El Nàstic ha visto este verano como ha perdido a uno de sus futbolistas más diferenciales sobre el terreno de juego. Gerard Valentín era un lateral derecho con la capacidad de convertirse en una de las soluciones ofensivas más firmes.
Tiraba de personalidad y decisión para incidir con una fuerza brutal sobre las trincheras rivales. Cuando la posesión no servía para batir líneas, allí estaba él para desbordar siempre con sus características zancadas.
Más allá de otros aspectos en el juego que deberá pulir ahora en A Coruña, era un futbolista con un peso importante en la idea de juego grana. Paliar su baja no será algo sencillo. No obstante, ya hay un candidato que se está postulando con fuerza como el recambio natural del gerundense.
Curiosamente, y en una de esas historias que deja el fútbol, el hermano pequeño de Valentín podría ser el elegido para hacer olvidar a su hermano. Emilio Viqueira ya fue advirtiendo antes del comienzo de la pretemporada que la dirección deportiva tenía grandes esperanzas puestas en él.
El pequeño de los Valentín parece haber escuchado estas palabras del director deportivo grana, puesto que ha comenzado a destacar desde el minuto 1 de pretemporada. De hecho, Lluís Carreras siempre anda muy pendiente de él en los entrenamientos. Sabe que está ante un futbolista con unas condiciones prodigiosas, pero que tiene que pulir muchos aspectos de su juego. En la parte defensiva es donde más sufre.
Su estreno de corto fue ante un rival de renombre. El Villarreal de Escribá visitó el Nou Estadi. Valentín saltó al terreno de juego en la segunda mitad. Xavi Molina actuó de cicerone con el carrilero, sobre todo en la parte defensiva. Le fue ordenando y corrigiendo constantemente con el objetivo de que no pasará apuros ante un equipo tan fluido como es el castellonense.
Sin embargo, se desató en la parcela ofensiva donde desplegó el vuelo y se volvió incontenible en una acción individual que arrancó una ovación vibrante del Nou Estadi. Recordó a su hermano Gerard en una de sus cabalgadas llenas de fe y optimismo. La acción no acabó en gol, pero el lateral dejó su huella.
Volvió a deslumbrar ante el Olot
Ayer, ante el Olot demostró que su buena actuación ante el submarino no fue flor de un día. Carreras le volvió a meter de inicio en la segunda parte. El carrilero gerundense volvió a explotar sus virtudes en el frente ofensivo.
El tercer gol del Nàstic nació de sus botas en una acción individual formidable que culminó Manu Barreiro tras el pase de la muerte del gerundense. Antes, también había realizado otro despliegue ofensivo de gran mérito.
El hecho de que jugase como carrilero en el 3-5-2 por el que apostó Carreras en el encuentro de ayer no es algo anecdótico. En ese sistema tan especial, hay futbolistas que encuentran su ecosistema predilecto para expresarse, y Pol es uno de ellos.