El sector de las piscinas de Girona y Barcelona pide poder llenarlas con agua del Ebre (entre otras) y anuncia que emprenderá «todas aquellas acciones necesarias y oportunas» si continúan las restricciones.
Las empresas agrupadas dentro del grupo Hydrosud -en las comarcas gerundenses hay unas 15- ven «incomprensible» que las medidas para paliar la sequía se centren en la prohibición de rellenar o construir piscinas y critican que la administración «impida» llevar tanques de agua dulce otras «zonas o países» que no se encuentren en emergencia.
Además, aseguran que la decisión de algunos ayuntamientos como el de Palafrugell (Baix Empordà) de denegar nuevas licencias para hacer piscinas es totalmente «arbitraria» y ven una «temeridad» que el Gobierno lo avale.
El grupo Hydrosud es una red europea que reúne las empresas independientes del sector de la piscina. Tiene presencia en Francia, Bélgica, Portugal y en España su sede se encuentra en Agullana (Alt Empordà). Representa 63 puntos de venta en todo el territorio español, de los cuales 13 se encuentran en las comarcas gerundenses.
Las empresas del sector afirman que son «plenamente conscientes» de la sequía persistente que viven las cuencas internas y que, por eso, desde hace meses trabajan con «soluciones viables» que permitan llenar las piscinas ante la emergencia.
Subrayan que son acciones que no irían en detrimento de las reservas de agua de las cuencas del Ter, el Llobregat y la Muga y que permitirían que el sector pudiera «seguir trabajando y no quede paralizado».
En este contexto, dicen, garantizar las reservas de agua potable por el consumo y uso humano es «primordial», pero también hay que tener en «consideración el sector de las piscinas y las devastadoras consecuencias» que las medidas adoptadas puedan provocar. Recuerdan que representan un volumen de negocio importante y que «gracias a los adelantos de los últimos años» las piscinas son «altamente eficientes en el consumo y uso del agua», utilizando «mucha menos de lo que se cree».
Por eso, creen que la gestión de la sequía «en ningún caso» tiene que pasar por una restricción en la construcción o de llenado de piscinas. Sobre esto, dicen que las piscinas pueden llenarse con agua de mar sin que estén conectadas en la red general de desagües y que, para hacerlo, hay varias opciones como filtros o circuitos cerrados.
También apuestan para traer agua de desaladoras, aguas de pozos y minas o, incluso, de países «donde no haya escasez de agua ni esté declarado el estado de emergencia por sequía». Aseguran que los gastos derivados de cualquier de estas vías irían a cargo del «profesional o consumidor final» y no supondrían un perjuicio en el consumo de agua a las zonas afectadas; pero critican que la administración impida «esta solución».
También dicen que «cuesta de entender» que no se permita utilizar agua del Ebre, que ha aumentado su caudal y acaba desembocando grandes cantidades de agua dulce en el mar, «mientras en zonas de Catalunya se vive un preocupante episodio de sequía».
Por otro lado, critican que algunos ayuntamientos denieguen la concesión de licencias de construcción de nuevas piscinas, como ha hecho Palafrugell, y dicen que supone una «peligrosa arbitrariedad de la administración, que en ningún caso favorece la reversión de la sequía». «Construir una piscina puede no implicar su llenado», añaden al comunicado, donde aseguran que se trata de una medida «arbitraria, inaceptable e inalcanzable».
Con todo, piden que se abra, con carácter urgente, una tabla de diálogo con el grupo y las asociaciones y patronales del sector, para poder «contribuir y ayudar en la toma de decisiones». Paralelamente, pero, advierten que iniciarán «todas las acciones que sean necesarias y oportunas» contra las medidas anunciadas. «Está en grave riesgo la supervivencia de nuestro sector, la permanencia de nuestras empresas y los miles de trabajadores que trabajan», insisten.