Cuando Óscar Sanz regresó a Tarragona la pasada campaña tras su gran temporada como cedido en el Unionistas lo hizo con la esperanza de por fin poder disfrutar de la regularidad en el primer equipo del Nàstic. Por una cosa o por otra, ni Toni Seligrat ni Raül Agné habían confiado en él cuando había pertenecido a la disciplina del primer equipo con anterioridad.
Esa desconfianza que sintió el jugador terminó desembocando en dos cesiones a Ebro y Unionistas. En las dos, lejos de casa, demostró ser un futbolista más que interesante.
Dani Vidal rápidamente convenció a Óscar Sanz de permanecer en el Nàstic durante el curso pasado. El técnico tarraconense le conocía de sobras de su etapa en la cantera grana. Le había dirigido en el juvenil y también en la Pobla. Sin embargo, a Óscar Sanz no le fue fácil de nuevo asentarse en el Nàstic. Le tocó lidiar con una competencia de altos vuelos en la medular.
El canterano fue titular por primera vez en la cuarta jornada, pero no sería algo habitual en sus primeros meses de vuelta en Tarragona. De hecho, repitió en la quinta fecha, pero ya no regresaría al once inicial hasta la jornada 17 en la visita a la SD Logroñés en Las Gaunas. Despidió el año como titular en un rol, al que por fin, le daría la continuidad deseada.
El final del 2023 fue bueno, pero el inicio del 2024 fue mejor. Sanz explotó, ofreciendo un nivel demoledor en la medular. Jugó a ese nivel que tanto se había esperado desde hace años. Rompió el cascarón en una explosión de juego inédita hasta la fecha.
Cuando mejor estaba, Sanz sufrió una lesión de rodilla que estuvo cerca de dejarle fuera toda la temporada. Por suerte, todo quedó en un susto y el centrocampista solo se perdió poco más de un mes de competición, pero llegó justo para el tramo final de la campaña.
Sanz lo jugó prácticamente todo desde la antepenúltima fecha de la liga regular hasta la vuelta de la final del play-off ante el Málaga. El Nàstic su estado de forma para ser imponente en la medular. Ofreció un final de curso de altos vuelos que incluso provoco que este mercado de verano haya recibido tentativas de Segunda División.
Óscar Sanz ya está demostrando porque es un jugador que está siendo seguido de cerca por clubes de 2ª División. Su pretemporada está siendo impecable. Llegó como un toro a nivel físico y desde un primer momento demostró que quiere más. Con balón se le ve todavía más participativo y sin él sigue siendo un centrocampista indomable. El Nàstic baila a su son.
l Óscar Sanz renovó antes del final de la pasada temporada con el Nàstic hasta el 30 de junio de 2026. Una ampliación de contrato que permite a los granas tener el control sobre un jugador seguido por equipos de Segunda División.