La pasada temporada Manu García dejó su portería a cero en 21 ocasiones. En más de la mitad de los partidos que jugó el Nàstic, sumando liga regular y play-off, el equipo rival no consiguió anotar un solo tanto. Ningún otro portero de las primeras ligas de España consiguió tales números. Remiro con 19 porterías a cero en 35 partidos fue el que se quedó más cerca.
El Nàstic se marcó la prioridad de consolidar la zaga y la portería confiado en mantener esos buenos números. Pero si el año pasado el primer gol en contra llegó en la jornada 4, ante el Real Madrid Castilla (2-1), este año ha recibido goles en sus dos primeros compromisos. En ambos el adversario se puso por delante y ante la UD Logroñés se encajaron dos tantos, impidiendo la remontada que tanto trabajo le había costado lograr.
El Nàstic ha encajado de jugada y a balón parado. El primer gol en contra llegó a los 36 minutos de iniciarse la liga. Zourdine rompió a Nil Jiménez y asistió con un pase magistral a la espada de Trilles a un Vinicius Tanque que no perdonó. Nada pudo hacer Manu García ante el poderoso disparo del delantero brasileño. El atacante le tenía ganas al club grana que lo tuvo en cartera, pero se decantó por esperar a Guillermo Fernández antes que firmarle.
El segundo gol fue en una acción a balón parado. Quedaban cuatro minutos para la conclusión y con un bloqueo ilegal sobre Marc Álvarez, que pudo haberse castigado con falta, Arregui pudo rematar solo al fondo de la red.
La segunda oportunidad para recuperar la seguridad defensiva llegó en La Nucía. Después de una primera parte en la que solo la fortuna y el desacierto de Buenacasa salvó al Nàstic de encajar un tanto, el gol alicantino llegó cuando menos se lo esperaba. Con un hombre menos, por la lesión de Adrián León cuando habían hecho los cinco cambios, el cuadro de César Ferrando aprovechó un contragolpe para adelantarse en el marcador a cinco minutos para el final. Los locales se vieron beneficiados del resbalón de Marc Álvarez en la defensa de la jugada. El de Torredembarra se había colocado de lateral zurdo por las molestias físicas de Nil, que aguantó en el campo a duras penas.
El asunto de la portería a cero no viene de nuevo, se arrastra desde la pretemporada. De los ocho partidos disputados en la fase de preparación únicamente en tres partidos se consiguió mantener la portería inmaculada: Castelldefels (0-1), Atlètics Móra (0-9) y Vilafranca (0-2). Los tres, equipos de categorías inferiores. Zaragoza, Huesca, Espanyol B y Olot, en dos ocasiones, pudieron marcarle un tanto a los granas.
Recuperar esa solidez es uno de los principales deberes del cuadro de Raül Agné. La defensa es la misma. Solo falta Joan Oriol que se recupera de una lesión producida en Vilafranca. Se renovó a Manu García, Trilles, el mismo Joan Oriol y Quintanilla en un afán de asegurar ese punto. La idea era crecer con esa base sólida. Pero si el equipo no muestra esa consistencia atrás y tampoco da pasos ofensivamente, existe el riesgo de caer en una involución peligrosa.
Pese a ello, aún es pronto. En los inicios de liga cuesta todo. En el grupo 2 de Primera RFEF no hay un solo equipo que haya ganado los dos partidos. Muestra de la dificultad que supone ganar. Además, al Nàstic se le acumulan lesiones de jugadores importantes. Tanto a nivel defensivo como ofensivo. Joan Oriol demostró la pasada temporada ser sino el mejor, uno de los mejores laterales izquierdos de la categoría. Mientras que Pedro del Campo, que no solo destaca por su liderazgo en las acciones de ataque como el timón del equipo sino que realiza una función defensiva muy importante en la presión hacia adelante, tampoco ha podido jugar en los dos primeros partidos de liga. El regreso de ambos debería ayudar en las dos áreas.