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El Nàstic, con un rumbo incierto

El Nàstic está a siete puntos de la promoción y solo a cuatro del descenso y el cambio de entrenador no ha dado los frutos esperados

20 febrero 2023 15:16 | Actualizado a 21 febrero 2023 07:00
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Conviene abrir los ojos ya de una vez por todas. Hay que reaccionar de inmediato porque ha habido casos muy recientes de equipos con proyectos destinados a todo que han terminado en la nada. Ser un club histórico no da inmunidad al descenso porque el terreno de juego es un juez incorruptible que basa su sentencia en la verdad del balón. El Nàstic está en un momento crítico. El peor de los últimos años. Nunca se había vislumbrado la posibilidad de pelear por no bajar desde aquel noviembre de 2019 en el que Xavi Bartolo fue cesado y llegó Toni Seligrat. Aquel curso terminó de manera abrupta por la pandemia y salvó al Nàstic. Esta temporada no habrá una pandemia de por medio. No le va a ayudar nadie. Así que esto es cosa de los que están en el club. Desde arriba hasta abajo, pero sobre todo de los que comparecen en el verde. Al aficionado poco más se le puede pedir porque los de siempre, siempre van a estar.

Había un falso rumor que comentaba que Raül Agné empeoraba la versión de muchos jugadores de la plantilla. Que su idea de juego no era suficiente para explotar el nivel de ciertos futbolistas. Que el equipo fuera de casa no ganaba porque sus planteamientos no eran adecuados. Eran argumentos que podían tener una cierta verdad, pero ni mucho menos toda. Lo bueno siempre se olvidaba. El Nàstic en casa era un equipo fiable y fuera de ella solía competir, aunque es cierto que no sumaba todo lo necesario. A veces no es bueno acordarse de los que ya no están, pero cuando su figura fue sometida a un acoso y derribo constante desde su llegada, conviene hacerlo.

El técnico de Mequinenza llevó al Nàstic a la final del play-off el año pasado y este curso tenía al equipo a cuatro puntos del play-off, aunque también es cierto que a tres del descenso. Cinco partidos después, el Nàstic está a siete puntos de la promoción de ascenso y a cuatro de los puestos de descenso. Los números no engañan. Antes se estaba en el alambre entre el bien y el mal, ahora se está directamente en la picota. Resulta que esta plantilla no gana partidos de manera automática como muchos presumían. Por suerte, el fútbol es como la vida y acaba poniendo a cada uno en su lugar.

La bala del cambio de entrenador ya se ha gastado y tras tener un efecto inicial positivo se ha disipado de manera impactante. Cinco de quince puntos es el bagaje de Iñaki Alonso como entrenador del Nàstic. Los números son malos, pero las sensaciones son peores. El equipo no ataca bien y ahora tampoco defiende. En Murcia y Soria se han perpetrado dos actuaciones defensivas dignas de equipo descendido. Suena fuerte, pero es lo que hay. Tampoco es cuestión de lanzar a los leones a un técnico que ha llegado con un equipo repleto de nervios y que no se ha hecho a su medida. Nunca es fácil coger un proyecto a medias. A los equipos darles forma cuesta su tiempo y eso es lo que menos tiene ahora mismo el entrenador de Durango.

Por eso apuntar solo al banquillo sería un hecho muy injusto porque los que máximos responsables de la situación son los jugadores. Ellos lo saben y les duele perder como a nadie. No se ha conocido todavía un profesional del balompié al que le guste estar en un equipo que no gana. Muchas veces se olvida que son personas y que los primeros que lo pasan mal son ellos. No es una lanza a favor de su temporada, pero a veces conviene ser empáticos.

Eso no quita que haya que pedirles varios pasos hacia adelante. Lo pidió su capitán, Joan Oriol, nada más terminar el encuentro en Los Pajaritos porque los futbolistas son conscientes de que no están respondiendo a las expectativas. Hablamos de una de las mejores plantillas en cuanto a talento y profundidad de los últimos años. Pero a veces eso no lo es todo. Un equipo debe jugar como un equipo y tener la personalidad suficiente para lidiar con el objetivo del ascenso. De momento no lo están haciendo y ya hay varios errores de bulto a nivel individual a lo largo de la temporada que lo demuestran.

A 21 de febrero de 2023, el Nàstic es un equipo destinado a pelear por atar la permanencia cuanto antes. Para eso debe hacerse fuerte en casa de nuevo e intentar ofrecer una mejor versión competitiva en sus próximas visitas para no irse de vacío. Hablar ahora de play-off sería una irresponsabilidad teniendo tan cerca el descenso. Salvarse no era el objetivo, pero se ha convertido en una necesidad.

El Nàstic ha acumulado dos derrotas seguidas
y ahora recibe la visita del líder, el Eldense
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