, se adapta mejor y es más resistente al frío y al invierno.
Así fue como en 2018 vio la luz Alvo, el primer aceite de aguacate premium catalán. «Tenemos intención de ampliar la plantación, pero ahora mismo contamos con una hectárea, que nos da para producir 10.000 kg de aguacate al año, que se traduce en unos 1.000 litros anuales de este aceite», refiere Catà. Lo comercializan en una cuidada botella de 250 ml que se puede comprar a través de venta directa, online o en espacios gourmet seleccionados.
Paralelamente nació Alvo.cat, un proyecto con el que comercializar el primer aguacate catalán de proximidad, «porque es de territorio, sostenible y por su sabor, que además tiene esa grasita buena que aporta propiedades beneficiosas para el organismo». De esta forma podemos comprar los aguacates en cajas de 2 o 4 kg que nos llega directamente a casa. «Un producto fresco, recién cogido y madurado directamente del árbol, esa es la gran diferencia». Más sostenible, saludable, sabroso y con un carácter mediterráneo, el sello de garantía de Alvo.cat.