El Nàstic volvió al camino de la derrota en un partido frente al Unionistas que permitió sacar muchas conclusiones. Algunas son recientes, pero otras persiguen a los granas desde hace mucho tiempo. Una de ellas es la incapacidad que tiene el conjunto grana para remontar un partido. Este es un problema general en la categoría del que el Nàstic no escapa.
Cuando el rival se adelante resulta muy complicado remontar porque los partidos son muy igualados y tener la capacidad para darle la vuelta al marcador no es tan sencillo si no se tienen suficiente argumentos ofensivos, o mejor dicho en este caso, mayor efectividad. La entidad grana no remonta un partido desde noviembre del 2022 frente al Castellón en la 12ª jornada de campeonato. Ya ha pasado más de un año.
Esto supone que a nivel mental cada gol en contra del Nàstic es una losa. El equipo no tiene confianza en ataque y eso provoca que los jugadores sean conscientes de que el gol no va a llegar con facilidad. Por eso la imposibilidad de remontar aparece en sus mentes cuando encajan. Eso les hace mella y les termina condenando.
Este año estuvieron cerca de remontar frente al Rayo Majadahonda en el primer partido en el que fueron por debajo en el marcador en la segunda jornada. Reaccionaron con firmeza al gol inicial de Anderson, logrando empatar y quedándose a las puertas de la victoria. Mario Rodríguez tuvo el gol con una ocasión que se quedó en nada tras un doble palo.
Probablemente fue la mejor reacción grana en lo que va de curso junto a la de la Real Sociedad ‘B’. Por juego, sin duda. Ese era el camino, pero no se ha vuelto a repetir. Si el Nàstic ha ganado es porque ha marcado y se ha puesto por delante y también porque no ha recibido un tanto en contra. Y es que los granas son un equipo que necesitan dejar la portería a cero para ganar. Así lo dicen las estadísticas de @BigData_Nàstic. En los últimos siete partidos en los que el Nàstic ha recibido gol, es incapaz de ganar. Esto habla claramente de un aspecto que no es otro que la incapacidad de réplica de los tarraconenses.
Casi llega también una remontada frente a la Real Sociedad ‘B’. El Nàstic vio como le remontaban un 1-0 a favor en el Nou Estadi y volvió a empatar de la mano de Pablo Trigueros. De nuevo tuvo la victoria en sus botas, pero un rival sacó el cuero bajo palos en un remate de Trigueros para volver a dejar a los granas a medias.
Tras ese encuentro, el Nàstic se ha quedado sin réplica con el marcador adverso. El Deportivo, el Osasuna Promesas y el Unionistas de Salamanca se le han puesto por delante y los granas no han sido capaz ni siquiera de marcar un gol. Ante el Deportivo hubo alguna ocasión, ante el filial rojillo y el Unionistas, ni siquiera eso. Por eso estos dos últimos encuentros citados se consideran lo peores de la temporada.
¿Por qué el Nàstic no remonta?
La respuesta es clara: falta gol. Parecía que el conjunto grana había destapado el tarro de las esencias frente a la Cultural Leonesa en la mayor goleada de la temporada. Fue la mejor versión ofensiva del equipo. Hubo ocasiones, pero lo más importante, existió acierto. La idea era repetir ese caudal ofensivo frente al Unionistas, pero no fue así. El Nàstic empeoró incluso su versión en un encuentro en el que no marcó porque directamente no tuvo ocasiones.
El Nàstic prefiere no volverse a ver en el contexto de un marcador en contra en los próximos partidos. Prefiere ponerse por delante porque ahí se convierte en una roca mucho más difícil de romper. Ojalá ante el Tarazona sea así. La afición lo necesita, pero sobre todo, los jugadores.