Desde este martes se recomienda en la población de Masdenverge no utilizar agua de grifo para el consumo humano a causa de un episodio de «turbidez» que se ha vuelto a detectar.
El Ayuntamiento lo ha comunicado al vecindario a través de un bando, mientras que la compañía de suministro, AGBAR, explica que está trabajando para encontrar el origen de las filtraciones y que «ha empezado los trabajos para revertir a situación» con «varias actuaciones» que les permitirán resolver la incidencia.
A principios de mes ya se produjo un episodio de turbidez y se limitó el uso de agua de boca, pero algunos vecinos, como Júlia Montardit, aseguran que los problemas empezaron hace, al menos, dos meses.
Cómo ha asegurado la vecina de Masdenverge, en su domicilio los primeros problemas de agua turbia los detectó a finales de marzo. Montardit explica que lo comunicó al Ayuntamiento y el consistorio lo trasladó a la compañía AGBAR. Cansada de que pasaran los días sin que se solucionara ni se tomara ninguna medida -ni se diera ningún aviso-, lo denunció a través de las redes sociales. «Hace al menos dos meses que la cosa va», ha asegurado.
La vecina recuerda momentos de mucha turbidez antes de la primera advertencia. «El día 19 de abril era terrible», dice. A partir de aquel momento, otras personas difundieron «videos de la situación».
«Es importante, es la salud de la gente, no podemos cocinar en agua turbia y comprar para hacerlo, se hace pesado. Hay que poner solución», ha pedido.
Primer episodio hace un mes
El primer bando de aviso se hizo a principios de mayo, el día 3. El Ayuntamiento de Masdenverge avisó a la ciudadanía que AGBAR había detectado valores demasiado altos de turbidez en los controles analíticos periódicos y recomendaba que no se usara el agua de boca para beber o cocinar – otros usos, como lavar enseres y ropa, se podían mantener -.
El consistorio instaló un punto de suministro de agua potable en el edificio consistorial hasta que el 12 de mayo, la compañía daba por suelta la incidencia, comunicaba a la población que los análisis de calidad eran correctos y el agua volvía a ser apta para el consumo.