En Prat de Comte, el pequeño municipio de la Terra Alta, estas elecciones se podrían entender como una segunda vuelta respecto a las de abril. A juzgar por los resultados del 28-A, la localidad ebrense se ha pasado más de seis meses habitando justo en el empate. Fue la única población de la provincia donde las dos primeras fuerzas quedaron igualadas. Junts y ERC consiguieron cada una 26 votos, el 31,86% de los sufragios, algo insólito pese a que hay que tener en cuenta que el reducido electorado de la localidad aumenta las posibilidades de un equilibrio total en el recuento.
Con esta nueva visita a las urnas las tablas entre ambas formaciones se han deshecho. El desempate ha ido a favor de Junts, que ha logrado 37 votos por los 28 que se agenciaron los republicanos. Por tanto, Prat de Comte forma parte de la lista de 15 municipios donde JxCat se impone en votos. Los neoconvergentes ya ganaron ahí tanto en las elecciones generales de 2015 como en las de 2016, cuando se tuvieron que repetir debido a los bloqueos y a la imposibilidad de formar gobierno.
El diagnóstico del escrutinio deja algunas curiosidades más en la provincia. Así, El Montmell, un pueblo que destaca por su baja participación, vuelve a incurrir en esa escasa movilización. Es la localidad tarraconense con más abstención y la tercera de Catalunya. Su 57,46% de participación supone una pérdida de 6,61% respecto al mes de abril. Es casi 12 puntos por debajo de la media provincial (69,41%) para este 10-N.
Riba-roja d’Ebre ha sido el núcleo de toda la provincia con más voto en blanco, alcanzando el 1,86%, y colándose en la tercera posición del ranking catalán, únicamente por detrás de L’Armentera y de Bellcaire d’Urgell. Ese 1,86% de blancos es un dato muy superior a la estadística media provincial (0,71%).
