Dani Vidal siempre ha sido un técnico camaleónico. Nunca ha creído que en el fútbol existe solo un sistema y modelo de juego. Hay que adaptarse a los jugadores que uno tiene y en función de ello intentar armar un ecosistema en el que puedan desarrollar un mayor potencial. Es evidente que el entrenador tarraconense disfruta con equipos agresivos, verticales y que dominan las áreas y siempre que pueda irá a por ello, pero nunca subestimará ni olvidará al rival que hay enfrente.
Para intentar alcanzar esa idea de juego es un técnico que prefiere adaptarse a diferentes sistemas de juego, siendo esto una gran ventaja para sorprender al rival o adaptarse a él en función del contexto de partido que dibuje. Lo bueno es que el Nàstic cuenta con una gran variedad de futbolistas y eso le permitirá a Dani Vidal tener una riqueza de plantilla que probablemente nunca ha tenido a disposición en sus equipos.
El tarraconense cuenta con dos porteros de primer nivel (Parra y Varo); cuatro laterales que aportan diferentes virtudes al juego (Tirlea y Domingo en la derecha y Oriol y Boaz en la izquierda); en el centro de la zaga hay cuatro centrales de diferentes características (Trigueros, Dufur, Nacho y De la Peña; en el centro del campo también cuenta con cuatro medios de diferente perfil (Borja Martínez, Gorostidi, Óscar Sanz y Montalvo), en las bandas hay overbooking, pero no se esperan salidas (Escudero, Pochettino, Marc Fernández, Marc Álvarez, Mario Rodríguez, David Concha) y en ataque cuenta con tres arietes de garantías (Pablo, Lupu y Gorka Santamaría) a los que se podría unir Jaume Jardí en los próximos días. Ni que decir que todos estos jugadores de ataque tienen la polivalencia entre sus rasgos característicos, por lo que permitirán a Dani Vidal poder situarles en diferentes posiciones sin ver resentido su aporte al colectivo.
Las preguntas que se presentan viendo la plantilla tan extensa y varible de los grana son claras: ¿Cómo jugará el Nàstic de Vidal? ¿Se basará en un solo sistema? La respuesta total todavía no existe, pero todo apunta a que los granas tendrán diferentes esquemas de juego y serán sobre todo un equipo vertical, intenso en campo propio y contrario y que nunca especulará con el resultado.
4-2-3-1
Este sistema es uno de los que más encajan en este Nàstic que se va a dibujar en las próximas semanas. Un esquema de juego con un doble pivote en el que se puede colocar un perfil más defensivo y otro más de ida y vuelta y por delante de ellos la tradicional figura del mediapunta. Para esta posición hay varios candidatos como son Andy Escudero, Marc Fernández, Concha y si nada se tuerce, Jaume Jardí. Todos pueden interpretar el rol de ese enganche que juega con libertad y conecta el centro del campo con el ataque, aportando control, último pase y llegada al área. Además es un sistema que también cuenta con dos bandas y un delantero centro nato que responde muy fielmente al perfil de Pablo Fernández y Gorka Santamaría.
4-4-2
Un sistema que durante los últimos años se ha visto mucho en Tarragona. Es el esquema de juego más clásico y el que dota de un mayor equilibrio a los equipos para muchos entrenadores. Dani Vidal lo utilizó en su salto en la Pobla y también cuando llegó al primer equipo. La gran diferencia respecto al 4-2-3-1 es que la figura del mediapunta es sustituida por la de otro delantero. Una modificación que hace que los equipos pierdan juega por dentro, pero ganen una referencia en el área. Eso provoca que los conjuntos que normalmente utilizan este esquema sean muy verticales y tengan un marcado juego por bandas. En el caso grana, la delantera Pablo y Gorka sería la elegida y lo cierto es que este esquema de juego es bastante factible que se vea mucho a lo largo de la temporada.
4-3-3
Este sistema se vio en Tarragona en la segunda temporada de Toni Seligrat en el banquillo. Un esquema para tener mayor control de juego, ya que se juega con tres mediocentros en el medio. No hay un enganche, pero si dos interiores que aportan esa asociación y llegada que el equipo necesita para no ser demasiado previsible. Para jugar este sistema hay que tener perfiles diversos de mediocentros y lo cierto es que Dani Vidal los tiene. Sanz es un ’5’ defensivo, Montalvo puede jugar en la base y en el interior y Gorostidi y Borja Martínez son dos futbolistas que también pueden sacar un gran potencial partiendo por delante de la figura del mediocentro defensivo. Por no hablar que hay otros jugadores de ataque que también podrían ofrecer buen rendimiento en esas posiciones de ‘6’ y ‘8’ como pueden ser Andy Escudero o hasta David Concha, eso sí, dándole un aroma mucho más ofensivo al equipo.
3-5-2
El sistema de tres defensas no es habitual en Tarragona desde la estancia de Merino en el banquillo en la época de Segunda División. Sin embargo, es un esquema de juego que en el fútbol actual cada vez tiene más adeptos. Barça, Bayern o City son algunos de los grandes equipos que se posicionan en base a esta estructura. Para jugar una disposición táctica del estilo dicen que es clave poder tener dos buenos carrileros que son los que le deben dar amplitud al equipo en ataque y consistencia en defensa. El Nàstic los tiene porque Tirlea y Joan Oriol pueden brillar en ese rol y hay elementos valiosos en la recamara como pueden ser Maurizio Pochettino en la derecha y David Concha en la izquierda. Luego en función de si se colocan dos o tres delanteros en ataque varía el sistema a un 3-4-3 o 3-5-2. El Nàstic tiene tal abanico ofensivo que podría presentar dos fases ofensivas con el mismo potencial en función de si apuesta por dos o tres piezas.