La cadena de supermercados Mercadona apuesta por la fruta de proximidad y este año ha comprado 400.000 kilos de higo negro de las comarcas de Lleida y de las Terres de l’Ebre para la campaña de 2024. Los higos, cultivados en Alguaire, Almenar, Torregrossa, Soses (Lleida) y Mora d’Ebre (Terres de l’Ebre), se comercializan en las tiendas de la cadena desde el pasado septiembre y hasta noviembre gracias a la colaboración con los proveedores Figs Fruits y La Coma Fruits, dos especialistas del sector. Esta alianza forma parte del compromiso de Mercadona con el sector primario catalán, basado en relaciones estables que favorecen la producción local.
La apuesta por el higo negro se enmarca dentro de una estrategia más amplia de apoyo al tejido productivo de Catalunya. Durante 2023, Mercadona ha comprado productos por un valor de 5.004 millones de euros a proveedores catalanes, un 14,7 % más que el año anterior. Este volumen incluye una gran variedad de productos, desde fruta de pepita y de hueso hasta embutidos y pasteles. En total, la compañía trabaja con 240 proveedores especialistas y más de 1.700 pymes de Catalunya.
Entre los ejemplos destacados de colaboración, se incluyen las compras de 46,4 millones de kilos de fruta (manzanas, peras, melocotones y nectarinas) a empresas de referencia como Catafruit, Nufri o Grup Cooperatiu Fruits de Ponent, así como la compra de cerezas a Cerima Cherries, ubicada en Tarragona. También se destaca la colaboración con Pastisfred (Tarragona), que ha servido 12,5 millones de unidades de pasteles, y con Productes del Moianès, que ha suministrado 9 millones de unidades de kéfir líquido desde Moià (Barcelona).
La apuesta de Mercadona por el producto local también incluye la pesca fresca, con más de 2,7 millones de kilos provenientes del litoral catalán durante 2023. Este apoyo a los productores locales es una forma de fortalecer la economía del territorio, garantizar la calidad de los productos que llegan a los clientes y fomentar las prácticas comerciales justas. La compañía está adherida al Código de Buenas Prácticas Mercantiles en la Contratación Alimentaria, un compromiso que impulsa la transparencia y la equidad en el sector agroalimentario.