¿Sabía que el polvo, la arena de los areneros de los gatos, los lápices y las gomas de borrar pueden convertirse en electricidad? ¿O que las bolsas de patatas chips pueden ser aluminio en una segunda vida? ¿O los equipos de deportes eléctricos ser plásticos para aparatos? ¿O los palillos de los dientes o los tapones de corcho, transformarse en compostaje para fertilizar la tierra? Y es que la mayoría de materiales que utilizamos, puede reciclarse.
Dar una segunda vida a los residuos es clave en la economía circular para cuidar los recursos (algo mermados) de planeta. Ahí radica la importancia de reciclar de forma correcta. Son esas pequeñas acciones de nuestro día a día las que marcan la diferencia.
El reciclaje es una de las tres tareas de la regla de las tres erres para cuidar el medioambiente: Reutilizar, Reducir y Reciclar. Pero las cifras no son nada halagüeñas. Según Eurostat, de los 467 kilogramos de basura que genera anualmente cada ciudadano de este país, sólo el 38,6% adquiere una segunda vida. El resto, más de 13 millones y medio de toneladas, va directo a la incineradora o directamente al vertedero.
2005, año oficial
El 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje, una fecha destacada que pone en valor la importancia de optimizar la gestión de los residuos a fin de alargar su vida útil o desecharlos correctamente para proteger el medioambiente.
Su origen se remonta en Estados Unidos, cuando en el año 1994 se celebró en Texas un pequeño evento al respecto, pero no fue proclamado como jornada oficial por la UNESCO hasta 2005.
El objetivo principal es concienciar a la población que separar los residuos y depositarlos en el contenedor adecuado es un gesto con grandes beneficios, porque resulta mucho costoso reciclar que fabricar de cero un producto nuevo, amén de que reduce la contaminación y ayuda a ahorrar energía, agua y materias primas.
De hecho, la organización medioambiental Ecoembes muestra en su página web qué productos podemos obtener reciclando; por ejemplo, con 22 botellas de plástico se consigue una camisetas o con 550 latas de aluminio, una silla. Con 8 cajas de cereales podemos tener un libro o una olla de cocina con 8 botes de conserva. Tendríamos un forro polar reciclando correctamente 40 botellas de plástico, una caja de zapatos con 6 briks de leche o una llanta de bicicleta con 80 latas de refrescos.
Un mensaje ‘antiguo’
Con motivo de este día, muchas instituciones y asociaciones se implican activamente y colaboran con distintos actos y propuestas. Dada su connovencia con el asunto, la Agència Catalana de Residus (ACA) ha puesto en marcha una campaña en formato online para fomentar la recogida selectiva destinada a toda la ciudadanía. El lema de este año es claro y contundente: ‘El mensaje es antiguo. El cambio es más urgente que nunca’.
Desde la propia ACA aclaran que la idea principal de la campaña ha partido de la premisa de que, hoy en día, la sociedad ya ha recibido una gran cantidad de mensajes en relación a una correcta gestión de los residuos domésticos. Para poder captar la atención de unos ciudadanos fatigados de escuchar propuestas recurrentes, pero muy necesarias, el tono de comunicación busca ser más impactante.
Este año también se busca incidir en cómo afectan los residuos al temido cambio climático y es que los datos son claros: por ejemplo, si se recicla correctamente, cada año se pueden llegar a ahorrar 700 millones de toneladas de CO2 en el mundo, uno de los gases más nocivos, lo que equivaldría a unos 100 kilos de CO2 anuales por persona.
