Algo hacia intuir en el rostro de Dani Vidal tras el encuentro y la derrota frente a Unionistas que su comparecencia en la sala de prensa del Nou Estadi Costa Daurada iba a ser diferente a otras. Lo fue. Fue la más sincera. La más denunciante. La rueda de prensa en la que el técnico tarraconense explotó como nunca para defender a su club y a sus jugadores. Se le vio enfadado como nunca y reflejó el sentir de una afición, una directiva y un vestuario que considera que los árbitros no le están tratando con la misma igualdad que a otros equipos que pelean por el ascenso. Lo que sucedió en Vigo hace dos temporadas, aquella final del playoff ante el Villarreal B en la que el presidente, los jugadores y Raül Agné denunciaron una mala actuación arbitral, no se ha olvidado, o al menos eso parece, en la Federación Española.
Hay un dato demoledor que irrita a la parroquia grana y no es otro que ya ha pasado más de un año desde que se recibió el último penalti a favor. Fue un 19 de marzo de 2023 cuando Bonilla transformó una pena máxima para darle a la victoria a los granas frente al Calahorra (3-2). Desde entonces, nada. No es que el Nàstic no haya provocado acciones en las que se haya podido señalar falta y penalti, sino que a la hora de señalarlo los árbitros no lo han considerado así. Ha habido penaltis dudosos y otros que directamente lo han sido.
Ante el Sestao, Mula recibió un pisotón que podía haber completado la remontada grana, pero que el árbitro no señaló. Esa fue la semilla que plantó una crispación que ha terminado de brotar en estas dos últimas semanas. Desde el club consideran que a Pablo se le hizo penalti en Cornellà y a Marc Fernández también frente a Unionistas. Dani Vidal lo dejó claro con sus palabras: «El penalti a Marc es clarísimo. Empezamos a estar a cansados. No son excusas, podríamos haber hecho más, pero en partidos tan igualados, esta estadística enfada. Ya hace un año que no nos pitan un penalti a nosotros».
Más allá de Dani Vidal, el otro actor que más evidenció la impotencia arbitral fue Pablo Fernández. Vivió una tortura frente a un Unionistas que lo sacó del partido a través de lo legal y lo ilegal. Recibió cuerpos y agarrones de manera constante, pero el que se fue con amarilla fue él. No solo Dani Vidal defendió a su jugador, sus compañeros salieron al paso, sobre todo un Nacho González que fue firme en su defensa: «Parece que porque midas 1.90 ya vale todo con nuestro delantero». Pablo Trigueros también denunció el acoso y derribo a su compañero: «Tenemos un delantero al que no le pitan nada». El sentir de una piña.