El pasado domingo, 30 de septiembre, quedará marcado para siempre en el baúl de los recuerdos de Roger Figueras. El defensa de Valls, de 21 años, cumplió con el sueño de debutar con el primer equipo del Nàstic.
La felicidad no fue completa, por la derrota del equipo (1-3), pero la satisfacción personal era enorme. Había alcanzado la meta que se fijó cuando ingresó en la disciplina grana en 2014. Entonces era un joven chaval de apenas 17 años que salía de La Masia tras cinco años formándose entre los mejores. El FC Barcelona lo cedió al Nàstic siendo juvenil de segundo año y aquí se quedó. Trabajando en el Juvenil primero y en la Pobla después. Años que recordó claramente mientras aguardaba a la salida hacia el terreno de juego el túnel de acceso al campo. «Se me pasó por la cabeza todo el esfuerzo durante años para poder vivir ese momento», explica Figueras.
Un debut que hasta no hace mucho veía muy lejano. Siempre estaba pendiente de si entraba en una convocatoria o si podía subir a entrenar con el primer equipo. Pero debutar, eran palabras mayores. El año pasado tuvo algunas esperanzas. Hizo la pretemporada con la plantilla de Lluís Carreras, pero después regresó a la Pobla, donde cumplía su segundo curso como una pieza insustituible del eje de la zaga.
Este verano, volvió a acudir a la pretemporada. Se respiraban otro ambiente. Una plantilla corta daba a entender que quizás, esta vez, el filial podía tener más presencia. Brugui y Pol Valentín se convertían en futbolistas fijos del primer equipo, mientras que Iván de Nova y Roger Figueras entraban en la dinámica del primer equipo. De los cuatro, Figueras ha sido el primero en participar. Por pocos minutos, ya que Brugui apareció en la segunda mitad ante el Deportivo.
El vallense estuvo arropado por todos sus compañeros en todo momento. «Desde que por la mañana me dijeron que iba a ser titular no paré de recibir consejos y mensajes tranquilizadores. Del míster y de todos los jugadores, especialmente, momentos antes de saltar de Abraham y de César Arzo», comenta. Eran sus compañeros de línea y quienes le animaron a jugar tal y como lo hacía en los entrenamientos.
Roger Figueras contribuyó a contener el potencial ofensivo del Deportivo durante buena parte del encuentro. Estuvo intenso, concentrado, demostrando madurez en acciones que hubieran puesto a más de uno nervioso.
Estreno de lateral
Figueras debutó no solo con el primer equipo sino que también fue su estreno de lateral. Siempre ha jugado de central. La reconversión ha llegado este verano. Gordillo le situó en ese flanco derecho y el jugador ha ido adquiriendo las habilidades necesarias para la posición. «Hace un tiempo veía que era imposible jugar de lateral, pero ahora me siento bien y cómodo en esta posición». Sin ser su puesto natural, completó una actuación de lo más notable ante una situación difícil como la que vive el Nàstic en este inicio de temporada. Pero en el fútbol, como en casi todo en la vida, no se decide cuando llega la oportunidad. Viene y hay que estar preparado para agarrarla. Roger Figueras así lo hizo y dejó claro al técnico grana que cuando quiera puede contar con él.